La primera regla del orden es saber dónde va cada cosa (parece algo obvio, pero, en ocasiones, cuando nos disponemos a ordenar no sabemos muy bien los lugares correctos de colocación). Y esta directriz sirve también para las librerías. ¿Los básicos? Lo que más uses, tenlo a la altura de las manos, si doblas los brazos en ángulo recto. Y lo que pese más, llévalo más abajo. También a la altura de los ojos, coloca piezas que aligeren los estantes: plantas, detalles personales, fotos... Y la zona más alta tampoco pretendas llenarla hasta los topes. Si no, visualmente, se te caerá encima...
Un par de consejos más
- Color: elige una gama cromática similar para toda la librería y sus detalles de almacenaje. Se verá más ordenado, pero también más bonito y equilibrado.
- Plus de almacenaje: Si necesitas espacio para guardar, la librería es tu aliada. Nunca están de más unos cajones, o incluso una zona con puertas. Con 30 cm de profundidad ¡hasta puedes guardar la vajilla!
Y no olvides limpiarla frecuentemente. Al polvo le encanta el papel y unos libros bien cuidados son unos libros bellos y eternos.