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LIMPIEZA DE VERANO
Isabel Lavín Actualizado a 25 de mayo de 2020, 07:00
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1.
Empieza por los más grande para hacer limpieza en la terraza. El óxido es uno de los problemas más comunes de los muebles de aluminio o metal. Si el daño no es mucho, podrás arreglarlo con pintura antioxidante; pero si es demasiado, puede llegar a romperse.
2.
O con alguna de las varillas rotas. En el mejor de los casos, no será más que un palo sin vida en medio de la terraza, pero en el peor os dará en la cabeza por sorpresa. Mejor, fuera.
3.
Una pala sin mango o una regadera sin alcachofa no valen para nada. La pala por incómoda y la regadera porque sin la alcachofa echa el agua de golpe, removiendo la tierra, lo cual no es nada recomendable para el sano crecimiento de la planta. Primero comprueba si se pueden arreglar, pero si no es posible, al montón de tirar.
4.
La primavera está a medio gas, pero seguro que hay alguna planta que no ha sobrevivido a tus excesivos cuidados –el exceso de agua es una de las causas más frecuentes por las que se mueren las plantas–. Vete al vivero más cercano, hazte con nuevos plantones y tira las plantas muertas.
5.
Los textiles de exterior llevan incorporado un tratamiento tecnológico para que sean resistentes a las inclemencias del tiempo. Pero si la tela está muy desgastada o tiene alguna parte rota –y no tiene arreglo– lo mejor es que te deshagas de ellos y los cambies o retapices con nuevas telas.
6.
¿Hace cuanto hiciste la instalación para la luz de la terraza? Tal vez ha llegado el momento de revisarla, limpiar las pantallas y, si está oxidada o no conecta bien, cambiarla por una nueva. ¡Incluso el casquillo –para exterior– con una bombilla es más seguro!
7.
El plus que ofrece una tumbona es, precisamente, que puedes regular el respaldo para acostarte en ella o estar cómodamente sentado. Si el enganche no engancha y solo se puede disfrutar en una posición, tal vez convendría quitarla y liberar el espacio para colocar un mueble que sí uses.
8.
La pintura puede utilizarse sin problema de un año a otro. Puede durar hasta dos años, siempre que esté bien almacenada, cerrada y sin estar expuesta a temperaturas ni demasiado altas ni demasiado bajas. Pero si lleva ahí más tiempo, ponlo en el montón de tirar. Y la próxima vez, almacena los botes de pintura en un lugar de tu casa fresco y seco. El trastero es un buen lugar.
9.
Hay cosas en las que es mejor no escatimar. Un tendedero endeble es más un problema que una solución. Si cuando hay un poquitín de viento, se cae, o pierde el equilibrio con cualquier cambio de peso, llévalo a un punto limpio. ¡Y la próxima vez no limites demasiado tu presupuesto!
10.
El calor del verano y las heladas y lluvias del invierno terminan por hacer mella en cualquier material. Y las cuerdas de tender la ropa están ahí siempre. Si ya llevan muchos años o el color no es el que debería, cámbialas por unas nuevas.
11.
Cuando lo compraste, te pareció lo más ideal. Pero no la usas y además se come muchísimo espacio de la terraza. ¿Por qué no la pones en el interior de tu casa? Seguro que hay algún rincón de tu salón o dormitorio en el que encaja a la perfección.
12.
La iluminación de ambiente tan importante en la terraza como lo es en cualquier otro espacio de tu casa. Pero si ves que la mayoría de leds de tu guirnalda ya no enciende, mejor quítalas.
13.
Las alfombras de exterior, aunque están precisamente diseñadas para eso, si no se cuidan se estropean con la humedad y las heladas del invierno, especialmente si son de fibras. Si no la recogiste cuando terminó la temporada de terraza, tal vez sea mejor que te deshagas de ella.
14.
Los muebles de exterior de madera y fibras naturales necesitan un tratamiento periódico para que se mantengan como el primer día. Si no lo hiciste el otoño pasado, puede que aún puedas recuperarlos. Pero si llevas dejándolo varias temporadas, tendrán hongos y moho. Casi que mejor deshacerte de ellos.
15.
Revisa el armario en el que guardas insecticidas, fungicidas o abonos. Comprueba las fechas de caducidad y, si ha pasado, mejor que te deshagas del producto. Ante las dudas, vete a un punto limpio y te dirán dónde tienes que depositarlo.
16.
Las de plástico suelen secarse por el sol y romperse con el tiempo, mientras que las de madera se ponen de un feo color negro si se dejan al aire libre. Esas y las que estén rotas, ¡también fuera! Y si te haces con unas nuevas, hay algunos modelos sin muelle de madera con una menor huella ecológica que las de plástico.
17.
Si el viento ha tirado alguna durante el invierno, es probable que se haya roto, especialmente si era de barro o cerámica. Si está hecha pedazos, no tendrás más remedio que tirarla, pero si son dos o tres nada más puedes pegarlos con masilla y después pintar la maceta. ¡Reutiliza y decora al mismo tiempo!
18.
Seguro que te ha pasado que se ha consumido la mecha pero ha quedado un montón de cera por quemar. Puedes tirarlas, pero ¿sabías que se pueden recuperar? Solo necesitas un hilo grueso de algodón (mojado en cera y dejándolo secar estirado), derretir la cera sobrante al baño maría y colocar ambos elementos en un molde. Deja secar y ¡tendrás una vela nueva!
19.
Este material es cómodo, fácil de instalar y ofrece un resultado bonito. Pero hay que barrerlo, regarlo y limpiarlo con periodicidad para que sea confortable y mantenga su aspecto. Estas son las claves para conservar tu césped artificial.
20.
Ni del viento ni de las miradas ajenas. Ya sea porque está desgastado, roto o tiene manchas de moho o negruzcas. Mejor que lo quites de tu terraza y lo renueves. En su lugar, te ofrecemos 10 soluciones para crear privacidad en tu terraza.
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