Y aún hay unos cuantos truquillos más que no nos queremos dejar en el tintero. Aquí te los dejamos. Ponlos en práctica y destierra de tu mente la idea de que limpiar la cocina no está hecho para ti.
• ¿Quemadores sucios? Sumérgelos en agua hirviendo con vinagre y un poco de limón. En unos minutos, los restos se reblandecerán y desaparecerán.
• ¿Manchas de grasa en los armarios? Frota un poco de pasta de dientes sobre la mancha (en serio) y verás cómo desaparece en un plis.
• Baldas desgastadas Frótalas con glicerina y en un momento recuperarán el brillo perdido.
• ¿Restos pegados en el fregadero? Tapa el sumidero y cúbrelo con agua. Añade bicarbonato o zumo de limón y deja que actúe unos minutos. Enjuaga con abundante agua y seca.
Pero no todo es limpiar. Elegir materiales que te lo pongan fácil también ayuda. Entra en el siguiente artículo y lo descubrirás.

PÓNTELO FÁCIL
Los suelos de cocina con los acabados más limpios