Sosiego, calma, tranquilidad, paz... Son palabras que se asocian a este refugio en la capital de Formentera.
"Me encargaron el proyecto del hotel cuando en el terreno no había más que una casa de piedra casi en ruinas”, explica la interiorista Anna Profitós, del estudio barcelonés Deu i Deu, responsable de su diseño. “Para mí fue un reto profesional y una gran responsabilidad, dado que tengo un profundo respeto y admiración por esta isla desde hace mucho tiempo”, añade.
Este cuatro estrellas abrió sus puertas hace poco más de un año en Sant Francesc Xavier, la capital de Formentera. El proyecto, gestionado por la familia Ferrer Colomar, ha sido diseñado por el arquitecto ibicenco Josep Llaneras y el arquitecto técnico Jaime Carbonell.
Es Marès es el nombre de una piedra arenosa característica de las islas Pitiusas, usada en esta obra pero también en las murallas renacentistas de Ibiza, las torres de defensa de Formentera o la iglesia de Sant Ferran.
“Es el primer hotel en la población que abre todo el año, por lo que era importante tener presente eso a la hora de elegir materiales y tejidos; era muy importante lograr el equilibrio entre frescura y calidez”, explica la interiorista. El edificio combina diferentes valores arquitectónicos, el estilo tradicional de la isla con las formas más contemporáneas.
“La premisa principal fue diseñar los espacios respetando al máximo la filosofía y el estilo de vida de la isla, evocando las sensaciones de paz y tranquilidad –dice–. Trabajamos en intensa colaboración con la propiedad, gente de Formentera de toda vida, que tenían muy claro el look que querían lograr. En esta isla se respira cierta austeridad y nosotros no quisimos apartarnos de este concepto, aunque permitiéndonos alguna pincelada de sofisticación. Se trabajó tanto en la distribución como en cada uno de los detalles decorativos finales. Se respira una inmensa sensación de sosiego y calma”, concluye.
El establecimiento, el único ubicado en el casco antiguo, cuenta con trece habitaciones dobles, cuatro de categoría superior (con terrazas y bañeras de diseño) y una suite. Sus interiores se inspiran en la esencia de la naturaleza y la cultura de la isla y perfilan decorados singulares creados con materiales nobles, colores y texturas naturales. La sala de estar, el jardín con piscina, el bar cafetería con terraza, el restaurante y el spa son los diferentes espacios y zonas comunes que ofrece este hotel y siguen esa misma línea estética. La piscina, con agua salinizada, está diseñada para refrescarse en un entorno único: un tranquilo patio con jardín y unas vistas espectaculares a las antiguas casas de piedra que dibujan la silueta de Sant Francesc.
El restaurante ofrece productos típicos y de temporada; cocina mediterránea con exquisitos menús degustación, todo ello regado con una buena selección de vinos y cavas de las mejores bodegas. Y el spa, por su parte, brinda tratamientos corporales y faciales, masajes y rituales de belleza.
www.hotelesmares.com
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