Una casa bien protegida frente al frío debe tener los radiadores y la caldera a punto, burletes, cortinas. Te contamos como gastar menos para calentarse. Míralo, ¡el recibo baja la mitad!
1 Protege la casa frente al frío
Ganarás calorías extra, evitarás que entre frío y ahorrarás un 10%. Lo lograrás poniendo alfombras y burletes en las puertas y ventanas y adhiriendo láminas de plástico a los cristales, evitando que se pierda un 10-15% del calor.
Ventila 10-15 min, que bastan para renovar el aire, y por la noche, cierra las persianas y cortinas.
Forra también las tuberías que vayan por el exterior (por ahí se pierde un 10% del calor) con fieltro, coquillas..., y pon láminas reflectantes de aluminio tras los radiadores: al rebotar el calor, ayudan a distribuirlo y reducen la necesidad de energía un 20%.
Si además instalas un zócalo en la pared, la aislarás y ganarás calor.
Como por las fachadas se escapa entre un 20 y un 25% del calor, evitarás pérdidas si aíslas las paredes con lana de roca o de vidrio. Haz lo mismo en el techo, sobre todo si vives en un último piso. Otra opción: aplica pintura aislante.
Necesitas aislamiento si...
- Tienes condensaciones, las humedades, hongos... son síntomas inequívocos de que una casa lo precisa.
- Si comparas tu factura con la de un vecino que tenga otro tipo de aislamiento, consultando el proyecto arquitectónico de tu edificio o hablando con un arquitecto.
2 Regula bien el termostato
Como la calefacción se desconecta al alcanzar la temperatura deseada, se ahorra un 8-13%. Mejor que no supere los 21º (por cada grado que se suba, se gasta un 7% más). Ahorrarás otro tanto si pones válvulas termostáticas a los radiadores; así, además, podrás controlarlos por separado.
3 Pon a punto la caldera
Ahorrarás un 15% en combustible. Por eso es básico mantenerla en buen estado y hacer las revisiones. Y si tienes que renovarla, elige un modelo de condensación: gastan un 25-30% menos todavía.
4 No olvides purgar los radiadores
El aire que suelen contener dificulta la circulación del agua y la transmisión de calor. Por eso se recomienda sacarlo al inicio de la temporada, antes de usar la calefacción (la purga está lista cuando sale solo agua). Además, no conviene utilizarlos para secar ropa. Y si pones muebles cerca, deja almenos 5 cm de separación. Mira también que tengan la potencia precisa para no gastar de más.
Poniendo en práctica tan solo la mitad de los consejos que te damos aquí, tu casa precisará un 30% menos de energía para calentarse.