20 peores fallos de limpieza que hacen que tu casa se vea poco limpia (y cómo remediarlos)

Todos anhelamos que nuestros hogares sean ambientes limpios y ordenados, que brinden tranquilidad y comodidad -y no más estrés-. Sin embargo, hay varias costumbres o métodos de limpieza que hacen que no se vean tan reluciente como quisiéramos. A continuación te explicamos cuáles son los fallos o errores más comunes que cometen las personas y que comprometen la apariencia pulcra en nuestros hogares. También te decimos cómo ponerles remedio. Juntos, conseguiremos casas más impecables y acogedoras. 

20 errores que hacen que tu casa no se vea limpia

1. No hacer una limpieza semanal

Fallo número uno de la lista de los que hacen que tu casa no se vea limpia: no limpiar una vez por semana la casa. Dedica un día para darle un repaso a baños, muebles y suelos. Es fundamental el mantenimiento diario, pero esto no evita que una vez a la semana toque zafarrancho de combate con cambio de sábanas y toallas.

2. Olvidarte de la limpieza mensual

Esta es más en profundidad. Una vez al mes debes prestar atención, en lo que a limpieza se refiere, a la casa para limpiar con más detenimiento aquello que no haces en la semana: interior de armarios y cajones, guías de puertas correderas, techos y cajas de las persianas, cristales…

3. Dejar polvo en hendiduras, barrotillos, lavapiés... 

¿Te suena? Son detalles que decoran tu casa, puertas, paredes… y que atraen el polvo. Pequeñas molduras de la pared, hendiduras de las puertas de interior, barrotillos que se llenan de polvo y no limpiarlos es un fallo que hace que tu casa no se vea limpia. Lo mismo ocurre con el polvo que se acumula en el borde del rodapié. Límpialo y ningún ojo podrá posarse con mala intención en ese lugar.

4. Dejar los espejos estampados

Espejos y cristales han de quedar impolutos en la limpieza, sin estampados ni rastros de pasadas de un paño. Usa siempre un trapo suave y limpio y productos específicos. Como truco de limpieza: el papel de periódico es perfecto para evitar esas manchas que harán que tu casa no se vea limpia.

Recibidor con consola de Arterole, espejo de Leroy Merlin y lámpara de Zara Home.

5. Permitir que la mampara de la ducha esté llena de manchitas

Ya sean restos de cal, gotitas de agua o restos de jabón y champú. Un fallo que hará que tu casa no se vea limpia es que la mampara de la zona de la ducha no esté impoluta. Para lograrlo a diario, pasa un limpiacristales cada vez que te duches. Y en la limpieza de la semana, usa productos específicos antical o vinagre, un truco de limpieza de abuela que no falla.

6. Huellas vistas en los frentes de la cocina

Es habitual que se manchen las puertas de los armarios de la cocina mientras estamos cocinando al tener las "manos en la masa". Pero un fallo que hace que la casa se vea sucia a pesar de nuestros esfuerzos por limpiar es dejar las huellas en los frentes (cerca de los tiradores). Los muebles en acabado mate son más indiscretos que los brillantes. Y los colores oscuros también son muy chivatos.

7. Encimera y fregadero hasta arriba de cacharros

Usar y recoger. En la cocina es fundamental seguir esta máxima. De lo contrario la encimera y fregadero se llenan de utensilios de cocina y aquello se convierte en un caos. Entrar en esta estancia y ver la encimera sucia y los platos en el fregadero hace que la casa no se sienta limpia. Así que cocina, pero recoge según termines de usar un cacharro.

8. Escobilla sucia y en mal estado

Es imposible percibir el baño de una casa limpio si cuando entras tienes la escobilla junto al inodoro a la vista sucia. ¡Error garrafal! Lo mejor es que elijas un diseño de portaescobilla que no deje ver la misma. Y si queda visto, a modo de vaso, que la escobilla sea de color negro. Añade algo de friegasuelos (solo o mezclado con agua) y mantendrás siempre el escobillero limpio.

9. Una alfombra en el comedor llena de migas

Tu casa no se verá limpia si al entrar la alfombra que decora la zona del comedor está llena de migas e, incluso, manchas. Presta atención a este detalle. Las alfombras más adecuadas para este ambiente son las de pelo corto o fibras (que evitan el pelo entre el que se acumula suciedad). También las vinílicas o de polipropileno, que se pueden hasta fregar.

10. No se verá limpia si no huele bien

Aunque olfato y vista son dos sentidos independientes están muy relacionados. Y la percepción de una casa limpia pasa por sentir un aroma agradable en ella. Así que un fallo que hace que tu hogar se vea sucio es que no huela bien. Usa ambientadores y ventila cada día. Un truco que funciona es aplicar ambientadores específicos sobre los textiles: el aroma perdura más tiempo.

Spray para la plancha. 

11. Manchas sobre las colchas o edredones

No hay excusa: no puedes dejar ninguna mancha en el edredón o colcha que viste la cama del dormitorio. Sea en la habitación principal o en la de los peques. Por limpia que esté la estancia, incluso, la ropa de cama, una mancha persistente estropeará la percepción. Puedes taparla con un plaid, un parche, darle la vuelta o -si no hay más remedio- comprar una pieza nueva.

12. Manchas en la pared

Una cosa son pequeños golpes del roce y otra es lucir paredes manchadas. Nos referimos a manchas de humedad, manchas de mayor tamaño, desconchones… la casa no se verá limpia nunca si tienes alguna. Merece la pena dedicar unas horas a limpiar las paredes, intentar disimular o aclarar las manchas -si no terminar con ellas de una vez- o, finalmente, repintar el paño en el que se encuentran.

13. Blancos que amarillean a la vista

La ropa de casa en color blanco amarillea con el tiempo y es un fallo dejarla a la vista. Esto hará que tu casa no se sienta limpia. Si luces fundas en sillas o sofás en este color o cortinas en blanco, devuélveles su esplendor. Solo tienes que blanquear todos esos textiles y notarás cómo el ambiente se percibe impoluto.

14. Aplicar el limpia muebles directamente

Este es un fallo que no ayuda a que la casa se vea limpia: no apliques el limpia muebles directamente sobre este, sino en el paño suave que uses para limpiar. Así el producto se reparte de manera homogénea sin crear manchas de grasa o cercos.

15. Usar el plumero y olvidarte del aspirador

Sí, como lo lees. Este fallo te puede dificultar la tarea de limpieza. El plumero "mueve" el polvo. Es más eficaz usar un paño de microfibra que atrapa el polvo y no lo desplaza. Una pasada y el polvo queda adherido al paño. Lo mismo sucede con el aspirador en comparación con la escoba. 

16. Usar productos de limpieza que perjudican ciertos materiales

Un error común es el uso de productos inapropiados para limpiar superficies de madera u otros materiales delicados. Esto puede resultar en daños irreparables y afectar la apariencia y durabilidad de los muebles, suelos o revestimientos. Por ejemplo, el amoníaco y el mármol no se llevan bien, ni tampoco productos abrasivos en la madera. Tampoco se toleran los limpiadores ácidos como el limón con el acero inoxidable, ni el alcohol con el cuero.

17. No prestar atención a las juntas de azulejos

Las juntas de los azulejos en el baño y la cocina son áreas propensas a acumular moho y suciedad. No limpiar regularmente estas juntas puede hacer que las áreas parezcan descuidadas y poco higiénicas. Con una solución de agua y vinagre de limpieza podrás dejar las juntas impecables. Si no, ayúdate del bicarbonato. Si es necesario, puedes frotar ligeramente las juntas con el cepillo para obtener mejores resultados.

Baño con azulejos blancos.

18. Abandonar los cepillos y peines

Los cepillos y peines también acumulan suciedad, cabello y residuos de productos para el cabello con el tiempo. Si no se limpian, pueden transferir estos residuos nuevamente al cabello y hacer que se vea apagado y sin brillo. Llena un recipiente con agua tibia y agrega unas gotas de jabón suave, como champú o detergente líquido. Remoja los cepillos y peines en esta solución durante unos minutos. Luego te será más fácil que la suciedad salte al frotarlos con otro cepillo. 

19. Mezclar productos de limpieza

Uno de los errores más comunes en tareas de limpieza es mezclar productos de limpieza sin tener en cuenta su compatibilidad. Al hacerlo, podrías generar reacciones químicas peligrosas o ineficientes, y poner en riesgo tu salud y la de los demás. Por ejemplo, mezclar la lejía con el amoníaco produce una reacción química que libera gases tóxicos, como el cloruro de amonio. ¡Vigila! Es un error que puede costarte la vida. 

20. No limpiar en un orden lógico

Muchas veces, la falta de un plan de limpieza adecuado puede hacer que pierdas tiempo y esfuerzo. No seguir un orden lógico puede resultar en la necesidad de volver a limpiar áreas que ya habías abordado. Es recomendable comenzar desde la parte superior de la habitación y trabajar hacia abajo, asegurándote de limpiar superficies antes de limpiar el suelo.

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