Cómo ahorrar a los 30
En la década de los 30 a los 40 suelen tomarse una serie de decisiones que afectan directamente a nuestra economía: comprar una casa, comprar un coche, tener hijos… Y aunque todavía crees que la jubilación está a años luz, los expertos consideran que es la mejor edad para empezar con un plan de pensiones.
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Márcate objetivos
Sean cuales sean, márcate tus objetivos y céntrate en ellos. Nadie dice que ahorrar sea fácil, así que la motivación tiene que ser fuerte. Para ponerte brackets, para irte de viaje o simplemente para prepararte una jubilación cómoda, centrarte en un objetivo y planificar tu ahorro va a serte de mucha ayuda.
Sé realista
… y no vivas por encima de tus posibilidades. Puede que a esta edad tengas un sueldo que te permita vivir holgadamente. Si no tienes hipotecas ni familia, es fácil caer en la tentación de los caprichos. Así que es un buen momento para reflexionar sobre el valor real que le das a lo material.
Gastos hormiga
Son aquellos gastos que no tenemos muy en cuenta por tratarse de pequeñas cantidades. Desayunar en bar, hacerte la manicura cada quince días… Gastos que parecen insignificantes hasta que los sumas y te das cuenta de que sin ellos podrías pagarte ese billete de avión que hace meses que persigues.

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Organízate
A veces ahorrar es cuestión de organización. Saber qué entradas tienes, conocer tus gastos fijos y analizar los que son prescindibles… Para ello, existen apps que te ayudarán con tus finanzas de forma fácil y efectiva, como la conocida Fintonic.
Cómo ahorrar a los 40
Es habitual que a los 40 hayas formado una familia y te encuentres con una hipoteca entre manos. Ahorrar, pues, va a resultar más complicado porque los gastos fijos son más elevados.

FINANZAS PERSONALES
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Organización y objetivos
Si no empezaste a los 30, no pierdas ni un minuto más: organízate, analiza tus entradas y tus gastos y márcate objetivos. Aunque tengas que pagar las extraescolares de los niños y necesites un extra mensual para imprevistos como dentistas o excursiones, no dejes de ahorrar aunque sea en pequeñas cantidades.
Ahorro doméstico
Revisa las facturas de suministros y plantéate un mayor ahorro energético. Un gesto tan sencillo como cambiar las bombillas puede comportarte una suma considerable al mes. Párate a pensar en el plan que te ofrecen las compañías telefónicas o en si todas las plataformas a las que estás suscrito son realmente necesarias.
¿Vacaciones en familia? ¡Claro que sí!
Solo tienes que encontrar un buen “cómo”. Muchas familias de todo el mundo optan por el intercambio de casas. En webs como Home for Exchange puedes encontrar el destino y la casa que más se adecue a lo que estás buscando. El ahorro en alojamiento cambiará tus vacaciones ¡y mucho!

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Cómo ahorrar a los 50
Si tu práctica de ahorro viene de lejos, a esta edad ya tendrás un colchón considerable en el que dormir tranquilo. Si por el contrario llegas a los 50 y tu economía es un caos, ponte manos a la obra: nunca es tarde para empezar.
Acaba con las deudas
Hipoteca, tarjeta de crédito… Haz un plan para liquidarlas lo antes posible si no quieres que la pelota se haga cada vez mayor.
Revista tus finanzas
¿Mutuas de salud? ¿Seguros de vida? Revisa todo aquello que contrataste en su día y reajústalo a tus necesidades presentes y futuras.
Los hijos se van
Aquellos que hayan formado una familia a los 30, puede que en esta década vean como los hijos se independizan. Además de suponer un gasto menos, puedes plantearte mudarte a una casa más pequeña, más económica… Lo que significaría más ahorro.
Jubilación a la vista
Si no tienes plan de pensiones y auguras una jubilación escasa, no entres en pánico: tienes al menos 15 años para ponerle remedio. Infórmate bien y márcate un plan, aunque esto comporte algunos sacrificios.
Para todas las edades
La clave para ahorrar es saber en qué gastas el dinero. Es una tarea fácil porque ahora las aplicaciones de muchos bancos te permiten clasificar tus gastos y ser así consciente de en qué se va más dinero y en qué menos.
La regla del 50-20-30
Es una pauta fácil y, por lo que parece, efectiva. Consiste en destinar el 50% de lo que ganas a los gastos fijos: casa, comida, suministros, etc. El 20% va destinado al ahorro. Y el 30% a tus gastos personales, teniendo siempre en cuenta que lo que te sobre de estos gastos debes ponerlo en el 20 del ahorro… ¡Nunca vendrá mal un plus de ahorro!
Y recuerda...
En lo que debes poner todo tu empeño es en gastar bien. A partir de aquí el ahorro vendrá solo.