Los cajones de la mesilla, el colgador que tienes detrás de la puerta, una cómoda alta...tienen más espacio del que puede parecer y, por lo tanto, solemos acumular demasiado. La organizadora profesional Maria Zamora de KoraKora nos ayuda a identificar todo lo que tenemos debe salir cuanto antes del dormitorio. En función de lo que sea lo puedes tirar, donar o regalar.
30 objetos que deberías tirar o donar ya de tu dormitorio
1. Facturas y paples que guardas en la mesita
Ya hemos hablado de los papeles que debes tirar en casa a la voz de ya. Y las facturas antiguas esparcidas por todos los cajones de la casa son uno de ellos. La mesita de noche no es lugar para ellas.
2. La ropa que hace siglos que olvidaste en la silla
Un pantalón de estar por casa, una chaqueta gruesa, un fular por si tienes frío... son algunas de las prendas que hace meses que tienes olvidados en la silla o butaca que tienes junto a la cama. No la utilices para almacenar lo que no te pones, si no las has usado en 6 meses(o más) ya no lo harás. Mejor dónalas o tíralas.
3. Jarrones vacíos sobre la mesita de noche
En ese caso no es que los tengas que tirar, pero sí sacarlos de ahí. La mesita, sobretodo si es pequeña, debería tener solo lo imprescindible encima, es decir, lo que necesitas tener a mano cerca de la cama. Y eso no incluye un jarrón vacío, por decorativo que sea. Ya tienes otros espacios en tu casa para que este tipo de objetos luzcan.
4. Todas esas camisetas repetidas (y gastadas)
Todas lo hacemos tendemos a acumular prendas de colores o estilos muy similares. Tener mil camisetas negras, blancas o de rayas son un clásico que nunca falla. Pero ojo, de vez en cuando conviene renovarlas y 'jubilar' aquellas que están más gastadas y ya casi nunca te pones. Así que aprovecha que tienes el cajón de la camisetas ordenado por colores y deshazte de las que estén más usadas. Hasta puede ser que tengan algún agujero, se hayan dado de sí...
5. Demasiadas láminas, fotos y marcos sobre el cabecero
Los cabeceros de obra o en forma de balda quedan genial decorados con pequeños cuadros, ilustraciones o fotos... El problema es que lo conviertas casi casi en una exposición. Ya sabes que cuantos menos objetos tengas a la vista en el dormitorio más sensación de orden tendrás, lo que propiciará tu descanso. Por no hablar de que a más objetos, más polvo. Por eso, quédate solo con los que más te gusten y al resto búscales una nueva ubicación.
6. Cojines que ya nunca pones
Los que se quedan en el fondo del cesto de los cojines siempre, los que ya no te pegan con la ropa de cama, los que tienen un estampado que ya no te gusta... Estos son solo tres ejemplos de cojines que ya no deberías tener en tu dormitorio.
7. Perchas viejas o de la tintorería
Revisa las perchas de tus armarios y deshazte de las que estén deformadas o las típicas que te dan en la tintorería. Lo de tener el armario lleno de perchas distintas te hace perder espacio y, además, queda feo a la vista. Tenlo en cuenta la próxima vez que compres perchas. Todas iguales queda mucho mejor.
8. Libros y revistas que acumulas sin razón
Aunque te guste leer en la cama, en la mesita o cerca de la cama solo tendrías que tener un par de libros. Y lo mismo pasa con las revistas... La mesita no es un revistero. Cuando ya te las hayas leídono pintan nada en tu habitación.Piensa que cuanto quites el polvo tendrás menos cosas que limpiar.
9. Sábanas para hacer trapos
Seguro que en algún rincón de tu cómoda tienes un par de sábanas rotas o algo desgastadas para hacer trapos. Si ha pasado más de un año y aún siguen ahí es que prefieres comprar trapos a hacerlos con sábanas viejas (que no son atrapapolvo) y te están quitando mucho espacio. Además,los expertos recomiendan cambiar las sábanas por unas nuevas cada dos años aproximadamente, igual que la funda de las almohadas,
10. Perfumes abiertos que no te gusten
Si te gustan los perfumes seguro que tienes varios abiertos para ir combinando: uno más profundo, otro más fresco, uno para ocaciones especiales. Una cosa es tener tres y, la otra, todos esos perfumes a medio empezar que hace mucho tiempo que no te has puesto. Los que no entran en esta lista de imprescindibles mejor tíralos. Ya sabes que los perfumes una vez abiertos pierden propiedades (y fragancia).
11. Zapatos que no te gustan y, además, te hacen daño
Aunque en moda se suele decir que todo vuelve, dudamos que esos zapatos que guardas desde hace décadas y no te has vuelto a poner vuelvan a llevarse. Y lo mismo con los zapatos cada vez que te pones te hacen daño. Ni te lo pienses, pues ha llegado el momento de tirarlos (o donarlos).
12. Tu colección de sombreros que nunca te pones
Varios sombreros de paja sospechosamente parecidos, gorras de béisbol que no has usado ni una vez, tocados imposibles... Si el apartado de complementos para tu cabeza sigue creciendo en tu cómoda o armario pero nunca ve la luz del día ya va siendo hora de que te deshagas de las piezas que sean idénticas a otras y las que no crees que te vayas a poner. Aunque no lo parezca, te ocupan un espacio muy valioso.
13. Un montón de velas consumidas
Si te gusta poner velas en tu dormitorio para relajarte o, incluso, perfumar, seguro que tienes una amplia colección de velas medio gastadas en algún cajón de tu dormitorio. No las guardes todas. O, mejor, no enciendas una nueva hasta que hayas consumido algunas de las que tienes empezadas. Sino solo tiendes a acumular.
14. La ropa interior del fondo del cajón
Sujetadores que no te van, braguitas con la goma pasada y otras que no te resultan cómodas. Porque a veces compras ropa interior y no te va como te gustaría y otras guardas algunas prendas como si de un tesoro vintage se tratara. La ropa interior con el tiempo se estropea... así que haz limpieza y libera espacio.
15. Muestras de cosméticos o geles de hotel
Todas lo hemos hecho, vas a un hotel y no puedes evitar llevarte ese gel que huele a higo o un cepillo de dientes monísimo de madera. Y lo mismo pasa con las muestras de cosméticos que nos dan en la perfumería. Al final nunca los usas y acaban atiborrando algún cajón. Pasa revista y diles a adiós, tus cosméticos y geles 'titulares' son mucho mejores.
16. La bata que lleva colgada un año detrás de la puerta
Y quien dice bata, dice jersey XXL o pantalón de chandal. Si todo lo que tienes detrás de la puerta te abulta más que un abrigo entonces ha llegado el momento de deshacerte de aquello que no por tener a mano te has puesto en los últimos meses. ¡Haz que luzca ese colgador de diseño!
17. Tu colección de monederos y neceseres
¿Has contado alguna vez cuántos neceseres tienes en guardados en la mesilla? ¿De verdad necesitas tantos? Con un par de distintos tamaños tienes más que suficiente y lo mismo pasa con monederos y billeteros. Y, sobre todo, guárdalos vacíos todo bote o tarjeta que tengas allí cae en el olvido.
18. Tu ropa de deporte que no te pones
Una cosa es ser deportista y la otra no deshacerte de esa camiseta que ha corrido ya varias maratones (metafórica o literalmente). Y lo mismo vale para la ropa de deporte que te compraste en su día porque ibas a ser 'una estrella del bádminton' y ahora ya nunca juegas. Si no le das usas, mejor tírala.
19. Fotos que acumulas desordenadas en el cajón
A veces tienes fotos desordenadas en el cajón y más que nostalgia te generan una emoción negativa. Haz una criba y quédate con las que realmente te hacen feliz (como diría Marie Kondo). Lo mejor es que las tengas todas juntas en una caja o un archivador, lo mismo que algunas cartas antiguas que quieras conservar. Lo ideal es que sea fuera del dormitorio.
20. Calcetines sin pareja desde hace mucho tiempo
Aplica el refrán cada oveja con su pareja. Si tienes algún calcetín que lleva tiempo vagando por el cajón sin encontrar su media naranja dale dos semanas más de tiempo y, si no aparece, tíralo de una vez por todas.
21. Bolsas que guardas por si acaso
Una cosa es tener bolsas de tela porque siempre va bien llevar una en el bolso y la otra es acumular 30 si usas 4, como mucho. Y lo mismo paso con la costumbre de guardar bolsas de papel. Más allá de 10 o 15 el resto sobran.
22. Toda esa bisutería que nunca te pones
Pendientes, collares, pulseras... Pasa revista a toda la bisutería que acumulas y si hace más de dos años que no te pones va fuera. También la que ya no te gusta o la que alguien te trajo de un viaje y nunca has usado. Guárdate solo la que te pones y te gusta.
23. Bolsos que dejaste de usar hace años
A veces cuesta deshacerte de los bolsos sobre todo si son 'buenos', pero si llevas varias temporadas sin usarlos lo mejor es que los regales o dones. Ojo, no hablamos de los de uso esporádico, como el típico bolsito que te ha salvado en varias bodas, pero sí de los que ya estén algo pasados o te dejaron de gustar al poco de comprarlos. Una vez te quedes con los justos, ya podrás ordenarlos mejor.
24. Cables y aparatos que no sabes ni para qué son
Cargadores de móviles que no usas, conectores, ese cargador de pilas que no sabes dónde están, una cámara digital que dejó de funcionar... Si tu mesita o tu canapé tienen un cajón de cables y otros aparatos que no sabes ni para que son, lo mejor es que los tires de una vez por todas.
25. Pañuelos y fulares que ni sabes que tienes
Si nos ha echado en falta ese fular desde hace años, entonces es que en realidad no los necesitas. Y lo mismo pasa con las bufandas o los guantes... solemos acumular más de los que usamos. Pasa revista y quédate con los que usas de verdad.
26. Cajas de zapatos vacías
Porque ya tiraste los zapatos en su día o porque los tienes en el zapatero y ya no necesitas su caja. Tener una montaña de cajas de zapatos vacías te está quitando mucho espacio y lo sabes.
27. Relojes que no funcionan
Si tienes uno o varios relojes que hace tiempo que dejaron de marcar las horas ha llegado el momento de tirarlos. Si hay alguno con valor o que te encanta, llévalo al relojero para que lo revise y le cambie la pila. Pero los que ya no te pondrás, están pasados de moda o no funcionan ha llegado el momento de tirarlos.
28. Los botones que vienen en las prendas nuevas
Confiesa: tú también guardas los botones que vienen cosidos en la prendas nuevas. Segunda confesión: ¿Acaso los has usado alguna vez? Si la respuesta a estas preguntas es si y no ya va siendo hora que liberes tus cajones de botones sueltos por aquí y por allá. El día que los necesites tampoco los encontrarías.
29. Fundas nórdicas y edredones antiguos
Seguramente guardas bajo la cama o en el armario ropa de cama como edredones o fundas nórdicas que prácticamente no usas porque te molestan, te pican o las plumas ya no son lo que eran. Los expertos recomiendan cambiar la funda nórdica cada 10 años. Así respetas su vida útil y te asegurarás de tener una piel cuidada.
30. Accesorios como cinturones
Todo lo que no te pongas aunque te de mucha pena, debes tirarlo. Incluido todo lo del interior de tu cajón de accesorios como cinturones y demás.
El espacio que hay bajo la cama es clave para ganar almacenaje y orden, sobre todo en dormitorios pequeños donde cada metro cuenta. ¡Descubre la forma que más se adapta a tus necesidades de almacenaje con un canapé!
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