Si tu casa huele mal, comprueba estas zonas

Los líquidos limpia tuberías van a ser tus mejores aliados en la cocina, lugar donde se suelen concentrar muchos de los malos olores. Allí se quedan restos de comida, bebida... por lo que no conviene perder de vista los restos que se van por el desagüe diariamente y evitarlos en la medida de lo posible.

Otro de los puntos más comunes de mal olor es el baño. Si no tienes ventana, es fundamental que el sistema propio de ventilación que tenga no esté obstruido. El retrete, si se trata de uno que no se usa muy a menudo –o, a veces en verano– es otro de los focos principales de este problema, ya que el agua que se queda en él tras tirar la cadena para evitar que salgan los gases de las tuberías puede evaporarse. Éstas precisamente también pueden estar obstruídas o quizá tengan una pequeña rotura que produce escapes en el suelo. Ojo a esto.

El moho y similares siempre surgen en rincones húmedos y calentitos, así que la lavadora o el lavavajillas son sus principales 'víctimas'. La solución para la primera es mantener la goma y el filtro limpios. En el caso del lavavajillas, donde muy habitualmente encontramos restos de comida, es tan fácil como poner un lavado cuando esté vacío.

Los restos de comida en la nevera, en armarios o despensas van acumulándose causando un cúmulo de olores fatal, que se puede solucionar evitando el mezclar alimentos, colocándolos en recipientes y/o baldas distintas y, por supuesto, no perder de vista frutas o verduras, que suelen echarse a perder más fácilmente.

De acuerdo, todos en general cambiamos la bolsa o bolsas de la basura, pero, ¿qué pasa con los cubos? También hay que limpiarlos, ya que, aunque se tenga cuidado, siempre se desprenden restos de lo que tiramos y que, después, acumulan el olor durante días y días.

Aunque parezca una obviedad, ventilar diariamente todos y cada uno de los espacios de la casa tiene que ser casi una obligación. Así, olores típicos de tabaco, una cena que hayamos organizado o 'los restos' del sueño en los dormitorios cada mañana desaparecerán más fácilmente, además de contribuir a que, en general, el aire que se respire sea más puro.

Tener una mascota conlleva muchas cosas positivas, pero es incuestionable que un perro o un gato llenan la casa de pelos y estos se acumulan sin darnos cuenta en cualquier lugar con sus bacterias y su olor correspondientes. Para intentar que no produzcan malos olores recomendamos usar el aspirador más a menudo, lavar los cojines y meter su cama en la lavadora.

Las mantas y las alfombras son el foco principal de los ácaros y de los restos de barro, comida, bebida... A veces incluso sin darnos cuenta. Son como 'esponjas', sobre todo las segundas. Por eso, conviene lavarlas bastante a menudo y, si es posible, hacerse con un producto específico que elimine los olores. 

Menos conocido por la mayoría, el mal olor también lo causan tanto los muebles nuevos como los antiguos, ya que, para mantenerlos, se usan disolventes y compuestos que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud. Para aliviarlo, pásales un paño e, incluso, el aspirador.