Ser pareja en casa y en el trabajo no es fácil, y encima tener el estudio en casa ya suena a más difícil todavía. Sin embargo, todo es mucho más llevadero si es la casa taller de Fauna y Flora: una casita de madera en medio de la Garrotxa (Gerona). Allí viven y crean Marta y Óscar, hacen joyas delicadas inspiradas en la naturaleza. Su ritmo es tranquilo y concilian la vida y el trabajo con toda naturalidad. Sus perros son la excusa perfecta para salir a dar una vuelta y ahora acaban de ser padres de Tom. ¿Su inspiración? Todo lo que les rodea: 100% naturaleza.
Todo empezó en 1983. Por un lado se iniciaba la construcción de la que, sin saberlo, sería su futura casa, diseñada por el arquitecto Arcadi Pla (Premio Nacional de Patrimonio Cultural por la restauración del Monasterio de Montserrat). Por otro, el mismo año, nacía Óscar. ¿Casualidades o destino? Cada uno que lo llame como quiera. Para esta pareja, es mucho más sencillo: felicidad. Esto es lo que sienten viviendo en esta casa-taller de una sola planta en la que todas las habitaciones tienen salida directa al jardín y enormes ventanales por donde entra una luz arrolladora. Aquí diseñan y crean sus preciosas joyas handmade. Con ritmo pausado, mimando cada pieza.
Urbanitas en el campo
Pero esta pareja no siempre ha vivido en el campo. Es más, antes de trasladarse vivían en pleno centro de Barcelona, en el barrio Gótico: el meollo. Decidieron dar un giro de 180º a sus vidas. Hicieron las maletas y se plantaron en la Garrotxa. Pero fue algo meditado. Conocían la zona de una de sus escapadas. Habían quedado cautivados por ese "verde garrotxa" (como ellos lo llaman) tan brillante y lleno de vida de las hojas. Y el siguiente verano alquilaban esta casa donde ahora viven. Cuando Óscar decidió unirse a Flora y Fauna, que hasta entonces llevaba Marta, lo tuvieron claro: nos vamos. Podían trabajar donde quisieran. No lo pensaron dos veces. Y nosotros hemos venido de visita a su casa (por ahora).
¿Cómo definiríais vuestra nueva casa?
Luz. La luz del día y la luz de la noche, la de la luna iluminando el jardín e inundando la casa de azul.
¿Qué es lo que os conquistó de esta casa?
La conocíamos por fuera y, sinceramente, a no nos gustaba nada de nada. El exterior que da a la calle es muy cerrado, casi sin ventanas. Cuando nos propusieron ir a visitarla dijimos que no era el tipo de casa que buscábamos, pero insistieron en que la viéramos y al verla caímos en sus redes. Necesitaba algunas reformas pero la distribución, la arquitectura, el tamaño, el inmenso jardín... Todo nos encantó. Nos gustó mucho que las paredes fueran de obra vista, aunque al poco de instalarnos decidimos pintarlas de blanco para ganar luz y que fuera más fácil de combinar con los muebles.
También nos conquistó visualizar nuestro taller en un antiguo porche en desuso con orientación norte, hacia la parte más silvestre del jardín. Hicimos construir un ventanal enorme que cubriera toda pared frontal y colocamos las mesas de trabajo allí, de cara a los árboles. Tuvimos que levantar todo el tejado para aislarlo, poner suelos de madera y pintar de blanco todos los muros de obra vista, pero ha valido la pena: hemos creado un espacio de trabajo muy apetecible y la casa ha ganado un precioso espacio que cuando nos jubilemos convertiremos en una biblioteca-invernadero.
¿Habéis reutilizado muchos muebles de vuestra anterior casa?
Nos trajimos todos nuestros muebles y objetos, los que teníamos en el piso de Barcelona y los que teníamos en la casita del pueblo. Nos cuesta mucho desprendernos de las cosas. Tenemos algún mueble que nos acompaña desde nuestro primer piso... ¡y nos hemos mudado cuatro veces! Forma parte de nuestra historia juntos. Los dos somos muy sentimentales en este aspecto así que tenemos una casa un poco ‘ecléctica’ ¡y el garaje lleno de trastos!
¿Qué os ha inspirado a la hora de plantear la reforma y la decoración?
Nos gusta mucho la serenidad y la sencillez del estilo nórdico, la combinación de blancos con materiales naturales como la madera, los muebles de líneas sencillas y la luz de los interiores. Así que hemos intentado llenar nuestra casa de ese espíritu.
¿En qué lugar pasáis más horas?
En el taller. La mayor parte del tiempo trabajando, pero también nos gusta acabar el día allí, tomando algo y disfrutando de la luz de última hora de la tarde que inunda el jardín y el taller.
¿Tenéis algún sueño en relación a vuestra casa? ¿Qué os gustaría hacer en un futuro?
¡Casarnos aquí! Reunir a nuestra familia y amigos en casa y montar una fiesta sencilla: una barbacoa en el jardín, unas luces, un poco de música y pasar un día bonito en casa con la gente que queremos.
¿Creéis que esta casa será la definitiva?
Creo que te das cuenta de que es 'LA' casa cuando disfrutas de todos los momentos del día, de todas las estaciones, de cada uno de los espacios... No nos imaginamos en ningún otro sitio.
¿Cómo imagináis esta casa dentro de diez años?
¡Llena de niños!
¿Qué significa “casa” para vosotros?
‘Casa’ es allí donde estemos juntos, con nuestro pequeño Tom y nuestos perros, Martin y Robin. ¡Todos!