"Los propietarios nos comentaron que querían mantener la distribución original, pero les explicamos las enormes posibilidades que ofrecía el piso gracias a sus vistas al Parque de Doña Casilda, el punto fuerte de la casa", apunta Sandra. Por esta razón, decidieron abrir un vano en la pared que separa el salón del recibidor: no solo para ganar amplitud visual, sino para disfrutar del fondo verde de los árboles nada más entrar en la vivienda", dice Sandra.
Sobre la base en tonos claros, las interioristas añadieron acentos puntuales de color que suman personalidad, como los complementos textiles –cojines y plaids que aportan dinamismo– o piezas con mayor peso visual, como la biblioteca lacada en verde del salón. Se trata de un diseño de Sandra Vergara Studio, muy particular con un panel corredero acabado en beige que aligera el conjunto y oculta una zona de almacenaje.