Una mascota en casa es una fuente de alegría. Los beneficios para la salud emocional en niños, adolescentes y ancianos están más que demostrados, e incluso estudios recientes apuntan a que su presencia provoca menos alergias en los pequeños de la casa. A cambio, las mascotas solo requieren cariño, unos pocos cuidados y seguir en casa algunas normas para evitar molestias. En especial con perros y gatos, los animales de compañía más habituales.
Normas generales
- Créales un espacio donde dormir y, en el caso de los gatos, un lugar donde hacer sus necesidades lo más limpio posible, sin alfombras, sobre materiales o telas que se puedan lavar fácilmente, en un lugar que no sea de tránsito (a los gatos les gusta tener intimidad) y que se pueda airear bien.
- No les des de comer o beber en la cocina y evita la presencia continuada de los animales en este espacio para evitar que dejen “restos” (pelos, babas, orín…) que pueden originar contaminaciones cruzadas. Sobre todo hay que mantenerlos fuera mientras cocinamos y no dejar que introduzcan en este espacio juguetes u objetos de juego.
- Tampoco deberían ser asiduos de los dormitorios y camas, y sobre todo es aconsejable no asignarles un espacio para dormir en estos ambientes.
- Mantén a tus mascotas limpias, pero sin exagerar, porque puede deteriorarse el manto protector de su piel y producirse un efecto rebote que favorezca el mal olor o la pérdida de pelo. Depende de las razas de perros, pero en general con un baño al mes es suficiente. En cuanto a los gatos, si se bañan, muy ocasionalmente en todo caso, requieren un champú especial para ellos por su diferente pH. En todos los casos hay que secarlos bien, primero con una toalla y luego con aire caliente.