Algunos de los trucos que te damos son de puro sentido común. Pero de ese en el que a veces no caes hasta que te lo dicen. Pues bien, ¡para eso estamos! Otros consejos te sorprenderán más. Y lo que más te gustará es que todos son muy sencillos de hacer y aplicar en tu día a día. Basta con tenerlos presentes e irlos incorporando a tu rutina hasta que se conviertan en un hábito. Verás como tu bolsillo lo notará mucho a fin de mes, y así podrás ahorrar o invertir el dinero en algo que realmente te haga feliz. ¡Te lo mereces!
Desayuna y prepárate la comida
Procura desayunar en casa. Es más saludable, ya que controlas más lo que comes, y puedes ahorrar de 2 a 3€ al día, que al final importan.
Llévate el "tupper". Cuando cocines, prepara de más en previsión para tus comidas diarias. Sale 10 veces más barato que comer fuera.
Vigila el picoteo. Lleva frutos secos, fruta... Evitarás las máquinas de vending, que resultan caras y nada saludables.
Cuando estés en la oficina
Imprime solo cuando sea necesario. Si los documentos son para ti, hazlo a doble cara y en modo borrador: gasta menos tinta.
Recicla el papel. Reutiliza los folios por ambos lados para tomar notas. Gastarás menos hojas si reduces el tamaño de la letra.
Ajustes que ayudan. Como el brillo de la pantalla, para que consuma menos energía. Cambia de letra: la Century Gothic es la que ahorra más tinta.
Prima el transporte público y conduce bien
En el coche. Conduce con marchas largas, no des frenazos y no abuses del aire acondicionado. Ahorras gasolina y alargas la vida del automóvil. Si puedes, comparte los trayectos en coche.
Si vas en transporte público. Los títulos de transporte integrado son más baratos que ir en coche, pero inviertes más tiempo. Aprovecha los trayectos para leer, planificarte o trabajar.
Muévete. Haz los pequeños recorridos andando o en bicicleta. Es barato y ecológico y, además, haces deporte. En muchas ciudades tienen servicio de bicicletas compartidas.
Consume con cabeza y cuida lo que tienes
Evita las compras compulsivas. No compres ropa o complementos para compensarte por un día duro o por aburrimiento. Antes de gastar, piensa qué tienes en el armario, si realmente lo necesitas y cómo lo vas a combinar.
Bien calzada. Invierte en un buen calzado, a la larga se amortiza más.
Recupera. Arregla los pequeños desperfectos de las prendas que más te pones. Es más barato que comprarte una nueva. Cuida bien tu ropa y complementos y te durarán más.
Pequeños gastos: ¿a dónde va tu dinero?
Controla el efectivo.Si no sabes cuánto dinero llevas en el monedero te resulta más complicado controlar el gasto. Lo mejor es que presupuestes una cantidad de efectivo semanal y te ciñas a ella.
¿Vas al gimnasio? Págalo solo si acudes regularmente. Si no, apúntate al "running" o sal a caminar a buen ritmo. Los gimnasios suelen hacer ofertas: puedes ajustar tu cuota o ahorrarte la matrícula.
Vigila la calderilla. Es lo que primero desaparece del bolsillo en forma de cafés, caprichos, juegos de azar...Lo mejor es que tengas una hucha y vayas ahorrando y, después, inviertas en algo que necesites.
No desperdicies agua: dúchate y cierra grifos
Mejor ducha. Una ducha consume una cuarta parte de agua que un baño, sobre todo si lo haces bien. Si cierras el grifo mientras te enjabonas puedes pasar de un consumo de 240 litros de agua en una bañera a solo 60 litros por ducha.
Al cepillarte los dientes. No dejes correr el agua, son 10 litros por minuto, e instala aireadores para reducir el caudal.
Inodoros que ahorran. Los de doble descarga, vacían la mitad de la cisterna, y mira que no tengan fugas de agua.
Compra a menudo y compara
Lleva siempre una lista. Haz pequeñas compras semanales y no improvises.
Productos de temporada. Prímalos y fíjate en el precio por kilo, no por unidad.
Elige dónde compras. Según el supermercado al puedes ahorrar hasta un 30%.
Trucos para una cocina más eficiente
Tapa las sartenes. Cuando cocines, ahorras un 30%, y ajusta el fuego al tamaño del recipiente. Aprovecha el calor residual para acabar de cocinar y no pongas alimentos calientes dentro de la nevera: incrementa su consumo energético.
La olla a presión. Es uno de los sistemas de cocción más rápidos, y por ello más económicos.
Aprovecha el horno. Si usas el horno, cocina más de un plato a la vez y no abras su puerta a mitad del proceso.
Ajusta la temperatura y apaga luces
El termostato. En invierno, ponlo a 20 °C y en verano a 25 °C. Ten en cuenta que por cada grado de más la factura sube un 8%. Y viste acorde con la estación.
Las luces. No las tengas encendidas si no estás en la estancia. Prima las bombillas de bajo consumo y pon reguladores de intensidad.
Desenchufa. Si no los utilizas, desenchufa cargadores, electrodomésticos... porque con solo estar enchufados, consumen energía. Y lo mismo sucede con los "vampiros", o sea, los pilotos rojos de los aparatos.