Es importante tener la cocina limpia y despejada antes de ponerte a hacer la cena. Lidiar con cacharros sucios mientras preparas la comida, además de ser incómodo puede resultar antihigiénico. Mientras cocinas ensucias utensilios que vas a tener que meter en el lavavajillas o que fregar. De no tener espacio, los irás acumulando en el fregadero a modo tetris, algo que va a comportar más trabajo (e incomodidades). Dispón, pues, del sitio necesario para colocar todo aquello que vayas limpiando. Lo más práctico es i r limpiando a medida que vas cocinando . Aprovecha los momentos en que los alimentos estén en el horno o la sartén, o tómate unos minutos para ello: agradecerás no amontonar tablas, cuchillos y ralladores que luego te van a parecer una pesadilla. Y... ¿ cómo limpiar bien ollas y sartenes ? Aquí te damos algunas pistas. Ir pasando una bayeta por la encimera es importante para no acumular restos de comida o eliminar las manchas antes de que se incrusten. Utiliza una bayeta específica para ello, es mucho más práctico e higiénico que utilizar la misma para toda la cocina. Las tablas deben limpiarse de inmediato si preparas o cortas en ellas alimentos como carne o pescado. Si las dejamos para más tarde, pueden suponer un foco de bacterias importante. Pelar patatas, fruta, cascar huevos… Evita ir acumulando restos sobre la encimera, por comodidad y por higiene. Ten el cubo de la basura a mano para poderlos desechar con facilidad y ten también la escoba cerca, siempre hay algo que acaba en el suelo ¡y corres el riesgo de pisar! Si no quieres tener que ventilar toda tu casa antes de irte a la cama, utiliza bien la campana extractora . Una vez hayas acabado de cocinar, mantenla 10 minutos encendida para eliminar los restos de olores. Y recuerda que siempre es mejor tener la ventana de la cocina un poquito abierta para que haya una correcta circulación de aire. Ya has preparado la cena. Has ido limpiando todo lo que has ensuciado a medida que ibas preparando la comida. Pero quedan aún algunos utensilios de última hora… ¿los friegas y te comes la sopa fría? Ponlos en remojo y disfruta de lo que tengas en el plato. Quita la mesa tan pronto como te levantes de la silla: lleva los platos y demás a la cocina, recoge el mantel y colócalo todo, de nuevo, en su sitio. Tener el comedor limpio y ordenado es el primer paso. Como ya no te queda más que los cuatro utensilios de última hora (que tienes en remojo), fregar los platos de la cena no te va a llevar mucho tiempo. Si tienes lavavajillas, mejor aún… Lo que podría representate un mundo, es un puro trámite. Ya hemos visto que no todo son los platos y cacharros. Haz un repaso general de la cocina, ya que eliminar la suciedad reciente es mucho más rápido (y fácil) que tener que hacerlo con la suciedad seca o incrustada. Y aquí te damos algunos trucos para limpiar la cocina a fondo . Deja para el final la encimera y el fregadero , dos lugares que debes limpiar y desinfectar a conciencia, ya que son los de más uso. Antes de apagar la luz de la cocina hasta mañana, una última consideración para tus bayetas. Llena el fregadero con un poco de agua caliente y chorrito de lejía, o incluso vinagre, pon las bayetas en remojo durante toda la noche y, a la mañana siguiente, enjuágalas. Es la mejor manera de tener los gérmenes a raya. Aunque te parezca increíble, las bayetas y paños de cocina pueden contener más bacterias que tu baño. Utilizar una sola bayeta para limpiarlo todo, o secar con el mismo paño, puede resultar contraproducente. Lo mejor es utilizar una bayeta o trapo para cada cosa y lavarlos a menudo, dependiendo de su uso. Mételos en la lavadora, junto con toallas, por ejemplo y tiéndelos para que se sequen bien.