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- Lo fundamental es conocer el origen principal del problema. Para ello, tendremos que hacer una primera revisión de los posibles alimentos en mal estado, prestando especial atención a los frescos, que son lo que suelen descomponerse antes.
- Limpiar la nevera una vez al mes o cada 40 días. Hay que limpiarla toda, por lo que lo primero que haremos será vaciarla. Una vez desprovista de todo su contenido, limpiamos con una bayeta, agua tibia y bicarbonato sódico las baldas, puerta, recovecos y cajones. Es muy común que la causa del mal olor permanente sean esos restos de suciedad que se quedan incrustados semanas y semanas.
- La colocación de los alimentos, como decíamos, es imprescindible para su buena conservación. Por ejemplo, los cajones de abajo están destinados a la fruta y a la verdura. Los productos como embutidos o quesos (de olores más fuertes) deberían envolverse en papel film o aluminio, para que su olor no 'contamine' al resto. La zona de la puerta y la de arriba es la menos fría, así que aquí sería ideal que colocáramos las salsas y la mantequilla, igual que, por el contrario, la parte baja es la más fría, así que resulta idónea para carnes y pescados.
- No sobrecargar los diferentes espacios. Es muy común eso de "déjame a mí que aquí cabe seguro". Error. Esto dificultará la circulación del aire frío y podría afectar a la conservación de los alimentos.
- Por último, cuando apagues la nevera por lo que sea, no olvides dejarla abierta, si no también contribuirá a que permanezcan los malos olores.
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REMEDIOS CASEROS:
Aunque tomemos todas las medidas adecuadas para evitar los malos olores, puede que algo se nos pase o que lleguemos demasiado tarde. Si queremos asegurarnos de eliminar los olores del todo existen ambientadores para neveras o también puedes decantarte por algunos remedios, muchos 'de toda la vida', que ayudarán a quitar el olor de la nevera:
- El limón. Ya sea en un vaso de zumo o partido por la mitad con varios clavos.
- Una taza de café molido.
- Miga de pan dura.
- Un pequeño recipiente con bicarbonato sódico.
- Un trozo de carbón vegetal.