Cuántas veces hemos oído eso de que "el gusto no está reñido con el dinero" o lo que es lo mismo: no es necesario gastarse una fortuna para regalar un objeto con estilazo. Aquí has podido ver veinte ejemplos de ello y es que acertar con un regalo navideño tiene su base científica. Ciertas investigaciones nos dan pistas sobre cómo debe ser el presente perfecto para nuestros seres queridos:
- No pienses en el momento de darlo, sino en el después: Según un estudio elaborado por la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Indiana, "las personas escogen sus regalos esperando que quien los reciba se sienta lo más feliz posible en el momento del intercambio, pero los destinatarios prefieren obsequios que los hagan felices durante el uso o la propiedad del regalo".
- Sin fecha de caducidad: Nos esforzamos en escoger regalos deseados, caros o que tienen un límite de disfrute, como un ramo de flores, bombones o una caja de experiencias (de esas que caducan sin haber disfrutado de la cata de vino o cena a elegir). Esta opción es la que debemos rechazar si queremos que el efecto de nuestro obsequio se mantenga en el tiempo, por eso los regalos 'deco' son ideales, porque contribuyen a mejorar el ambiente de una casa y se quedan ahí por mucho tiempo.

- ¡Pregunta, pregunta!: Que las ganas de sorprender no se impongan a la realidad. Los investigadores han descubierto que es mucho mejor regalar algo que la persona ha pedido que cualquier otro regalo muy pensado o muy costoso. Muchos piensan que preguntar sobre lo que se quieres es tabú, que al indagar por lo que alguien desea te hace menos considerado. Sin embargo eso no es verdad. Los destinatarios son más felices con los obsequios que pidieron porque son cosas que, en realidad, necesitan o desean. ¡Para algo se inventaron las cartas a Papa Noel y los Reyes Magos!
- No te pases de presupuesto: Muchas veces nos gastamos un dineral, por temor a no quedar bien o parecer unos tacaños. ¿Dónde quedó aquello de "lo importante es la intención"?. Gástate el dinero solo si crees que va a merecer la pena, pero no por el qué dirán. Para ello es bueno fijarse un presupuesto. De lo contrario es posible que la otra persona se vea forzada a regalarte algo del mismo valor o se sentirá avergonzada si ya tiene un regalo para ti, cuyo valor económico es desigual.
- No más calcetines y corbatas: No se trata de regalar un salto en paracaídas, pero un regalo sencillo no significa caer en el tópicos. A nadie de gusta desenvolver el regalo y tener que poner cara de póquer porque llevar recibiendo lo mismo durante los últimos diez años.
- Y si quieres ser exclusivo... Sin gastarte un potosí, te animamos a que mires en mercadillos y webs de creadores que producen objetos de un modo artesanal. Encontrarás piezas únicas, por menos de lo que piensas.
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