Tener más productos de belleza no significa que vayas a obtener mejores resultados. Lo hecho hecho está, y ahora has de aprovechar todos los frascos que tienes almacenados en el baño. Pero a partir de ahora te proponemos un cambio de mentalidad que te ayude a no derrochar más de la cuenta, un nuevo estilo de vida basado en el ahorro y la compra meditada, nunca impulsiva.
Lo que ya tienes
Desecha
Mira uno por uno cada uno de los productos que tengas en casa y comprueba que no esté caducados. Los que sí que lo estén deberán ir directos a la basura, sin miramientos, tú piel te lo agradecerá. Una vez superado el tiempo de vida marcado en el envase, la mayoría de ellos pierden efectividad y pueden ser peligrosos para la salud.
Conserva
El resto, todos aquellos que hayas decidido conservar, han de guardarse en un lugar adecuado: por lo general alejados de la luz natural. Otros, como por ejemplo, las lacas de uñas, estarán mejor dentro de la nevera, al igual que las cremas faciales durante los meses calurosos.
Roto no es sinónimo de estropeado. Los polvos compactos y las sombras de ojos pueden arreglarse con un poco de paciencia y alcohol, incluso puedes recuperar una barra de labios rota con una vela y el frío de la nevera: calienta ambos trozos con la llama, júntalos, repasa con los dedos la unión y pon a enfriar. ¡Et voilà!
Hazlo tú mismo
Manualidades cosméticas
Fabricar en casa tus propios productos es tan fácil como mezclar ingredientes naturales adaptados a cada necesidad. Si quieres ir un paso más allá, te proponemos comprar la materia prima cosmética en tiendas especializadas e inventar formulaciones creativas. Ahorrarás dinero y disfrutarás como un científico.
También ahorrarás dinero si te tiñes, maquillas y peinas en casa. No habrá nadie que conozca tan bien tus gustos. En algunos grandes centros comerciales hay marcas, como MAC, que se ofrecen a maquillarte y te enseñan cómo hacerlo bien de manera gratuita (eso sí, con cita previa).
Lo que vas a necesitar
Lánzate a las ofertas
Pero con cabeza. Compra más de una unidad sólo en caso de que sean productos que tarden bastante tiempo en perecer, como geles y champús. Invierte en frascos de cristal que puedas rellenar y vuelve a usar las tradicionales pastillas de jabón. Tu bolsillo y el medioambiente te lo agradecerán.
No a las falsificaciones, sí a las equivalencias
Hay marcas blancas que cumplen a rajatabla las leyes de seguridad sanitarias y, al mismo tiempo, cuentan con productos mucho más baratos que, en ocasiones, se asemejan a los de las grandes firmas cosméticas.
La belleza es una tómbola
Las tarjetas de fidelidad de las marcas de belleza son un buen modo de conseguir muestras gratis; también los sorteos de las redes sociales. Tan sólo deberás seguir a los perfiles más activos y generosos, que se ocuparán de marcar una reglas de juego con las que poder participar. El resto dependerá de tu suerte y del algoritmo.