Treinta minutos de limpieza al día pueden acabar con las jornadas "maratonianas" del fin de semana. Para que te cunda el tiempo, lo mejor es que te centres cada día en una estancia. Si eres constante, al final de la semana tu casa estará perfecta y te habrá costado poco esfuerzo. Implica a toda la familia y no te agobies si un día no puedes hacer todo lo que querías. El siguiente haces un poco más y listo.
LUNES: dedícate al baño
Empieza la semana limpiando la zona de la casa que da más "pereza", que suele ser el baño.
Bien desinfectado
Limpia los azulejos de arriba abajo (con la mezcla de dos cucharadas de jabón rallado y una cucharada de alcohol) y desinfecta los sanitarios (inodoro, lavamanos, ducha...) con una mezcla de vinagre, agua y bicarbonato.
Elimina la cal
Mampara y grifos son los que suelen tener marcas de cal, sobre todo en zonas con agua pesada. Puedes eliminarlas con un poco de alcohol (úsalo también en el espejo).
Y la humedad
Lo último que debes hacer es pasar el aspirador y, a continuación, fregar el suelo. Después es importante que ventiles bien en baño para que no haya humedad.
Lo más pequeño
Cambia las toallas y las alfombrillas (lo puedes volver a hacer a mitad de semana) y repasa con agua caliente y jabón el vaso de los cepillos y la jabonera.
¡Buena idea!
A diario aprovecha el vapor de la ducha para repasar la mampara y el espejo, con un accesorio limpia cristales, y tiende las toallas después de la ducha para que no cojan humedad.
MARTES: pon a punto el salón
Elimina el polvo de los muebles
Si son de madera puedes usar vinagre blanco, agua y aceite de oliva. Repasa la pantalla del televisor y, de vez en cuando, acuérdate de los mandos (se ensucian mucho).
Pon orden
Aprovecha que limpias para guardar y organizar todo aquello que esté fuera de sitio. Si tienes a la vista cosas que no usas, guárdalas.
Y el suelo
Repasa los protectores de las sillas y barre o pasa la mopa. Haz especial hincapié en el comedor (suelen caer migas al comer) y debajo de los radiadores o la salida a la terraza.
Limpia a fondo el sofá
Retira los cojines y aspira la superficie y la zona de asientos y el respaldo. Si hay alguna mancha, límpiala enseguida.
¡Buena idea!
Cada día, intenta recoger el salón antes de irte a dormir. Si está ordenado parecerá más grande.

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MIÉRCOLES: limpia bien
la cocina
Limpia las puertas de los armarios
Con agua y vinagre y enjuaga con una bayeta húmeda para eliminar el olor. Repasa también los tiradores, las manos los ensucian mucho.
La encimera
Queda perfecta con agua y detergente suave. Elimina las manchas en cuanto se produzcan. Por último, friega el suelo.
La nevera
Aprovecha el día de la compra semanal, que es cuando está más "vacía", para limpiarla y organizarla. Elimina olores con bicarbonato.
El horno
Pásale un trapo húmedo después de cada uso. Haz lo mismo con el microondas.
¡Buena idea!
A diario, evita que la placa se ensucie tapando sartenes y ollas y repasa después de cada uso.
JUEVES: el día del dormitorio
Quita el polvo
De mesillas, cómoda, lámparas... con una bayeta atrapapolvo.
Hasta el último rincón
Quita las sábanas y, antes de poner las limpias, pasa el aspirador. No te olvides del espacio bajo la cama: puedes pasar una mopa mojada para acabar con la suciedad. Friega el resto de suelo.
La ropa de cama
Cámbiala, como mínimo, una vez por semana (en verano mejor dos). Aprovecha el momento para, una vez al mes, darle la vuelta al colchón.
¡Buena idea!
A diario, ventila el dormitorio unos 10 minutos, mejor si lo haces por la mañana, airea la cama y ahueca las almohadas.
VIERNES: céntrate
en el suelo
Pasa el aspirador
Después de haber quitado el polvo. Aspirar es más efectivo y rápido que barrer (el polvo no se levanta). Antes de hacerlo, repasa con una escoba rodapiés y zócalos.
Sigue un orden
Empieza por los dormitorios, haz el pasillo, el baño y acaba por la cocina y el salón. Acuérdate de aspirar también las alfombras.
Friega los suelos
Primero pasa por las estancias que menos se ensucian (dormitorios, pasillos, salón) y acaba por las que más (cocina y baño).
¡Buena idea!
A diario evita que la suciedad "entre" en casa. Pon un felpudo en la entrada. ¿Un truco? Quítate los zapatos y déjalos en el recibidor.
Una buena organización
Sé realista
No planifiques en exceso ni quieras limpiar demasiado en el tiempo que tienes, es lo que se llama limpieza intencional. Prioriza lo que esté más sucio y deja el resto para el día siguiente.
Para las tareas más pesadas
No dejes "aparcado" lo más pesado de limpiar. Cuando te pongas, te dará aún más pereza y estará más sucio.

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Cada 15 días
Repasa lo que "no
se ve". Con un paño atrapapolvo las puertas, los zócalos, los radiadores y con una bayeta húmeda los interruptores y el alféizar de las ventanas.
Una vez al mes
Limpia a fondo los cristales. Puedes usar un limpiacristales o hacer uno con agua, vinagre y limón. Vacía los armarios de la cocina y límpialos por dentro y fuera. Lava el filtro de la campana en el lavavajillas.
Dos veces al año
Aprovecha el cambio de temporada para limpiar a fondo los armarios. Limpia las cortinas y estores en casa y lleva las alfombras a la tintorería.

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La limpieza es cosa de todos
Haz que toda la familia se comprometa en la limpieza de casa, en la medida de sus posibilidades y edad. Los niños te pueden ayudar con el orden de sus cosas, quitar el polvo de su habitación, enjuagar los platos y ponerlos en el lavavajillas... Cuantas más manos colaboren en la limpieza antes estará lista.