Limpieza

Cómo limpiar puertas de madera

Ya sea en interior o en exterior, lo más habitual es tener puertas de madera y las usamos todos los días, pero ¿las limpiamos? ¿Sabemos hacerlo bien?

Puerta madera entrada

Aprende a limpiar las puertas de madera. 

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Las puertas suelen ser las grandes olvidadas en temas de limpieza. Por eso, hemos reunido varios trucos de limpieza para que las dejes como nuevas. Para empezar debes saber que hay que evitar una serie de errores al limpiar las puertas de madera.

  • Cuidado con el plumero. No conviene abusar de él y tenerlo como único utensilio de limpieza, ya que lo que puede hacer es esparcir el polvo en vez de quitar la suciedad.
  • Empezar la limpieza de la casa por las puertas es otro error habitual. Cuando después nos pongamos con el resto (estanterías, suelos y muebles), los ácaros y gérmenes de éstos, las 'salpicarán' y no habrá servido de nada.
  • Manillas, pomos y marcos: los grandes olvidados y los más importantes. Éstos son los que más gérmenes y bacterias contienen, ya que son las partes con las que tenemos más contacto, entre otras cosas.
  • No secarlas después de cada limpieza. La humedad es uno de los grandes enemigos de los muebles de madera: se pueden agrietar, estropear, perder brillo...
Puerta de madera
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PASOS BÁSICOS A SEGUIR

  • Establecer una rutina de cada 15 días dedicarnos a las puertas. Más tiempo querrá decir que se acumula más suciedad que podría dañarlas irremediablemente haciendo que se deterioren.
  • Podríamos comenzar con el plumero, pero sin olvidar posteriormente usar un paño de microfibra o algodón, agua y jabón neutro para realizar esta limpieza. Esto lo puedes usar en todos los casos salvo en los que las puertas sean lacadas o con pintura especial, en las que es más recomendable usar productos específicos para su mejor conservación.
  • En el caso de las manillas y los marcos, reservarnos una vez a la semana como mínimo para limpiarlos, por la cantidad de gérmenes que acumulan, como hemos dicho antes. En el caso de las manillas, sí que es necesario fijarnos en el material concreto del que están hechas para comprar un desinfectante más específico, si fuese necesario.

CUANDO ESTÁN MUY SUCIAS

Como hemos comenzado diciendo, es muy habitual descuidar la limpieza de las puertas y que, luego, quizá sea ¿demasiado tarde? Antes de lanzarnos las manos a la cabeza, hay remedios para coger esa suciedad ya acumulada a tiempo y recuperar el brillo de nuestras puertas.

  • Alcohol inorgánico o un disolvente universal, que podrás adquirir en sitios como Leroy Merlín o Amazon. El procedimiento a seguir es muy parecido al de la limpieza básica: humedeceremos una toalla limpia con este producto y la pasaremos por la puerta, haciendo hincapié en las manchas más complicadas y, en el caso de que la madera fuese rayada, no olvidar seguir el curso de este rayado.
  • Cera específica para muebles. Es líquida y bastaría con salpicar un poco y ayudarnos con un paño limpio. Este procedimiento, además, no sólo ayuda a limpiar, sino que hará que nuestras puertas vuelvan a lucir como antes, notarás el brillo desde la primera pasada.
  • Si hablamos de grasa incrustada, un truco que funciona muy bien es el uso de polvos de talco sobre la mancha en concreto. Una vez recubierta, lo dejaremos actuar unos minutos para, después, retirarlo con un paño húmedo con agua y jabón neutro.
  • Si aun así las manchas siguen persistiendo, también son más que recomendables el agua de limón y el vinagre. Si nuestras abuelas los usaban para la limpieza general del hogar y así brillaban, será por algo.

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¿CÓMO LIMPIAR LAS PUERTAS LACADAS?

Ahora son muy habituales y su limpieza varía un poco, sobre todo, porque hay que tener en cuenta que suelen ser puertas blancas, que se manchan más y son más delicadas de mantener. Pero nada que no tenga fácil solución.

  • La vida media de una puerta lacada es de unos 15 años. Partiendo de esto y de que es normal, a pesar de cualquier esfuerzo, que amarilleen algo con el paso del tiempo, al estar lacadas, acumulan menos polvo. Con pasar un plumero y un paño húmedo con jabón neutro cada dos semanas, el resultado será más que óptimo.
  • No es recomendable usar productos abrasivos. El lacado, como decíamos, es mucho más sensible y delicado que la madera al natural. Aunque acumula menos polvo, sí que es muy fácil 'hacerles daño'. Así que en el caso de que hubiera manchas más complicadas, recurriríamos a alcohol diluido en agua.
  • Evitar el estropajo. Aunque no lo habíamos mencionado, aquí es todavía más importante no caer en su uso, a pesar de que veamos una mancha grande. Seguramente rayaríamos el lacado o podría terminar desapareciendo en partes.

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