Y se hizo la luz. Desde las antorchas de fuego que alzaban nuestros antepasados para alumbrarse, pasando por la lámpara de aceite (la primera lámpara auténtica), hasta nuestras lámparas de hoy, ha llovido muchísimo.
Existen infinidad de modelos y de tipos: Lámparas de techo, de sobremesa o de pie. Sin embargo, unas cuantas privilegiadas ocupan el Olimpo de las lámparas clásicas contemporáneas. No podrás decidirte con cuál de estos auténticos bestsellers de la iluminación, te quedas.
Lámparas de pie
Son perfectas para crear ambientes cálidos y acogedores. Y no sólo eso, sino que su diseño y funcionalidad aportan un plus a tu casa. Hija de dos de los padres del diseño italiano del siglo XX, Achille y Pier Giacomo Castiglioni, la lámpara Arco ha sido la reina de muchos salones desde los años 80. Es un icono del diseño industrial italiano. Comparte protagonismo con la lámparas TMC y TMM, de Miguel Milá. El diseñador barcelonés quería conseguir la iluminación perfecta, y lo consiguió.
Lámparas de techo
Al hablar de lámparas de techo o colgantes no podemos dejar de hablar de las 7 magníficas: La mítica lámpara HL99 de la escuela alemana Bauhaus; la barcelonesa lámpara Disa o Coderch; la Copper Shade Lamp de Tom Dixon; la PH5 i la lámpara Artichoke, ambas de Poul Henningsen; la lámpara Zettel'z de Ingo Maurel y la lámpara Random, de Bertjan Pot. Todas ellas adornan los techos de salones y comedores de muchas casas convirtiéndose en las protagonistas de la iluminación.
Cómo limpiar tu lámpara de techo
La acumulación de polvo en una lámpara de techo (sobre todo en la pantalla) puede significar una pérdida considerable de iluminación. Para evitarlo, si limpias de manera frecuenta tu lámpara, bastará con un plumero. Pero si consideras que está muy sucia deberás seguir los siguientes pasos:
- Desconecta la corriente eléctrica y deja que se enfríen las bombillas. Siempre las limpiarás desenroscadas y con un trapo humedecido.
- Con un paño mojado en agua tibia y una pequeña proporción de alcohol o amoniaco, repasa la lámpara tantas veces como haga falta.
- Según el modelo de lámpara que tengas limpiarás la lámpara de una manera o de otra. Para las lámparas halógenas, usa un trapo de algodón totalmente seco, sin utilizar ningún producto específico y con mucho cuidado. Para las lámparas con tulipa, usa un producto quitagrasas o con un poco de amoniaco para desprender la grasa impregnada. Si la lámpara es de papel, retira el polvo con un trapo seco. Al ser de papel podemos utilizar una goma de borrar blanda.
- Si tienes una lámpara pergamino basta con pasar el plumero. Las lámparas de acero inoxidable se limpian pulverizando una mezcla de agua con amoniaco y luego se retira el agua con un trapo seco. Para limpiar una lámpara de araña, usa una mezcla de agua, alcohol y jabón, todo bien mezclado y pulveriza. Luego retira el agua con un trapo seco. Finalmente, si tienes una lámpara de cristal, lo ideal sería empapar un trapo limpio con algún limpiacristales. Otra manera, si no dispones de un trapo, es usar agua con amoniaco. Después del secado, pasa un trapo seco para dar el brillo perdido.
- Si tu lámpara de techo tiene pantalla, la limpiarás dependiendo del material de ésta. Si tiene pantalla de plástico, puedes sumergirla pantalla de plástico con agua, jabón y un poco de amoniaco. Deja actuar durante 5 minutos y enjuaga la pantalla directamente debajo del agua. Si la pantalla es de tela y tiene muchas manchas, existen espumas para quitar manchas frotando con un cepillo en seco. Si solo tiene polvo, es ideal limpiarla con un aspirador de mano. Para limpiar una pantalla de papel retira el polvo con un trapo seco. Y la pantalla de cristal también se puede limpiar usando los mismos métodos que la lámpara de cristal.
Lámparas de sobremesa
Las lámparas de sobremesa son ideales para decorar, crear diferentes atmósferas en salones, comedores y dormitorios. Pueden ser funcionales, como en un escritorio, u ofrecer ambientes acogedores en cualquier rincón de la casa. Y si no, fíjate en la lámpara Tolomeo de Michele De Lucchi y Giancarlo Fassina, que se ha convertido en la reina de los escritorios con su sencillo y efectivo diseño articulado. En cambio, la lámpara Cesta, de Miguel Milà, con su diseño sencillo y discreto, es tan versátil que incluso puede ser una lámpara de pie. Según la ocasión.