El hotel Son Gener, en un plácido enclave del campo mallorquín, transforma las dependencias de una casa tradicional en un cautivador espacio consagrado al descanso de sus huéspedes.
En la pared de uno de los salones, unas humildes rayas inspiraron el logotipo del exquisito agroturismo Son Gener, en un reposado enclave del campo mallorquín. Porque más allá de su apariencia de garabato infantil, la grafía cuenta mucho de la historia de esta finca del siglo XVIII, que abrió sus puertas como hotel en 1998 tras más de dos años de reformas. Las rayas son la primitiva contabilidad empleada en los tiempos en que ésta era una finca eminentemente agrícola donde se cultivaban olivos, cuyo fruto se transformaba en aceite en la propia tahona.
En aquellos años, las fincas agrícolas, conocidas en Mallorca como possessions, debían ser espaciosas porque en ellas vivían permanentemente los jornaleros dedicados a las tareas agrícolas, y lo hacían acompañados de sus familias, que a menudo ayudaban también en el campo. Pero ha llovido mucho en Son Gener desde que todo esto ocurriera.
La finca permaneció abandonada durante años antes de que su nuevo propietario decidiera transformarla en agroturismo, a partir de un concepto en el que la comodidad más exquisita se deja arropar por la calidez antigua de los espacios. La tranquilidad absoluta es, en cualquier caso, el mayor lujo de una finca que debe buena parte de su belleza a la profesionalidad y el buen gusto del arquitecto Toni Esteva, artífice de su reconversión.
Externamente, la vieja possessió conserva su apariencia de casa tradicional; su distribución confirma su vínculo con la historia, pero el matiz viene dado, de un modo definitivo, por el interiorismo. Con él se persiguió una atmósfera limpia y clara, consagrada al descanso de los huéspedes, en su mayoría extranjeros.
La estudiada austeridad es un sello distintivo: se prescindió de los elementos superfluos para potenciar la presencia de aquellos que aportan bienestar y cierta distinción como las camas con dosel, los amplios sofás o las telas de fibras naturales que visten unos espacios hermanados por colores blancos y crudos.
El hotel ofrece, además, el relajante atractivo de un spa, con sauna y hammam, jacuzzi y piscina cubierta, desde el que se disfrutan las vistas del magnético y cautivador paisaje del valle. Olivos centenarios, algarrobos y almendros como privilegiado entorno en el que posar la vista, sin más preocupación que la de disfrutar de los pequeños placeres que ofrece la vida.
Una finca con huerto ecológico
Uno de los vínculos más estrechos que Son Gener mantiene con su pasado –la explotación agrícola– es el huerto ecológico de la finca. De él se obtienen muchas de las hortalizas, verduras y frutales que se sirven en el restaurante, cuya carta es fiel a la tradición local. Al aroma de los vegetales de producción propia se suma el atractivo de unas carnes también de producción ecológica y un pescado que se adquiere a pie de barca.
Legados que perduran en el tiempo
Las dependencias del hotel conservan vestigios del pasado de la finca en forma de viejas puertas con grandes llaves de hierro, vigas antiguas y algunas piezas de mobiliario. Entre las más preciadas herencias destaca la piedra de la vieja tahona de aceite, que puede contemplarse en uno de los salones. Junto al comedor y el jardín es una de las zonas comunes de un hotel cuyas dependencias se reservan íntegramente a los huéspedes.
Leer, dormir, jugar al golf, relajarse
Inaugurado en 1998, los responsables del hotel dicen que su mayor recompensa es ver cómo muchos de sus huéspedes repiten estancia. Cuentan que algunos llegan a Son Gener dispuestos a no abandonarlo mientras duren sus vacaciones. Aquí aprovechan para leer, pasear y, en definitiva, descansar. También abundan quienes lo eligen como cuartel general para jugar al golf ya que hay varios campos cerca en los que practicarlo.
Son Gener, agroturismo con encanto
Las diez habitaciones del tipo junior suite de que dispone el hotel tienen terraza propia con tumbonas y sombrilla, climatización y televisión por satélite.
www.songener.com
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