Separa los alimentos por grupos, pon delante lo que caduca antes y abajo lo más voluminoso... Toma nota de cómo organizarla.
La mejor ubicación y orden
Un espacio propio. Lo ideal es contar con un mueble independiente como despensa. No es necesario que esté en la cocina, pero sí en un sitio fresco sin sol directo.
Con baldas y armarios. Es práctico tener una zona de baldas, para ver lo que más utilizas, y otra cerrada. Si puedes, organiza la distancia entre estantes en función de su contenido.
El orden lógico. Coloca en las baldas más accesibles los alimentos básicos que más utilices (pasta, arroz...) y en las más alejadas los de consumo más esporádico.
Organízate en tres pasos
1. Revisa lo que tienes. Es el mejor modo de no comprar de más ni olvidar lo que necesitas. Chequea tu despensa una vez al mes.
2. Por grupos. Organiza los alimentos por grupos (conservas, pasta, bebidas...) y colócalos siempre en el mismo sitio.
3. Bien colocado. Lo que caduca antes delante y los excedentes detrás. No tengas más de dos paquetes de cada producto.
Reordena las tres zonas principales
1. Arriba. Coloca en las baldas más altas pequeños electrodomésticos y menaje de poco uso, y en las más cercanas los alimentos de más consumo. A la derecha, la zona dulce con galletas, tés... y, a la izquierda, la salada con aceites, salsas...
2. En el centro. Aprovecha su superficie como zona de desayuno con una cafetera y un exprimidor y una bandeja para tener a mano zumos y dulces. También para una pizarra magnética con la lista de la compra.
3. Abajo. Lo más pesado y voluminoso, como botellas de agua, aceites y latas, así como algunos excedentes de los productos básicos (legumbres, arroz...). También es un buen lugar para patatas o cebollas que no necesitan frigorífico.
Agrupa y ordena en cajas y cestos
Clasifica los productos por tipo, te facilitará el orden y, además, te ayudará a optimizar el espacio dentro de las baldas. Puedes usar unos contenedores metálicos para los refrescos y una caja de madera para las botellas de leche.
1. En botes herméticos. Conserva así los alimentos una vez abiertos. Los de cristal te permiten ver el contenido.
2. Cajas para las galletas. Úsalas con los paquetes abiertos para evitar que se reblandezcan.
4. Textiles en los cajones. Manteles, delantales, trapos... No los dobles mucho y ponlos uno al lado del otro. Se ven mejor y son más fáciles de coger.
5. La lista siempre a mano. Apunta en ella lo que necesites a medida que se gaste y haz un repaso de la despensa antes de hacer la compra.
Una despensa organizada te ahorra dinero
¿Cuándo caducan? En la mayoría de los productos no frescos se indica la fecha de consumo preferente más que la de caducidad. Controla de vez en cuando las fechas en tu despensa.
Nevera o despensa. Las conservas y las salsas abiertas se guardan en la nevera, mientras que harinas, pastas o legumbres secas pueden ir en botes herméticos a la despensa.
Un menú semanal. Saber lo que vas a comer es el modo más sencillo de prever tus necesidades reales al hacer la compra. Haz una lista y cíñete a ella. Prima los alimentos básicos.
Lo que no puede faltar. Alimentos básicos como el arroz, pasta, legumbres, harina... Son económicos, tienen un período de consumo muy amplio siempre que no se abra el paquete (de hasta dos años en el caso del arroz) y te permiten preparar muchas recetas.
Conservas. Tanto dulces como saladas, puedes tenerlas en la despensa hasta un año desde la fecha de compra. Si encuentras alguna lata hinchada, tírala, ya que puede ser un indicador de que la conserva está en mal estado.
Bebidas. Leche, zumos, refrescos... Reserva para ellos la parte inferior (por una cuestión de peso). Ten en cuenta que los tetrabricks caducan a los cuatro meses, las latas pueden durar un año y el agua hasta dos. No acumules en exceso.
¿Tienes alguna idea para organizar la despensa? Cuéntanosla en los Comentarios de este artículo.