¡Te casas! Ahora mismo seguro que tienes una sonrisa de oreja a oreja... y nos hemos propuesto que dure, que ni el lío de los preparativos ni esos "nervios típicos de boda" borren esa expresión. Pero, como es lógico, en este momento te asaltan todas las dudas: ¿Por dónde empiezo? ¿Qué tengo que escoger primero? ¿Cuándo tengo que mandar la invitación? ¿Y empezar a mirar el vestido?
Para ayudarte hemos recurrido a expertas en la materia: nuestras amigas de El Sofá Amarillo. Wedding planners, "controla-todo", "calma-nervios" y casi hadas madrinas de las bodas. Ellas nos dan todos los consejos para organizar la boda sin estrés, paso a paso.
1. Define tu boda: estilo, presupuesto y número de invitados
Este es un punto fundamental, pues de aquí partirán el resto de decisiones. Es el momento de parar y reflexionar. Estas son las preguntas que te ayudarán:
- ¿Cómo imaginas tu boda?
- ¿Qué sensaciones quieres que vivan tus invitados?
- ¿Prefieres una fiesta entre amigos o un evento exclusivo?
- ¿En qué entorno te imaginas la ceremonia? ¿Y la fiesta?
“Por lo general las parejas se emocionan mucho y se ponen a buscar un poco a ciegas. Nos hemos encontrado con novios que han reservado un hotel cuando en realidad querían una boda en el campo, otros que han elegido una finca con muy poca infraestructura y acondicionarla para la boda les suponía más presupuesto del que pensaban, que han reservado salones que no se adaptan al número de invitados…”, nos explica Indara, de El Sofá Amarillo.
¿Necesitas ayuda? Si crees que los preparativos te van a causar demasiado estrés, vives lejos del lugar de celebración o apenas tienes tiempo lo mejor es contratar a un wedding planner. Si te decides, hazlo cuanto antes para aprovechar al máximo toda su experiencia.
Timing
En cuanto sepas que te casas, céntrate en definir estos puntos antes de pensar en los lugares de celebración o el vestido. Dedícale una semanita a esto sin mirar nada más. Este pequeño tiempo de reflexión puede marcar muchísimo la diferencia.
2. Elegir el lugar de la ceremonia y la celebración
Ahora ya sabes cómo quieres que sea el lugar de la celebración, el número de invitados (aproximado claro, siempre dependerá de las confirmaciones una vez mandes las invitaciones) y también sabes si quieres casarte en una catedral, en una pequeña ermita en medio de la montaña, en la playa…
“Haz una lista de condiciones indispensables que tiene que tener el espacio. Intentad ser un poco flexibles, porque en todos veréis pros y contras, y lanzaos a la búsqueda del lugar que os enamore”, recomienda Indara.
Timing
Cuanto antes si es temporada alta. La media de reserva es más o menos de un año antes de la celebración
3. Corred la voz. Más adelante ya llegarán las invitaciones
Una vez tengas la fecha y el lugar de ceremonia y celebración reservados llega uno de los momentos más especiales: ¡avisar a todo el mundo! Ahora la cosa ya va en serio, y a la gente le irá mejor organizarse con tiempo, por eso es mejor no esperar hasta enviar las invitaciones para decir la fecha y el lugar.
“Lo ideal es que las invitaciones reflejen el estilo de la boda y sean un anticipo de lo que se van a encontrar los invitados. El diseño, las ilustraciones, la forma de redactarlas… hay mil y una opciones y cada una dice mucho de la personalidad que tendrá la boda”, recomienda Indara. “Tenga el estilo que tenga, mandar los sobres a caligrafiar nos parece un acierto siempre. A todo el mundo le encanta ver su nombre escrito bonito”.
Con extras. Puedes adjuntar un mapa, sugerencias de hoteles (algunos novios negocian con hoteles próximos para que resulte más económico a los invitados), la dirección de una página web temática sobre la boda…
Timing
Avisar con seis meses de antelación es suficiente. Las invitaciones se mandan unos dos meses antes de la boda.
4. Contrata los proveedores
Desde El Sofá Amarillo lo tienen muy claro: “Nosotras recomendamos siempre empezar por los que tienen más demanda (foto y vídeo) y por los que sean más importantes para los novios (un grupo de música en concreto, la tarta de bodas en esa pastelería que os chifla…).” Luego, sin tanta prisa pero sin pausa, encárgate del resto: catering, carpas, invitaciones, flores, transporte… “Paso a paso ve dedicando más recursos y presupuesto a los que consideréis más prioritarios”.
Timing
Empezando unos nueve meses antes y terminando un par de meses antes de la boda con los últimos flecos como autobuses o cuidadores infantiles.
5. El vestido
Tanta ilusión que hace… ¡y los dolores de cabeza que puede llegar suponer la elección del vestido! Indara insiste: “acuérdate del punto uno. Es decir, mantén la línea que habéis decidido y piensa que no es igual campo que ciudad, verano o invierno, mañana o tarde…”.
Si te decantas por un diseño personalizado, que puedas esbozar y crear mano a mano con un diseñador, hazlo con tiempo. Además del proceso creativo se necesitarán varias pruebas hasta que esté terminado. Si eliges un diseño ya hecho, solo tendrán que ajustártelo. Lo más habitual es, tras elegirlo, hacer una prueba unos meses antes y otra entre quince días y una semana antes.
Timing
Seis o siete meses antes de la boda.
6. Pensar en los invitados
“Un boda diez es también aquella en la que los novios han pensado en los invitados y se han anticipado a sus necesidades para asegurarse de que todo el mundo está cómodo y feliz”. Para ello Indara y su equipo de El Sofá Amarillo recomiendan facilitarles una lista de hoteles, peluquerías o servicios que puedan necesitar, hacer una pequeña celebración el día anterior para que se conozcan entre sí, poner un servicio de transporte para que no tengan que llevar su propio coche… “Haz que cada uno se sienta especial”.
Timing
Todo el tiempo
7. La decoración
Una vez tengas controlado el tema de los proveedores, centra tu atención en esto. Desde El Sofá Amarillo no recomiendan que los novios piensen en la decoración nada más empezar con los preparativos, pues a medida que se vayan sumergiendo en el universo bodas irán descubriendo más y más cosas, y cambiarán de idea muchas veces.
Según las wedding planners que no es necesario buscar una temática para la boda (películas, viajes…). De hecho, “está ya algo desfasado”, aseguran. “Pero lo que sí es necesario es mantenerse fiel a un estilo o a un hilo conductor para que la boda resulte armónica”.
Indara y su equipo apuestan siempre por invertir más recursos en la mesa del almuerzo o de la cena que en el aperitivo o el baile, pues es el momento en el que la gente tiene más tiempo para fijarse en los detalles.
- Si la boda es de día: da más protagonismo a las flores. Recuerda que los centros de mesa a media altura molestan. Mejor bajitos o muy altos.
- Si la boda es de noche: céntrate más en las velas. La iluminación es cada vez más importante en las bodas y puede cambiarlo todo: desde guirnaldas de bombillas para bodas más desenfadadas en verano hasta proyectos de iluminación más completos en fachadas, árboles, arcos, pérgolas…
Timing
Tres meses antes de la boda
8. Disfrutar (antes, durante y después)
Puede que ahora te parezca un punto poco relevante, pero mantenlo bien presente porque como dicen desde El Sofá Amarillo: “una boda diez es una boda disfrutada”. Y hay que hacerlo en todas las fases. Pasarse meses estresado (y estresando a la familia, pareja y amigos) para preparar solo un día feliz no merece la pena. Sobre todo durante los últimos días procura relajarte. Los mismos nervios de las emociones ya serán suficientes, no añadas los de querer que todo sea perfecto. “¿Pasa algo porque no te dé tiempo de atar 200 lacitos con lavanda para poner sobre cada plato? Mi teoría es que si no lo has hecho antes, es que no era tan importante. ¡Seguro que de la comida y el vestido no te has olvidado!”.
Y sobre todo ten en cuenta que...
- Tu familia y tus amigas también merecen disfrutar de la boda. Así que no las cargues con tareas asignadas para el gran día.
- Habrá cosas que fallen, pero del 99% solo te darás cuenta tú, así que no le des importancia ¡y que siga la fiesta!