Un cuerpo con estantes para prendas dobladas, otro para colgar y un tercero para la ropa blanca. Cuando todo tiene su sitio, es más fácil de guardar y de encontrar.
Un armario de tres cuerpos con puertas en aspa, molduras y cortinillas, ocupa el centro de este dormitorio y sirve para separar la zona de descanso del rincón de trabajo situado en el otro extremo.
La decoradora Asun Antó lo diseñó como el elemento principal de la estancia y sus acabados tampoco fueron elegidos al azar: “las puertas en aspa con cortinillas aligeran el peso visual del armario y su división en tres cuerpos permite destinar uno para la ropa colgada, otro a los complementos y el último para la ropa de cama”, nos explica. El lino que entela las puertas oculta el interior “porque soy de las que creen que el desorden perjudica el descanso”, asegura la decoradora.
En la organización ha primado las zonas de barras, “la mejor opción cuando tienes muchas camisas, faldas y vestidos”. La ropa colgada ocupa menos que doblada y equipar el armario con barras siempre resulta más económico que hacerlo con baldas y cajones. En la zona de estantes se han planificado las separaciones con un espacio de menos de 35 cm, para evitar apilar muchas prendas. Además, las baldas de la zona más accesible, entre 40 y 150 cm de altura, son extraíbles. “El objetivo era sacar partido a todo el fondo del armario para que sea más fácil localizar las prendas. Con esta distribución, lo he conseguido”.
Su consejo a la hora de guardar la ropa doblada: “hazlo en escalera. Así, siempre puedes ver las prendas de abajo˝.
Agrupa el contenido
Las cajas y contenedores son una buena solución para tener los objetos agrupados y en orden. Perfectas para interiores de armarios y librerías, para que su contenido sea más fácil de localizar es importante que esté identificado en el exterior. Puedes utilizar una etiqueta, una foto y hasta un bordado con el nombre del objeto, si el contenedor es de tela.