Butacas

Vitalidad y desenfado es otro de los rasgos del color turquesa. La interiorista Begoña Susaeta ha elegido un tono intermedio, ni el más claro ni el más intenso, para lacar esta librería a medida. Interpretada en un azul Tiffany, combina con el blanco de las paredes y los tonos tierra de madera, tapicerías y textiles.

A pie de cama y junto al ventanal se ha creado un mini rincón de lectura que goza de mucha luz natural y, una vez más, una vistas espectaculares. Se ha decorado con una cómoda, una butaca y una banqueta antiguas que le dan un aire elegante muy acogedor. 

Un módulo central con chimenea de gas separa el salón de la cocina y el office. Así, se recibe el calor de la chimenea por ambos lados. No es lo único que tiene doble cara. "Los propietarios quería ver la televisión desde el salón y el comedor, por eso pusimos en el mismo hueco dos pantallas, una enfocada a cada estancia" explican desde Deulonder. 

La decoración del salón apuesta por los tonos claros, como blancos y grises, con el contrapunto de la calidez de la madera y algunos elementos de fibras, como la alfombra o la butaca trenzada. Las notas de color más intensas las vemos en los cojines, a juego con los cuadros. Debajo de estos, un banco a medida suma asientos y un rincón de almacenaje adicional. 

Jacintos, dalias, tulipanes, narcisos, gardenias... Los bulbos son plantas muy apreciadas por sus vistosas flores, en general. Son fáciles de plantar y los hay de primavera y otoño, siendo ideales para crear un pequeño rincón de color en cualquier espacio de la casa. Aquí, la decoradora reunió diferentes jacintos en la zona de lectura del dormitorio, dando un toque de color y alegría a una habitación con un total look en blanco. No te pierdas el resto de espacios ¡y plantas! de esta casa. 

Es el gran protagonista de este piso de más de 300 m² y hechura clásica redecorado por la estilista Sol van Dorssen. Y es que, como explica su propietaria, "es como tener el oxígeno metido en casa". El gran mural verde de la terraza inunda de frescor, alegría y mucha vida toda la casa. Y es que a pesar de ser una terraza, se ha cerrado para ser un espacio interior más de la casa para disfrutarse todo el año. 

En este salón se ha aprovechado un rincón para decorarlo con esta gran Alocasia, también conocida como oreja de elefante debido a sus vistosas y grandes hojas de contorno rugoso. Es una planta que queda perfecta en espacios con decoración nórdica, porque genera ambientes decorativos con un toque tropical o jungle. 

A ver, tirar, lo que es tirar, no; pero sí que la escondería. Me gusta que la televisión quede oculta y que nunca sea la protagonista del salón. Existen varias maneras para esconder un televisor en el salón: tras puertas con rieles, dentro de un armario, integrada en una galería de cuadros, hermanada con la chimenea... Elige la que más te guste, pero evita que esta cree más ruido visual del que hay. 

¡Qué gran verdad! ¿Y cómo se consigue no ensuciar? Manteniendo el orden. Si terminas cada día recolocando en su lugar cada cosa, te levantarás con la casa ordenada, y un hogar organizado parece mucho más limpio. ¿O no?

Todos aquellos saturados: verdes oliva o musgo, azules petróleo, grises antracita, marrones chocolate... pero en pequeñas dosis para que no se "coman" el espacio. En este salón, la interiorista Begoña Susaeta ha utilizado un color que conoce muy bien, el azul Bilbao, que da a la estancia un efecto sedante (aunque en honor a la verdad no es pintura, es papel pintado). Y para poner distancia con las cabezas ha pintado, eso sí, los techos de vigas en color blanco. 

Otra opción recomendable para alejar las paredes y agrandar, en consecuencia, el salón es emplear un azul grisáceo que le dé a la estancia un toque elegante. Este de la imagen es un proyecto de la interiorista Paula Duarte que sugiere "pintar las paredes en un tono de contraste con los muebles para no tener un espacio demasiado vacío".

Hay gamas de blancos que tienden a beis y otras que están más próximas al gris, como las paredes de este salón de la imagen. Aun así, es un blanco luminoso, gracias a la intensa claridad que entra por los ventanales. Ello ha permitido que se hayan elegido las butacas en un tono gris más oscuro, jugando con el contraste.

En tonos claros. Blanco, gris... O beis, si además de luminosidad quieres darle a tu salón calidez. Desde el arena hasta los tostados es una buena sugerencia para ampliar los metros de tu pequeño estar y darle un aire acogedor. Unifica los colores pintando a juego muebles y carpinterías y lograrás que tu salón parezca más grande.

El primer mandamiento de esta lista que pretende ser la guía para lograr un una decoración perfecta para el salón, está relacionado con el equilibrio. Concretamente, entre tendencia y "aquello que no falla". En el salón, debes incorporar las tendencias, pero solo las que vayan contigo y tu estilo y en la dosis adecuada para que la decoración del ambiente sobreviva al paso del tiempo con decencia. 

Tiene mucha importancia cómo decores las ventanas. Porque de ello depende que el sonido se amortigüe y que los textiles aíslen. Pero también, el tipo de tejido y color condiciona la entrada de luz. Las ventanas tienen peso en la decoración general del salón. Han de resultar cómodas para usarlas y adecuadas al espacio, escogiendo caídas, visillos o estores según el tipo de apertura de la ventana (funcionalidad) y si hay elementos cerca (decoración).

Añade este mandamiento a nuestra lista para lograr un salón perfecto y bien decorado: los muebles adaptados al espacio en número y tamaño. Si quieres una butaca, pero no cabe; no se pone. Por mucho que te guste. O eliges un sofá pequeño de dos plazas para dejar espacio a la butaca. Se trata de que el tamaño de los muebles y las piezas que decoren el salón estén escogidas para ese espacio en concreto. Los salones más grandes se prestan a muebles de mayor tamaño, incluso más cantidad de elementos; que los salones pequeños. De nuevo, solo de esta manera el espacio tendrá equilibrio y orden.

Hay que decorar el salón perfecto desde "la base". Y esto pasa por escoger la distribución adecuada al espacio, al uso y al tamaño. También teniendo en cuenta la entrada de luz natural o cuáles son las paredes menos ruidosas. El objetivo es buscar la sensación de amplitud (sin muebles que entorpezcan las zonas de paso) y que la colocación de los muebles resulte ordenada. Esa distribución también estará condicionada en tu salón perfecto por el uso: ¿Ves más la televisión? ¿Eres de leer? ¿Te gusta reunirte alrededor de la mesa de centro?

"Si no quieres tocar estructuras ni ponerte a pintar el piso, uno de los cambios que puede dar buenos resultado es cambiar, simplemente, el mobiliario y el estilismo y decoración, porque nos ayudará a ver la casa con otros ojos", apunta Natalia Zubizarreta. 

Lo sabemos, el estilo de vida actual es caótico y estresante, por eso mismo es tan necesario saber frenar y dedicar tiempo a tareas tan reconfortantes como la lectura. Para ello, nada mejor que invertir en una cómoda butaca. ¡Palabrita!

Desde que Netflix estrenó el documental Minimalismo: las cosas importantes, muchos jóvenes han comenzado a replantearse su relación con las cosas, abogando por un estilo de vida más minimalista. Si queréis aplicarlo en vuestro salón, comprar únicamente los muebles que necesitéis y centraros en una gama cromática con acentos mínimos de color. ¡Viviréis más tranquilos!

En salones modernos, una idea para añadir un toque divertido es elegir una pieza en algún color alegre, por ejemplo, el sofá. Eso sí, el resto de la decoración debe ser más neutra para que el conjunto quede estiloso y bonito.

Tener una terraza o un porche es un lujazo. Pero para disfrutarlo se está a expensas del tiempo y la climatología de la zona. Por eso la decoradora Natalia Zubizarreta no dudó en acristalar este porche con un sistema de cortinas de cristal que permite cerrar por completo este espacio para disfrutarlo incluso en los días lluviosos. Los cristales, sin perfiles, son prácticamente invisibles, y se pliegan sobre sí mismos, pudiendo abrir este espacio por completo. 

Además del blanco, el resto de neutros (beis, tostados o grises) son otros colores que combinan con el verde a la perfección. Prueba de ello es este salón, decorado por la interiorista Olga Gil-Vernet, con paredes pintadas en un tono arena y el arrimadero blanco. Gracias a este contraste, se consigue que el sofá verde gane interés. El resto de la decoración, butacas, alfombra, mesas, cortinas..., siguen la estela de los tonos tierra. 

Además de la zona de comedor de exterior, que está bajo una pérgola y junto la barbacoa, se ha equipado un salón de verano en el porche, con un sofá rinconero a modo de chill out que da un look muy casual y relajado a este espacio arropado por la enredadera ampelopsis. 

Otra idea estupenda de decoración para dormitorios de matrimonio en los 50, es combinar distintos tipos de apliques y lámparas para concebir una iluminación ambiental e íntima. Por ejemplo, podéis colocar una butaca a modo de rincón de lectura junto a la cama y, a su lado, una lámpara de pie.

Lo conseguiréis unificando los colores de la decoración en elementos como las cortinas, la ropa de cama, el cabecero, las alfombras... A ser posible, elegid tonos claros que favorezcan el descanso y un ambiente calmado.

Este piso tiene muchos puntos fuertes –sus más de 300 m², su hechura clásica, su decoración cálida y acogedora...–, pero su espectacular jardín vertical es, sin duda, el más llamativo y goloso. La estilista de El Mueble Sol van Dorssen sumó calidez y personalidad a la decoración con textiles alegres, que le restan sobriedad a la esencia clásica del piso, fibras naturales y madera. 

Lo hemos avanzado, el jardín vertical del que disfruta este piso es uno de sus elementos diferenciales. Y es que, gracias al gran mural verde que reviste una de las paredes de la terraza, ofrece color, frescura y oxígeno renovado a este piso. Para sacarle el máximo partido a este espacio, se ha planificado una pérgola bioclimática que, gracias a sus lamas orientables, puede abrirse para dejar pasar el sol o el aire, o cerrarse por completo. Además, se ha cerrado con cristales para mayor protección. 

La decoradora aprovechó la amplitud del salón para crear dos zonas de estar, delimitadas por el uso inteligente del color. "Cada una tiene una tapicería y un tono diferente, pero, cuando las ves unidas, crean un conjunto armonioso", explica. La trasera de las butacas, de motivos florales, da un aire primaveral en sintonía con el derroche de plantas que visten el salón y la zona de trabajo. Descubre la casa al completo, ¡te sorprenderá!

Por la misma regla de tres del anterior punto, si decides pintar o empapelar las paredes en un tono intenso, entonces el sofá deberá ser de un tapizado claro. Y aquí, si que conviene no saltarse la regla a la torera sino quieres recargar tu salón. 

La interiorista Begoña Susaeta empapeló (sí, es papel aunque parezca pintura) este salón con un azul Bilbao y eligió para amueblarlo un sofá blanco. En las butacas hizo un guiño a las paredes decantándose por estos modelos lisos por el lado del asiento y de cuadritos por detrás.

La madera está presente en cada uno de los espacios de esta casa. La vemos en el suelo, en el techo, en paredes, mobiliario... Pero esta madera no tiene nada que ver con la que se encontró la decoradora Carmen Caubet, responsable de la reforma. Era muy oscura, debido a las capas de barniz, y había perdido su belleza natural. Tras limpiarla a fondo, ¡qué cambio!

La casa discurre en una sola planta donde las divisiones son las mínimas, para que la luz, que entra por los grandes ventanales de la fachada y por la hilera de ventanas de su impresionante techo a dos aguas, fluya sin obstáculos. Con esta idea, la decoradora apostó por una base blanca, serena y atemporal, que coloreó con los textiles.