Como bien dice Mònica Escudero, el batch cooking es tendencia y cómo lo sabemos, pues porque le han puesto nombre en inglés. A Mònica la podemos seguir a través del El Comidista, donde sus artículos nos hacen amar la comida, toda ella, descubrir ingredientes que jamás habíamos utilizado y aprender a hacerlo de la forma más eficaz posible. Todo un lujo al alcance de cualquier internauta.
Y como a nosotros nos encanta estar a la última, le hemos pedido a esta mujer polifacética que nos de una guía para entender qué es y cómo poner en práctica el famoso batch cooking. ¿lo habías escuchado antes?
¿Cómo se come eso del batch cooking?
Como os decíamos arriba, no es más que el proceso de cocinar en serie, literalmente. Dicho de una forma más clara, el batch cooking consiste en dedicarle una tarde a cocinar lo que vas a comer durante la semana, lo cual se traduce en 4 cosas:
- Ahorras tiempo ya que el resto de la semana solo tendrás que calentar, y ¡listo!
- Al no improvisar comes mejor, cosas sanas y que te apetecen. ¡Adiós a las pizzas congeladas en cada ataque de hambre voraz!
- Controlas mejor tu gasto puesto que solo compras lo que realmente vas a utilizar. Además dejarás de tirar comida a la basura, ¿recuerdas nuestro artículo acerca de cómo evitar tirar la comida?
- Ensucias menos, porque dejas todo recogido el día que cocinas y dividido en porciones listas para comer.
Algunos tips imprescindibles
- Siéntate a planificar tu menú semana y ten en cuenta cuántos platos únicos vas a necesitar, cuántos primeros, cuántos segundos y las guarniciones. No dejes nada al azar.
- Necesitas mucha organización (aquí encontrarás la clave para organizar tu cocina y que se traduzca en un ahorro) y Mònica nos dice: "El congelador también es muy importante para la organización temporal de los menús: deja los platos que congelen bien para los dos últimos días de la semana, y programa los que aguanten peor el paso del tiempo al principio de la misma."
- Si vas a asar pescado, desde El Comidista nos dicen que mejor lo hagamos en papillote y lo dejemos un par de minutos menos que necesitaría para estar en su punto, así cuando lo vayas a calentar, no se secará.
- En cuanto a los recipientes que vamos a utilizar, le preguntamos a Mònica su recomendación: "Yo prefiero usar bolsas de silicona reutilizables y tarteras o tarros de boca ancha de cristal con cierre de goma. Pero los tápers de plástico con certificado de seguridad, también son una buena opción para la congelación de alimentos." Nos hace hincapié en que no necesitamos invertir comprando millones de recipientes, que podemos echar mano de tarros de cristal que tengamos en casa y hasta los tuppers de la comida a domicilio.

- Mònica nos dice: "Recuerda que nuestro lema es cocinar ahora para no hacerlo después, así que piensa a lo grande y multiplica raciones de todo lo que se pueda congelar." Lo que se traduce en que puedes preparar guisos que te aguantes más tiempo para varias semanas... ya puesto, vas a tardar lo mismo en preparar un ración de lentejas que 5.
- Recomienda también que hagamos uso de las alarmas, son súper útiles cuando estás preparando varios platillos a la vez.
- Puedes dejar picado el pepino, pimiento, cebolla y la zanahoria para tus ensaladas. Bien conservado en un recipiente seco, duran un par de días en óptimas condiciones.
- Cuando cuezas pasta o cereales, échales un chorrito de aceite al final, se conservan mucho mejor.
Cosas que sí se pueden congelar (y seguramente no sabías)
Mònica Escudero nos cuenta acerca de algunos alimentos que son óptimos para congelarse, más allá de los que ya conocemos:
- "Me chiva Luc que todos los franceses tienen en el congelador una barra de mantequilla y crema de leche "por si surge una emergencia". Sin ser tan adictos a los lácteos como nuestros vecinos, podemos beneficiarnos de ofertas de dos por uno –o de los precios ajustados de los formatos más grandes– usando este truco."
- "Las legumbres –ya cocidas o después del remojo– también soportan bien el frío, y si van mezcladas con grasa, aún más, así que la próxima vez que prepares hummus dobla –o triplica– la cantidad, cúbrelo con una capa de aceite y tendrás reservas siempre a mano. Algo parecido pasa con el pesto: si te pasar la vida tirando medios manojos de albahaca mustia, ponlo todo y tendrás una sesión extra de deliciosa pasta."
- "Si además de con la albahaca tenéis el mismo problema con otras hierbas, picadlas, mezcladlas con aceite de oliva y ponedlas en una cubitera de silicona: tendréis porciones para una o dos personas listas para usar en cualquier momento. Sirve también para el chile."
- "Muchos alimentos se vuelven delicados y quebradizos al congelarlos, y hay que ir con especial cuidado con ellos. Nuestros pescateros de guardia aseguran que si congelas crustáceos a lo bruto –sobre todo los de tamaño más pequeño o con pinzas finas como las cigalas– se romperán. Hay que estirarlos al máximo posible sobre una bandeja, intentando que no se amontonen o se peguen demasiado. Para los de tamaño aún más pequeño, como las quisquillas, la solución es usar un táper ancho y plano (para no poner demasiadas capas)."
Alimentos que no se pueden congelar
- No se puede congelar una verdura u hortaliza que se vaya a comer cruda.
- "Tampoco podremos volver a comernos la fruta tal cual, pero los plátanos y el aguacate pueden ser una buena base para improvisar helados, y las fresas, melocotones, melón y muchas otras pueden mezclarse con zumo y fruta fresca para hacer unos batidos campeones." Comenta Mònica.
- Mònica nos comparte el consejo que le dan desde El Tast de Joan Noi, que dice que tampoco los moluscos crudos, pero si tenemos demasiados podemos abrirlos al vapor y congelarlos con su jugo.
- Olvídate de congelar huevos con cáscara –se romperían al crecer su contenido–, pero sí batidos y en un recipiente bien cerrado.
- "Las patatas crudas o cocidas se vuelven terrosas e incomestibles, y el arroz tampoco saca lo mejor de si mismo."
- Debes saber que muchos lácteos como el yogur o la crème fraîche cambian de textura cuando se congelan y se vuelven a descongelar. Pero no todo está perdido porque nuestra comidista tiene un par de trucos: "El yogur, mezclado con alguna mermelada, miel o compota, en un recipente adecuado –puede ser su mismo envase– y un palito se convierte en un estupendo polo para un postre o merienda. La crème fraîche siempre podrá usarse para cocinar, si se le da un pequeño batido previo con un tenedor."

Finalmente Mònica nos dice que no debemos olvidar cuáles serán nuestros aliados indiscutibles: "Salsa de tomate, fondos y sofritos, estofados de legumbres o grano, las conservas de legumbres o verduras y el horno, que te permite cocinar un gran volumen de comida de diferentes tipos de una sola vez."