Cuando recibimos en casa nos gusta que todo esté perfecto. O, como mínimo, lo mejor posible. Para algunos es la excusa ideal para hacer una limpieza a fondo de esas piezas que sacamos de uvas a peras: como la vajilla especial, la cristalería, el mantel 'bueno'...
Aquí te damos trucos de toda la vida que te ayudarán a tenerlo todo impecable: cristal mucho más brillante, mantelería sin una sola arruga, vajillas impolutas... Si llevan utilizándose durante tantos y tantos años, ¡será porque funcionan! Así que toma nota y déjalo todo más que listo para recibir.
Deja las copas, más brillantes
Lávalas a mano y nunca con agua caliente. Déjalas en remojo en agua tibia con un poco de detergente neutro disuelto.
• Con vinagre. Añade al agua fría del último aclarado unas gotas de vinagre. Evitas las manchas de cal y quedan más brillantes.
• Cáscaras de limón. También puedes dejarlas en remojo toda la noche con unas cáscaras de limón en agua y hasta con piel de patata.
• Si tienen manchas. Elimínalas con un poco de bicarbonato o una mezcla de vinagre y sal gruesa. Seca con cuidado con un paño de microfibras que no deje pelusas.
Los jarrones y las licoreras
Si el agua es dura dejará marcas de cal en los jarrones. Empápalos en vinagre y deja que actúe.
• Si tienen verdín por culpa de las plantas. Pon un poco de arena en el interior junto con agua caliente. Agita con fuerza para que las partículas rugosas de la arena arrastren la suciedad.
• Si son de boca estrecha. Utiliza un cepillo alargado para frotar el fondo y seca con el secador.
• Las licoreras. Reblandece las manchas con vinagre o zumo de limón. Después añade azúcar o sal y mueve enérgicamente . Vacía y aclara.
La vajilla lista para servir
Las artesanales con dibujos o relieves no son aptas para el lavavajillas. Lávalas a mano con jabón neutro y evita el agua muy caliente: podría deteriorar sus motivos y adornos. Sumerge la pieza en un barreño con agua, para evitar que se golpee con la pila, y frota suavemente con una esponja, nunca con un estropajo.
• Si añades zumo de limón en el último aclarado, conseguirás que la vajilla tenga un olor muy agradable.
Una tetera sin manchas
• Si su interior se ha manchado del color del té, frótala con bicarbonato o déjala en remojo con vinagre blanco.
• Si la usas a diario, lávala bien después de cada uso para evitar que se "tiña".
Soperas, fuentes y bandejas
Lávalas a mano y con mucho cuidado. Son piezas grandes y frágiles.
Protege el fondo del fregadero para evitar golpes.
Las piezas de loza y porcelana
Las de loza y porcelana más actual están preparadas para ir al lavavajillas.
• Las que tienen ribetes de pan de oro o plata, lávalas a mano para preservar los tonos originales.
• Las de loza son más frágiles y resisten menos los golpes. Desengrásalas con vinagre o bicarbonato.
Manteles sin arrugas y en buen estado
1. Recupera su color. Si tu mantel amarillea un poco, déjalo toda la noche en remojo en dos litros agua caliente, un poco de sal y tres limones cortados en láminas. Después, lávalo en la lavadora.
2. Elimina las marcas. De los pliegues con vapor. Plancha el mantel un poco húmedo del centro hacia los extremos para que tenga mejor caída. Si lo guardas enrollado se arruga menos.
3. Si tiene puntillas. Añade al agua del lavado un poco de sal para eliminar la suciedad. Moja las puntillas en una mezcla de clara de huevo y agua. Seca y plancha del revés.
4. Sin manchas.
No las dejes en remojo con agua caliente porque se fijarán más. Si son de café, elimínalas con alcohol y vinagre blanco y si son de vino tinto, con sal gorda y limón.
5. A la sombra. Tiende las mantelerías delicadas del revés, en un lugar sin sol directo, para que no se decoloren.
Los materiales más delicados
Muchos objetos decorativos se componen de materiales que necesitan una limpieza especial.
• La madera de ébano. Recupera su color frotándola con un paño empapado en aceite de linaza.
• El coral. Puedes sumergirlo unas horas en agua salada y cepillarlo suavemente.
• Los objetos de jade. Se lavan con agua caliente y vinagre. Para que brillen, frótalos con cera líquida.
• Los cromados. Quedan bien frotando con una pasta a base de aceite y ceniza.
Limpia lo dorado
• Si es madera dorada, mezcla una clara de huevo a punto de nieve con zumo de limón y extiende.
• Mezcla pimienta molida y vinagre para devolver el brillo a los objetos dorados. Seca con un paño.
Los objetos de bronce y latón
• Frota las bandejas de latón con vinagre caliente y sal. Deja secar y retira.
• Para el bronce mezcla blanco de España, agua y vinagre blanco.
Cuadros y espejos impecables
Retira el polvo con un plumero o una gamuza para que no se acumule.
• El lienzo. Si es un óleo, límpialo con un paño impregnado en agua jabonosa.
• El marco. Si es tallado, repásalo con un cepillo y aplica una cera incolora para darle un acabado natural.
• En el cristal envejecido. Aplica polvos de plata especial para cristales.
Candelabros sin restos de cera
Mételos en el congelador durante 30 min. La cera acumulada se congelará y será más fácil de eliminar. Si queda algún resto quítalo, con cuidado, con agua caliente y jabón neutro.
Cubiertos de madera y acero
Los de uso diario tienen en la humedad su principal enemigo.
• Si son de acero. Son resistentes y fáciles de mantener y admiten el lavavajillas. Pero conviene secarlos bien para eliminar manchas de cal y darles brillo.
• Con mango de madera. Lávalos a mano con agua caliente y jabón y sécalos bien para que la madera no se deteriore. Si se ennegrece, aclárala con vinagre blanco.