Porque el orden va mucho más allá del armario, toma nota de nuestra guía para organizar la casa, estancia por estancia
Guarda solo lo necesario
Saber lo que tienes que guardar es el primer paso para tener una casa ordenada. Haz un inventario por estancias y, de paso, tira o regala lo que no utilices y guarda en cajas etiquetadas lo de uso más estacional. Para localizar fácilmente las cosas, guárdalas siempre en el mismo lugar, cerca de donde son necesarias. En el recibidor, es muy práctico tener un mueble con cajones para llaves, cartas, gafas... Puedes usar cajas sin tapa para tener más organizado el interior de los cajones.
En la cocina
Ten solo el menaje que utilizas
Un par de ollas de distinto tamaño, dos sartenes, una plancha..., en tu día a día no necesitas tener a mano mucho más menaje. Guarda el resto en los armarios más altos de la cocina. Optimiza las baldas apilando vasos, platos... ten en cuenta que en 25 cm de alto caben 20 platos. Las copas ocupan menos apoyadas sobre su pie. Puedes crear un doble nivel con un estante tipo puente.
Despeja la encimera para que la cocina se vea más ordenada. Instala barras en el antepecho para colgar los utensilios o baldas para libros y botes.
Textiles Dedica un cajón para ellos. Manteles, trapos, delantales..., coloca debajo los que acabes de lavar.
Organiza bien los interiores
En forma de pivotes, contenedores o cestos..., los organizadores sacan partido a cajones y gavetas y agrupan el menaje de manera que todo tiene un sitio establecido y es más fácil de localizar. Además, alargan su vida ya que evitan que se muevan al abrir y cerrar. Para los cajones de los cubiertos, prima las bandejas separadoras a las tipo ranura: requieren mucho tiempo para colocar cada pieza en su lugar. En la despensa, un interior organizado te ayuda a ahorrar espacio y dinero. Separa el contenido por tipo de alimento: productos esenciales (arroz, harina, pasta), bebidas, desayuno... y coloca delante los que caduquen antes. Guarda los paquetes abiertos en botes herméticos, revisa lo que tienes antes de hacer la compra y haz una lista. Así, no compras de más.
Gana zonas para guardar
Cuanto más espacio para guardar tengas, mejor: una casa en orden parece más grande. Estudia el espacio y aprovecha cada centímetro con piezas a medida. Ten en cuenta que en un entrante de la pared de unos 30 cm de fondo puedes planificar una zona de baldas para libros y objetos. A la hora de elegir los muebles, prioriza las piezas con capacidad oculta, como pufs o baúles, así como auxiliares fáciles de mover como los cestos. Son útiles para guardar cojines, mantas o libros y cuando no los usas puedes colocarlos bajo una mesa.
En su cuarto
Almacenaje que crece a su ritmo
Las necesidades de almacenaje de los niños crecen tanto como ellos. Piensa en m3, más que en m2, y saca partido a la altura para colocar baldas (sobre la cama, encima de la puerta...) o colgadores.
Auxiliares con ruedas para sus juguetes favoritos. Son prácticos para acercarlos a la zona de juegos y, también cuando llega la hora de recoger.
Pon nombre a cajas, cestos, muebles... tanto para identificar su contenido como para saber de quién es. Te ayudan a mantener el orden y, además, refuerzas la identidad del niño.
A su altura Asegúrate de que cuentan con espacio “bajo” para guardar. Así, son responsables de su orden.
Espacio para lo más voluminoso
Reserva para edredones, mantas o nórdicos el almacenaje más inaccesible de la casa: las baldas altas del armario, el canapé debajo de la cama o el interior de una cama nido que no usas. No lo dobles en exceso, ya que abultará más, y guárdalo en fundas de tela para protegerlo de polvo y polillas. Para ganar espacio puedes envasarlo al vacío: solo necesitas unas bolsas especiales y el aspirador y reducirás más de la mitad su volumen. Además, quedan protegidos de polvo y humedad, aunque se arrugan un poco. Si puedes, reserva un armario exento para abrigos y ropa de deporte (como esquís, botas de agua...). Si algo se ha quedado pequeño, regálalo, no lo guardes. Enrolla las alfombras con papel y guárdalas en horizontal. Así, evitas que se deformen.
Controla el botiquín y la colada
Guarda los medicamentos lejos de la zona de aguas, la humedad les perjudica, y con su caja y prospecto. Así, controlas su fecha de caducidad y su uso. Ten a mano los productos de uso más habitual y guarda lejos del alcance de los niños los medicamentos. No acumules muchos y revisa cada cuatro meses su caducidad. Si tienes el cesto para la ropa sucia en el baño, lo mejor es que cuente con un separador interior para diferenciar la ropa blanca de la de color. Para evitar que se acumule, establece un día o más a la semana para hacer la colada.