Cabeceros

Tal cual. Un detalle que añade categoría, con esa reminiscencia clásica de las viviendas nobles del pasado. Los rosetones son esas piezas circulares ornamentadas que decoran alrededor del punto de luz del techo. ¿Te apetece? Aquí se combina este elemento con molduras en forma de cuarterones en la pared principal del dormitorio.

Sí, sí. Moqueta, de lana y en tono beige. "Ya estaba y a los propietarios les gustó tanto que no quisieron cambiarla. No me extraña porque andar descalzo por ella es un lujo", confiesa Mar. 

Para dar ese toque clásico en el dormitorio, se recurrió a unas molduras en las paredes y un cabecero con capitoné, además de una paleta decorativa en tonos neutros para que la pareja de propietarios tuviera toda la paz del mundo.

Es la estancia que menos cambió. Con un papel pintado gris, un cabecero en capitoné, una alfombra con textura y piezas de toque clásico rejuveneció por completo.

Otro de los colores que hace que se sienta más cara la decoración es el color gris. Y combina bien con el tono blanco marfil. El gris es elegante y neutro. Puede encajar en ambientes de estilo más actual o en neoclásicos. Tiene presencia. Para evitar ese punto de frialdad que tiene, incorpóralo con texturas, como el papel pintado de la pared principal en este dormitorio.

Unas sábanas blancas no fallan en verano y, si son de algodón, mucho mejor, ya que traspiran mejor y regulan la temperatura. Si en tu zona refresca por las noches, añade una colchita de lino. Así, si tienes frío por la noche, te la podrás echar por encima sin necesidad de levantarte de la cama.  

Este dormitorio desprende una atmósfera súper natural. Y todo gracias a la sabia combinación de colores que ha sabido darle Solange Van Dorssen.
El beige de la fibra, la madera y la ropa de cama contrasta con el suave verde de la pared lacada y los cojines de cuadros. Los complementos en blanco le dan más luz a la habitación.

Si te gusta andar descalza por la casa, un parqué de madera de roble es una excelente propuesta. En dormitorios, un modelo en tono miel y con las vetas a la vista, como este de la imagen diseñado por Marta Tobella, ¡resulta cálido y acogedor! Para mantenerlo en buenas condiciones por más tiempo, protégelo con alfombras allí donde haya muebles, como bajo la cama o bajo la cómoda. 

Este cabecero a medida diseñado por Asun Antó enmarca la cama y la separa visualmente de la puerta de baño, que queda justo detrás, y el vestidor. Además, integra las mesillas, los apliques y las instalaciones y, en la parte de atrás, es un práctico zapatero. Todo en un espacio de 220 x 40 x 110 cm. En blanco es luminoso y da intimidad a la cama dejando paso a la luz. Un auténtico mueble multifunción. 

¿Os han invitado unos amigos a pasar unos días en su casa? Si habéis aceptado, procurar no darles demasiado trabajo. Una norma básica: hacer la cama cada día y dejar los dormitorios ordenados. Nada de dejar la ropa tirada en una silla o sobre la cama. Colocar las prendas en las perchas, guardar la maleta en el armario para que no se vea... Recordar que estáis en una casa, no en un hotel.

"Recuerda que el dormitorio es un lugar de descanso y tranquilidad. Así que, nada de malos rollos. Juega con una paleta de colores neutros y relajantes, que contribuyan a crear esa atmósfera serena y calmada. Los tonos intensos y vibrantes, como rojos o negros, pueden generar una sensación de hostilidad y tensión, lo cual no es ideal para un espacio destinado a la relajación", nos cuenta Natalia.

El cabecero, además de repisa, puede tener en su interior hueco para almacenar almohadas, mantas, sábanas o plaids. La interiorista Elena Eyre eligió este modelo de cabecero con baldas en sus laterales para guardar en ellas libros, bisutería o dispositivos electrónicos. ¡Simplemente, perfecto!

Los cabeceros a medida que van de pared a pared son un buen recurso de almacenaje. Aprovecha la parte superior como repisa para colocar cuadros, libros o jarrones. Es lo que ha hecho en este cabecero de roble la interiorista Marta Tobella.

Además, ha creado una hornacina que sirve de mesilla de noche. Los apliques integrados evitan tener que poner lámparas de sobremesa liberando espacio.

Los dormitorios pequeños también necesitan lugares de almacenamiento aunque aquí hay que agudizar más el ingenio. Una idea excelente son las mesillas voladas que aligeran el espacio. Como están elevadas, puedes aprovechar el espacio bajo la mesilla para colocar una cesta, por ejemplo

¿Tienes más zapatos que Paris Hilton? Si necesitas un lugar concreto para guardarlos, copia esta idea genial: un mueble bajo la ventana como este te permitirá almacenar ¡hasta 32 pares! ¡Súper bonito y súper discreto! Lo ha diseñado la interiorista Bárbara Serra.

El modo de vida consciente y slow tiene mucha conexión con la naturaleza y con esa calma y bienestar que nos aporta el contacto con ella. En los interiores hay que sentirla cerca (algo que se logra con plantas, colores, materiales, texturas, acabados…). Para ello, lleva al dormitorio ese contacto con lo natural a través de plantas. Como aquí, pueden ser plantas naturales. Pero también hay otros trucos decorativos…

No hay colores prohibidos para pintar o decorar el dormitorio, pero sí algunos que aseguran que la atmósfera será la adecuada para calmar y sosegar. Lo colores neutros funcionan porque son relajantes. Son una base idónea para crear la decoración que prefieras. Además, potencian la luminosidad. No hablamos tanto de blanco puro sino de una gama más neutra, afín a las tonalidades tierra más claras. Sobre ella, ¿por qué no incorporar otros colores que te hagan sentir bien, aunque sean oscuros, en menor cantidad?

Juega con distintos tipos de luz. Esto es posible combinando luminarias de mesa, apliques, de pie o colgantes. Pero que todas tengan la misma temperatura de color (blanco cálido) y que cuenten con regulador de intensidad para crear la atmósfera que necesites según el momento y uso que vayas a hacer del dormitorio.

En la suite, como en el resto de la casa, se ha optado por pocas piezas, para no recargar el espacio, pero escogidas, como el original cabecero de esparto, a juego con las lámparas del comedor. Da un toque fresco y nos recuerda que en Maranatha se hace vida durante todo el año. Es un placer despertar aquí, con el río de fondo y la cama orientada hacia el jardín.

Las texturas pueden agregar profundidad e interés visual a un espacio, pero es importante mezclarlas de manera equilibrada para evitar una decoración demasiado abrumadora.

Otra de las ideas que propone Natalia Zubizarreta es dejar la pared despejada para ayudar a aportar mayor amplitud al dormitorio. Para darle más personalidad y ayudar a enmarcar la cama propone, igual que ha hecho en este dormitorio, con unas molduras pintadas del mismo color que el cabecero. 

Hay piezas que resultan infalibles a la hora de dotar de estilo a cualquier estancia. Es el caso de los cabeceros infantiles. En función del material, el tapizado y el color que elijas, realzarás el look que hayas elegido para el dormitorio. Aquí, por ejemplo, la madera y las letras con aires vintage, enfatizan el estilo provenzal del dormitorio.

Los cabeceros de fibras son otra de las tendencias que se ha instalado en los últimos años y parece que tiene cuerda para rato. Han vuelto los cabeceros de rejilla más clásicos y se han reversionado, como sucede con este cabecero de roble y ratán de El Corte Inglés. También se llevan los modelos hechos con caña de ratán que hacen ligeros dibujos y que son perfectos para pisos jóvenes o casas de vacaciones. Las fibras son cálidas y ponen un toque artesanal. 

Los cabeceros de madera oscura tampoco son tendencia ahora mismo. Igual que los cabeceros decapados que también tuvieron su momento. Si quieres un cabecero de madera, que sea de un tono medio tirando a miel, como el roble. El cabecero de la imagen tiene la particularidad que está hecho con una puerta recuperada, otra tendencia que tuvo su momento ya hace algunos años. 

Los cabeceros con capitoné son un clásico que no pasa de moda para decorar el dormitorio. Elegantes y delicados, su sola presencia sube el nivel de tu dormitorio. Los característicos relieves del capitoné, además, también son cómodos si lees mucho en la cama. Se llevan también los que están rematados con tachuelas y los de formato XXL, con más altura de lo normal. En este dormitorio decorado en blanco, el cabecero beige contrasta y da calidez. 

Si quieres integrar el cabecero al máximo a la decoración de tu dormitorio y que tenga almacenaje, lo ideal es que apuestes por un cabecero a medida, como este. En apenas 25 cm de fondo integra las mesillas a modo de hornacinas y tiene una práctica balda para apoyar objetos y decorar la pared del cabecero. Además, al combinar blanco con madera, el resultado es cálido y luminoso, perfecto en el dormitorio. 

Los cabeceros de madera tallada con motivos vegetales añadirán años a tu dormitorio ya que es un estilo de muebles que, ahora mismo, no se lleva. Tampoco es necesario que conjuntes el cabecero con la mesilla y que todo el dormitorio respire el mismo aire. 

Los cabeceros tapizados lisos ganan por goleada a los estampados. Son más fáciles de combinar, no cansan y no marcan tanto la decoración del dormitorio. Para un aire natural apuesta por un lino, aunque si lo que quieres es sofisticación, el terciopelo sigue siendo tendencia también. Y lo que tampoco se lleva es conjuntar el estampado del cabecero con las cortinas, como aquí. Queda demasiado recargado. 

Los cabeceros de forja también son otra tendencia que ha pasado a mejor vida. En blanco, como este, dan a tu dormitorio un aire provenzal y hasta british, algo demodé. Y si es de forja negra, marca mucho la decoración y solo son aptos en dormitorio rústicos. Sustitúyelos por algún diseño desenfundadle o de fibras. Te quedarán mucho mejor. 

Los cabeceros de aire excesivamente handmade tampoco se llevan, como este hecho con un colgador puesto a unos 50 cm de la cama y decorado con unas cortinas. El resultado es como de otra época. La alternativa, si quieres algo con tela, es revestir la pared con un papel pintado textil o apostar por un cabecero desenfundable de lino. 

Otra clave de la interiorista para dotar de estilo una casa es valerse de los tejidos en cojines, plaids y mantas, sábanas… ''Siempre procuro que sean tejidos de alta calidad, como linos, algodones, lanas… materiales muy naturales y con buen tacto que también otorgan sofisticación a los proyectos'', concluye.

Del mismo modo, también le gusta incorporar piezas modernas, ''especialmente en forma de aparatos de iluminación, como lámparas de diseño'', explica. Como ves, el contraste entre lo antiguo y lo moderno es un must para la interiorista.

Dos apliques, uno a cada lado de la cama, para que cada uno tenga su punto de luz independiente. Lo ideal es que sea regulable y orientable, de manera que si uno quiere leer pueda hacerlo mientras el otro prefiere descansar con la luz apagada. Uno puede querer leer y otro no. Es importante contar con luz ambiente y luz puntual para leer en la cama.

Esto es casi un ejercicio. Navegad por ElMueble.com, salid de tiendas, mirad… Se trata de buscar juntos ese color o elementos que os gusta a los dos. Porque si encontráis un elemento especial que compartís, ese es el que tenéis que incorporar para sentir que es un espacio compartido de verdad.

Para no entrar en conflicto con el estilo del dormitorio principal, es bueno decantarse por una tendencia neutra, actual, pero no ultra moderna. Tampoco clásica. El contemporáneo es un punto adecuado en el que situarse. Porque así el dormitorio no será ni tan industrial ni tan barroco como preferiría uno de los dos. Sobre una base atemporal es posible incluir detalles más personales, afines a cada uno, que harán que la habitación se sienta propia.

Lograr una distribución única, personal y original le da mucho flow al dormitorio, a pesar de que se decore en neutros y muebles básicos. Una buena idea es optar por una cama con dosel situada en mitad de la estancia o diseñar un cabecero exento que no apoye en ninguna de las paredes principales. Detrás podéis ubicar una zona de trabajo, el vestidor, el paso al baño…

Para un buen descanso es mejor contar con un dormitorio que no sea recargado y, a poder ser, con una decoración muy sencilla. Hiba Abouk parece cumplir con esta recomendación y vemos que su dormitorio principal es una estancia muy iluminada por la luz natural, respaldada con el blanco puro de las paredes y cuadros.

Acompañando a los tonos blancos con detalles marrones como el cabecero, y dorados como la iluminación de los cuadros, el dormitorio parece dividirse en dos partes con un zócalo negro, aportando aún más sofisticación.

Los muebles a medida son más caros y no siempre podrás llevártelos contigo en caso de mudanza, pero son perfectos para pisos pequeños porque optimizan cada cm útil. En el dormitorio, por ejemplo, con apenas 20 cm, puedes tener un cabecero tipo murete que integre las mesillas. Y si llevas los armarios hasta el techo, ganarás espacio extra para ropa de otra temporada. En cocinas pequeñas, puedes ganar un mini office con una barra. Calcula, al menos, 45 cm de fondo y unos 60 cm por persona. Si es abatible, desaparecerá cuando no la uses. ¿Y el espacio bajo la ventana? Habilita un escritorio –con 40 cm de fondo te cabe un portátil– o aprovéchalo con un mueble bajo con cajones.

Lo ideal es rematar el cabecero con una moldura idéntica para que esta quede pareja en altura con el zócalo de las paredes con las que hace esquina. Así lo ha hecho en este dormitorio la interiorista Blanca Ferré Ibañez. El resultado es elegante, actual y refinado.

El objetivo inicial de los zócalos era el de proteger a las paredes, pero hoy también se utilizan con un fin estético. Si quieres lograr un efecto armónico en tu dormitorio, lo mejor es que elijas colores idénticos o similares al de las paredes. Es lo que ha hecho aquí Natalia Zubizarreta, logrando un resultado acogedor y discreto. El color blanco es el más utilizado, pero no el único, como veremos más adelante.

Además de los modelos lisos y discretos, en los dormitorios modernos se han empezado a utilizar zócalos con formas. Los escalonados son los más empleados.

Asun Antó utilizó en este murete empapelado, que separa el cabecero del vestidor, un zócalo blanco y con forma. ¿Su objetivo? Llamar la atención de esta zona y darle personalidad al dormitorio.

Algunos zócalos no solo son discretos sino que son generosos. Un ejemplo de ello es este de la imagen. La interiorista Estela López, de Deco & Living, quería destacar la pared del cabecero en toda su extensión. Por eso eligió un cabecero de terciopelo azul, un papel pintado en la zona superior y un zócalo blanco y liso en la inferior. Un modelo discreto que hace resaltar a sus compañeros de pared.

Si quieres conseguir un efecto mágico en tu dormitorio, añade a las lámparas suspendidas o a los apliques otro tipo de iluminación más original: coloca unas tiras de leds en los zócalos o por detrás del cabecero. ¡Verás qué atmósfera tan especial se crea!

En este dormitorio aunque los tonos marrones son protagonistas, se han dejado los zócalos altos en color blanco, en armonía con la carpintería de puertas y ventanas.

Si tu casa tiene los zócalos antiguos y algo deteriorados, siempre puedes sustituirlos por otros o colocar sobre ellos unos nuevos que le den un aspecto más actual. La interiorista Lourdes Pérez conservó estos de madera oscura, a juego con la mesilla de noche, que le dan un aire señorial.  

Los zócalos tradicionales de 5 cm de altura languidecen. En los últimos años, casi han duplicado esta medida. Con lo que podemos asegurar que los zócalos altos son tendencia. Pero recuerda que siempre has de buscar la proporción ideal del dormitorio.

¿Un truco para no equivocarte? Divide la altura de la habitación por 20, es decir, si mide 2,80 m, tendrás que poner un zócalo de 14 cm. Las interioristas de Proyecto 3 Interiorismo han apostado aquí por rematar el papel pintado del cabecero con un zócalo alto, que hace de transición al suelo de madera. 

¿Qué tendrán los tonos tierra que tanto nos gustan en cualquier época del año? En los meses fríos nos dan calidez y cuando llega el buen tiempo nos evocan la arena de la playa. Esa con la que tanto soñamos los que somos de interior.

Carmen Figueras los ha utilizado aquí, en los textiles, lisos y estampados, en la madera clara del banco y en la alfombra de fibra, para dar la bienvenida a la primavera. 

Las claves se repiten: muebles a medida, bases neutras, madera clara, textiles alegres y presencia de flores y fibras. Este es otro ejemplo de dormitorio de primavera con plaids y edredones a los pies, por si refresca de madrugada. El trío cromático, blanco, arena y gris, es un apuesta ganadora.