Bancos

En las casas pequeñas, un truco para ganar espacio sin obras y sin saturar es "pegar" los muebles a las paredes para dejar la zona central más despejada. Si en el comedor quieres tener asientos y almacenaje, copia esta idea: banco corrido que es asiento y que se prolonga en la pared en ángulo con espacio para guardar en cestas debajo.

El color blanco es la clave de este dormitorio decorado por Natalia Zubizarreta, que lo ha llevado a las paredes y al cabecero tapizado. Y, para sumar calidez y crear contraste, nada como la madera, presente en la banqueta a pie de cama, o los textiles. Nos gusta especialmente la gran alfombra de espiga a modo de moqueta que reviste el suelo. La lámpara pone el broche de estilo final.

La interiorista Marta Prats ha ideado un banco volado en este recibidor pequeño para evitar sobrecargarlo. Bajo él, unas cestas de fibra son perfectas para guardar cojines y mantas. Y para hacerlo más luminoso ha sustituido la pared por un cerramiento acristalado.

En este recibidor estrecho, junto al cerramiento acristalado de la cocina, se ha dispuesto un zapatero y un pequeño asiento con cojín. Una idea perfecta para contar con un lugar de almacenaje en recibidores mini. Pintados ambos de blanco le da luminosidad a la entrada.

La primera buena idea de almacenaje para el decorar el recibidor nos la brinda Dorotea Estudio con este proyecto: un banco zapatero muy bien custodiado de armarios blancos y lisos, de suelo a techo, a ambos lados. Un estante en la parte superior da cobijo a cestas de fibra. Y entre medias, perchas para colgar abrigos y pañuelos. ¿Te has fijado en el delicado papel pintado que reviste la pared?

Gabriela Conde nos brinda esta fantástica idea de almacenamiento a medida en el recibidor. Se trata de una estructura única de madera alistonada, formada por banco, perchero y estante superior. Para darle un toque rústico ¡qué mejor que pintarla de un verde provenzal!

Un mueble en forma de C lacado en verde mint se ha colocado en un rincón de este recibidor. El lado más largo sirve de armario para guardar abrigos. Los lados más cortos se han utilizado como cajoneras cerradas o abiertas para ordenar ropa y zapatos.

¿Más ideas? Coloca perchas en medio para colgar accesorios y unos cojines en una de las baldas inferiores ¡y tendrás un banco descalzador!

Para hacer más cómoda la sentada, Jeanette Trensig diseñó un banco a medida con colchoneta en el asiento y múltiples cojines en el respaldo. Unas puertas correderas en sus bajos le dan capacidad suficiente para guardar manteles o ropa de cama y aligerar el salón y  el dormitorio.

Otra regla de oro es que un salón puede seguir teniendo una cocina integrada, aunque esta se delimite con un mueble península, por ejemplo, o un murete bajo que permita incorporar más muebles, tanto en la cocina como en la zona de estar. Incluso, como aquí, se puede adosar un banco con almacenaje que dé servicio a un comedor de reducidas dimensiones. La idea es buscar siempre la distribución que mejor componga y aproveche el espacio.

Y ya que tienes el banco, habrá que vestirlo. No lo dejes desnudo, sin gracia. Coloca una colchoneta en el asiento y unos cojines de temporada en el respaldo para hacer la sentada más cómoda. Estos, de algodón y terciopelo en tonos tierra, dan calidez a la entrada. La alfombra de borreguito es perfecta para abrigar el suelo.

Si quieres que tu recibidor llame poderosamente la atención, decora una de sus paredes con un cuadro poderoso. Este elegido por Paula Duarte es fantástico y destaca sobre el fondo gris de la pared. Unas láminas, unas fotos familiares o unos cestos de fibra natural son otras opciones para decorar la pared de tu recibidor anodino.

De mimbre, de madera o a medida, como este diseñado por Asun Antó, un banco resulta súper práctico y añade un punto estético a la hora de cambiar la decoración del recibidor. Si tiene capacidad de almacenaje interior, mejor que mejor. Puedes utilizarlo de zapatero improvisado a la entrada y así evitas que la suciedad entre en casa.

"La mesa cuadrada nos permitió aprovechar mejor el espacio y ganar más capacidad. Además, combinamos dos bancos en "L", que suman más asientos y al ser más informales son perfectos para los niños, con butacas, para que los adultos estuvieran más cómodos", dicen las interioristas. 

Esta idea es válida para salones amplios como pequeños: dale un uso al espacio bajo la ventana y aprovéchalo con un banco. Puede servirte de complemento del estar, de rincón de lectura y, si lo planificas tipo arcón, podrás guardar además. Otra opción es aprovechar la estructura para ocultar el radiador, como en este salón proyectado por Asun Antó. 

Este office proyectado por la decoradora Olga Gil- Vernet es un buen ejemplo de que se puede ser pequeño y acogedor, y práctico, porque caben cómodamente cuatro personas. El banco en L ofrece más plazas de asiento, y además permite acercar al máximo la mesa. Solo necesitas unos 45 cm de fondo, frente a los 70 cm que te hacen falta con unas sillas. Además, con el sobre abatible ofrece espacio extra para guardar.

Otra de las lecciones deco que aprendí a mis 40 años es sacarle todo el jugo al espacio, por recóndito que sea. Así, los bajos de las ventanas en mi salón se han convertido en un banco mirador ideal, y los del dormitorio en zonas extra de almacenaje. Este mueble de la imagen, con la calefacción integrada es una idea de Olga Gil-Vernet. 

Que me apasiona leer es algo que se notaba en cada mudanza: había 6 cajas de libros por dos de menaje. Tuve que cumplir los 40 para frenar tanta compra compulsiva, más que nada porque ya no había sitio material donde colocarlos. Decidí guardar en la librería los leídos que me habían gustado; los que ni fu ni fa, los doné y, a los que esperaban su turno, les busqué un emplazamiento especial: un banco detrás del sofá, tan práctico como discreto.

Una buhardilla es ya, por esencia, una invitación al recogimiento. Pero, más todavía, se ha revestido de madera, como en este dormitorio rústico decorado por Deulonder, en el que el pavimento de roble sube por la parte alta de la pared y contrasta con las vigas claras. Unas hornacinas hacen de estanterías y mesillas de noche. Y, para reforzar la calidez y sumar estilo, la parte baja se ha forrado con tela gris, a modo de arrimadero. 

No hay rincón de la casa que se resista al poder de las fotos de transformar los espacios. Este office se concibió como centro de reunión familiar. De ahí la bancada en forma de 'U'. Las fotografías en blanco y negro aprovechan la altura del techo para acentuar el aire familiar de este espacio, mientras que una franja de espejos en horizontal suma luz y profundidad.  

Si cuentas con un banco o una zona de asientos en el recibidor, aprovecha el cambio de estación para renovar los textiles. Una manta de lana, cojines de texturas cálidas, fundas furry o colores de la gama de los tierra, un must en otoño que, además, ¡son tendencia!

¿Quieres quitarle ese 'sambenito' de aburrido a tu dormitorio de una vez por todas? Introduce una pieza de madera y ¡verás qué cambio! Eva Baena eligió un bonito banco a los pies de la cama para darle calidez. Coloca sobre él libros, mantas o bandejas para vestirlo. Las molduras en la pared y una lámpara de diseño le dieron, además, elegancia y personalidad. Nada tan sencillo, dio tan buenos frutos.

Los complementos textiles de pelo sintético siguen de moda. Y cuando las temperaturas empiezan a bajar y el otoño da paso al invierno, una manta o un cojín furry resulta perfecto para subir la temperatura del salón. Su imagen y tacto tan gustosos los hacen incondicionales de las estaciones más frías del año, ¡incluso en pisos urbanos!

En pasillos blancos amplios, como este proyectado por Asun Antó, decorarlos con piezas escogidas de mobiliario es un recurso doblemente eficaz. Por un lado, vistes un espacio que podría verse demasiado desangelado e insulso, y por otro, le sacas partido. Aquí, se ha planificado un banco volado que, además de crear una agradable zona de asiento, colorea gracias a los cojines y hace más acogedor este amplio pasillo.  

El espacio bajo la ventana, en muchas ocasiones, es una zona muerta. Aprovéchalo para colocar una mini librería o un banco y cojines, como ha hecho aquí la interiorista Pía Capdevila. Ahora sirve de mirador y de rincón de lectura. A continuación, Pía ha equipado la pared con un mueble bajo con almacenamiento extra que apenas quita metros al pequeño salón.

En este otro recibidor mini, Asun Antó ha optado por un mueble de doble uso y a medida que da mucho juego. Se trata de un banco con capacidad interior de almacenamiento que lo mismo vale de asiento para descalzarte que de zapatero. Los tonos claros de la pintura, blanco y beige, y el espejo son otros dos trucos para agrandar el espacio.

La mayoría de los pasillos son oscuros porque carecen de ventanas. Si el tuyo sí las tiene, aprovéchalas al máximo. ¿Cómo? Colocando muebles pequeños que no las tapen y decorando con visillos vaporosos que tamicen la luz lo justo. El Estudio Lizarriturry Tuneu eligió como único mobiliario un sencillo banco que queda por debajo del alféizar.

Todo está rodeado de objetos de distinta procedencia y estilo, con una mezcla de linos naturales y esparto y mimbre en algunas alfombras, tanto dentro, como fuera de la casa. El paisajismo, que está lleno de plantas locales, también es obra de Annika. "El secreto de una casa fuerte es cuidar hasta el último detalle", advierte la propietaria. 

Llegamos a la zona de noche, con cuatro dormitorios en suite llenos de luz: "El truco para que las habitaciones (más un pequeño estudio) transmitan tanta paz es haber unificado el color de sus paredes con los vestidores y baños contiguos", señala Annika.

Los cabeceros de obra son los más habituales en la decoración de los dormitorios modernos de El Mueble. Prueba de ello es este diseñado por las interioristas Toya Trías de Bes y Sandra Gibert con hornacina de madera en el cabecero y banco a los pies. El tono claro de la madera da calidez y armoniza con la ropa de cama en beige y rosa empolvado.

Junto con el cabecero, otro must para conseguir una cama decorada es el piecero. En El Mueble nos decantamos por bancos, bien tapizados o de madera, que suelen ir a juego con el cabecero. Resultan súper prácticos a la hora de guardar cojines y plaids que no se utilicen al dormir. Asun Antó eligió en este dormitorio dos piezas tapizadas para decorar los pies de la cama. Su color gris contrasta con el plaid acolchado en color mostaza.

Si aún no le has encontrado hueco a esa vieja cómoda que has heredado, intenta colocarla en el recibidor y dale un nuevo uso. No hace falta que la pintes ni le cambies su apariencia, sólo límpiala bien para devolverle su lustre de antaño. ¡Verás qué bien queda! Esta de la imagen en madera oscura luce orgullosa cada arañazo como símbolo de todo lo que ha vivido. Decórala con plantas verdes para revivirla.

Tener un lugar concreto para guardar abrigos, bolsos y paraguas en el recibidor resulta perfecto para desahogar otras zonas. La interiorista Paula Duarte eligió como mueble para la entrada de la casa un armario ropero que actualizó pintándolo de blanco. A continuación colocó un sencillo banco de fibra y un perchero.

Equipar un recibidor con estilo no significa gastar mucho dinero. Con unos muebles de entrada de Ikea puedes equiparlo a las mil maravillas. La interiorista Elena Eyre eligió un sencillo banco de la firma sueca en madera y fibra natural. Su contraste con los armarios empotrados lacados en gris, diseñados por la decoradora, le convierten en foco de atención. Lo ha acompañado con cálidos cojines, cestos y fotos enmarcadas en la pared.

Para dormitorios pequeños o con poca luz es el color ideal porque los amplía e ilumina (nos hartamos de decirlo). Para dormir, relaja. Y te lo pone fácil a la hora de elegir mobiliario y ropa de cama: elijas el material y el color que elijas, siempre quedarán bien. 

En dormitorios de estilo clásico, los cabeceros con tapizado capitoné son un must. También se pueden usar en dormitorios modernos para generar contraste con el resto de elementos. Por ejemplo, en esta propuesta se ha combinado con unos apliques negros de pared. 

Convierte un rincón de tu casa, como la pared del cabecero o una zona irregular, en un espacio útil o en un sitio para guardar de la mano de un mueble a medida. Lo más habitual es que este tipo de muebles sean de DM lacado a tono con la pared para así fundirse con el espacio. Este banco a medida, de unos 200 x 45 x 45 cm, saca partido a una ventana irregular y crea un mirador y una zona de lectura, a la vez que sirve para guardar en su interior. Un banco similar te costará unos 1.200 €. 

Pequeñito y compacto, pero muy capaz. Así es este comedor tras pasar por el ingenio de la decoradora Marta Tobella. La decoradora apostó por un banco en L, porque ocupa mucho menos que las sillas convencionales y ofrece, además, más plazas de asiento. Además, tiene el sobre abatible, por lo que cuenta con espacio extra para guardar.  Una estantería abierta sirve de trasera del banco y separa el recibidor sin restar luz. No te pierdas el resto de soluciones magistrales de este piso de 80 m². 

El pasillo es el mismo, pero ¡qué cambio! La clave ha sido, por un lado, derribar el tabique de la cocina y reemplazarlo por un acristalamiento que lleva luz a ambos espacios. Para darle un toque decorativo al pasillo, ideó un arrimadero que suma encanto y viste más el espacio. Y, todo, sin renunciar a la capacidad de almacenaje. Y es que, aunque no lo veas, oculto en este pasillo hay un armario muy capaz para tener la ropa de calle en orden y a mano. No te pierdas el resto de soluciones ingeniosas de este piso. 

¡Así no ocupará nada de espacio! Es una alternativa a valorar cuando el espacio del recibidor se ve fundido con el pasillo. Una colchoneta y un perchero convertirán el espacio en una zona cómoda en la que calzarse y descalzarse. Además, si es volado, limpiar por debajo será mucho más fácil. Y, si buscas almacenaje, siempre puedes poner unas cestas en la que dejar los zapatos cuando lleguéis a casa. 

En recibidores acristalados, un banco será una gran opción para dotar al espacio de comodidad. Si las carpinterías son blancas, como aquí, elígelo de forja también blanca. Quedará completamente mimetizado con la decoración y cumplirá su función. 

Si a través de la entrada de tu casa se accede también a la escalera que sube al piso superior, aprovecha la zona debajo de esta para hacer un cómodo banco de obra. ¡Puede convertirse en un espacio más de la casa para relajarse! Aquí se han colocado, además, unas colchonetas y unos cojines que lo hacen más cómodo.  

Si te has decantado por pintar las paredes del recibidor de un color intenso, como este gris antracita, un banco de madera y fibras te ayudará a suavizar el efecto del color y, además, aportar cierta calidez. Decóralo con unos cojines de colores lisos que también contrasten. 

Para que un recibidor sea práctico y el espacio lo permite, no dudes en colocar un armario en el que colgar los abrigos y que el espacio se vea más ordenado. Pero para que sea cómodo, un banco será tu mejor aliado. Pon encima un perchero que sirva para las prendas que os estáis poniendo ese día. 

Para aprovechar todo el espacio en el recibidor, nada como planificar un banco a medida que, además, cuente con almacenaje. Lo puedes usar a modo de cabecero o para guardar las mantas durante el verano. Coloca un espejo encima y verás cómo la amplitud se ve incrementada.