¿Sabías que un 27% de los españoles afirma que puntualmente compra cosas que no puede permitirse? Teniéndolo en cuenta, a la hora de pedir un préstamo para reformar o decorar tu casa es importante apelar al sentido común y reflexionar seriamente sobre la necesidad y conveniencia de esta intervención.
Si después de meditarlo encontramos viable la solicitud de un crédito para hacerle un lavado de cara a nuestra vivienda, conviene no perder de vista las siguientes claves:
- El gasto mensual para devolver el préstamo al banco nunca debería superar el 30% de nuestros ingresos. Esta cifra es orientativa, ya que si hay cargas familiares o nuestra situación económica es inestable, el porcentaje debería disminuir.
- Aunque las cuotas sean más bajas, no conviene extender mucho el periodo de devolución, pues la suma final de los intereses resultará muy elevada.
- Es fundamental analizar hasta el más mínimo detalle de los posibles costes extras (como por ejemplo las comisiones) y las consecuencias que implicaría no poder pagar el préstamo (comisiones por demora, reunificaciones de deudas, la posibilidad de figurar en un fichero de morosos…).
Considerando todas estas cuestiones y aplicando el sentido común, tu reforma irá sobre ruedas.