Las que vivimos en el norte somos conscientes de la planificación estratégica que requiere tender la ropa en el exterior. De hecho, cuando se prevén lluvias, siempre ponemos en cuarentena las sábanas y las toallas hasta que vuelve a lucir el sol. Pero, ¿qué pasa si el temporal se alarga una semanita (o más) y necesitamos nuestra ropa limpia y bien seca? Obviamente, lo ideal sería contar con una secadora, pero a veces el espacio no lo permite. ¿La solución? Un radiador o un tendedero eléctrico. Así de simple.