La mejor calefacción no existe. Al menos, no una para todos, aunque sí hay una para ti. Antes de escoger un sistema, pregúntate: ¿cuánto tiempo estás en casa?, ¿qué orientación tiene tu vivienda?, ¿es grande o pequeña?, ¿tienes luz o gas? Una vez que tengas las respuestas, mira y compara.
La calefacción supone casi el 50% del consumo del hogar, por lo que un sistema eficiente, que gaste poco, es uno de los primeros puntos que debemos mirar. Pero ¿cómo elegir?
Dependerá del clima de la zona donde vives (muy frío o templado), de si vives en una casa con dos plantas o en un piso, de si está bien o mal aislado, de tu presupuesto y de si puedes o no hacer reforma.
Calefacción central con radiadores
Integrada por una caldera –aunque también puede ser una bomba de calor aire-agua– y radiadores de agua en cada habitación, es el sistema más popular debido a su sencilla instalación. Los sistemas que funcionan a base de gas natural son los más rentables, sobre todo con termostatos independientes en cada radiador.
Es ideal en climas fríos, para lograr una temperatura homogénea de forma constante, y en viviendas en las que se esté la mayor parte del tiempo.
Su instalación requiere tuberías entre la caldera y los radiadores que a la vista pueden resultar poco estéticas. Puedes empotrarlas en la pared, aunque esto encarece bastante el proceso.
Un pack con caldera de condensación a gas y 6 radiadores cuesta desde 2.593€ con instalación incluida.
Suelo radiante
Se compone de tubos por los que circula agua caliente, aunque también pueden ser hilos de fibra de carbono conectados a una caldera.
Se coloca oculto bajo el pavimento o el techo, por lo que requiere una obra considerable aunque a su favor tiene su máxima eficiencia: funcionan a baja temperatura y la mantienen estable, lo que supone un gran ahorro en combustible, del tipo que sea.
Es ideal en climas templados, para caldear una vivienda sin que quede a la vista y tiene la ventaja añadida de que no reseca el ambiente y puede servir también para enfriar.
Tiene un precio desde 40 a 80 €/m2en función de las prestaciones, la zona climática y la calidad de los componentes, en Rehau.
Bomba de calor
Este sistema extrae el calor del aire exterior y puede producir hasta cuatro veces más energía térmica que la electricidad que utiliza para ello.
Se compone de una unidad exterior y una o más interiores, como los splits del aire acondicionado, aunque también sirve para hacer funcionar suelos radiantes o radiadores de baja temperatura.
Funcionan con electricidad –la energía más cara–, pero consumen hasta un 75% menos que un sistema convencional o una caldera. No obstante, se recomiendan en climas no muy fríos, donde la temperatura no baje de 4 grados, para no forzar su funcionamiento y evitar un gasto excesivo.
Tienes bombas con emisor tipo split –calefacción y aire acondicionado– de Daikin a partir de 876 €. De Mitsubishi, a partir de 900 €.
Sistemas eléctricos
Hay diferentes tipos de radiadores eléctricos. Los de bajo consumo y los llamados de alta inercia térmica son los más aconsejables.
Para su instalación, basta con un enchufe para conectarlos a la red eléctrica y hay modelos portátiles o de colocación mural, fijos a la pared.
Aunque son buenos para caldear estancias independientes sin necesidad de obras, son la opción menos eficiente y más costosa, por el precio de la electricidad, por lo que se aconsejan en viviendas pequeñas o que se usen poco.
Un radiador inercial de bajo consumo Avant Wifi, de Climastar tiene un precio de 337 € (500W) en MundoCalefacción.
6 Claves para ahorrar en la factura
- El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía aconseja una temperatura de 21º C y apagar por la noche.
- Cada grado que subas la calefacción aumenta en un 7-8% el consumo. Si la casa está vacía, lo óptimo es dejarla a 15º C.
- Los termostatos programables permiten mantener la temperatura y encienden el sistema solo si es necesario.
- Revisa la caldera antes de que llegue el frío para estar seguros de su funcionamiento y que no haya sorpresas.
- Purga los radiadores al inicio de la temporada: suelen acumular burbujas de aire que hacen que pierdan potencia.
- La mejor opción es programar el encendido de la calefacción una hora antes de llegar a casa. Así no gastas de más.