El Feng Shui asegura que solo hay una clave importante para tener la cocina ordenada. Es esta: guarda solo lo que realmente necesites. Guardar pocas cosas tiene grandes ventajas.
- Es más fácil tenerlo todo ordenado y a mano.
- Es más fácil limpiar.
- Es más higiénico, porque hay menos lugares donde pueda acumularse suciedad, humedad y bacterias.
Al menos una vez al año, es una buena idea vaciar todos los armarios y cajones de la cocina y estudiar cada elemento. Las preguntas clave para el Feng Shui son: ¿Cuánto hace que no lo uso? ¿Está en buen estado? ¿Me sirve para cocinar de forma saludable?
Una vez te has quedado solo con lo esencial, ¿qué hacer con el resto?
Podemos venderlo. Pequeños electrodomésticos, ollas, y todo tipo de objetos de cocina pueden venderse con cierta facilidad, si los pones a un precio atractivo, en eBay, Anuntis u otras webs similares.
Podemos regalarlo a amigas. Organiza una merienda cada primavera y distribuye por tu salón, rodeados de velitas y macetas con flores, todos los objetos de los que has decidido desprenderse tras tu limpieza anual (no sólo de la cocina: de toda la casa); cada una se lleva lo que quiere.
O podemos regalarlo a quién lo necesite. Organizaciones que estén cerca de tu casa como una parroquia o una ONG pueden reutilizar lo que tú ya no quieres. O puedes exponer tus objetos en webs como nolotiro.org o telodoy.net: quién lo quiera, vendrá a buscarlo a tu casa.
Y lo que esté en mal estado y no se pueda reparar -sartenes rayadas, platos u otros objetos rotos o estropeados- conviene tirarlo. Acuérdate de separar la basura para reciclar.
Ahora ya nos hemos quedado con lo esencial. Para ordenarlo, las ideas básicas son dos. Primera: cada cosa, donde la utilizas. Y segunda: lo que más usas, muy a mano.