Compartir espacios en casa es lo más habitual. Desde la habitación de los peques hasta el baño, donde cada mañana nos pedimos ser los primeros... y no siempre lo logramos. Con estas soluciones, podrás disfrutar de las ventajas de compartir espacio y olvidarte de sus limitaciones.
Dos camas en ángulo para habitaciones compartidas
Pocos metros, pocos muebles. Y es que en dormitorios pequeños cuanto más los llenes más empequeñecerás el espacio. Por eso, es mejor colocar solo lo básico para dormir, guardar y estudiar.
Despeja el espacio. ¿Y qué hago con la ventana? Es habitual que sea un obstáculo a la hora de organizar la habitación. Una solución es colocar una cama justo debajo y la otra en perpendicular, como en este dormitorio.
Literas tipo tren
para sumar almacenaje
¿Tienes techos altos y una pared libre de al menos 3 metros? Puedes planificar una práctica y capaz litera tipo tren.Es más cómoda que una
convencional, porque las
camas al estar desplazadas solo se solapan en una
parte, siendo más fácil acceder a ellas. Y, además, su estructura se aprovecha para guardar.
Una mesa cómoda para dos
En una mesa de 150 m de ancho, dos personas pueden trabajar o estudiar a la vez en casa sin molestarse (aunque lo ideal es que cada uno cuente con 100 cm). Para el fondo, basta con unos 45 cm, te cabrá hasta el ordenador.
Orden bajo control. Lo importante para que la mesa no esté llena de papeles y se vea desordenada es que te rodees de soluciones de almacenaje para cada uno. Aprovecha la parte superior con una completa zona de baldas y, debajo de la mesa, puedes ocultar prácticos books con ruedas.
Planifica bien el rincón de trabajo
- Tranquila. Si tienes que trabajar necesitas tranquilidad. Aleja la zona de estudio de los ambientes más ruidosos de la casa y decórala con tonos que te ayudan a concentrar. El verde o el azul, en sus tonos más suaves, son siempre una buena opción.
- Comodidad. La luz natural es imprescindible para no cansar la vista.
También presta especial atención a la silla: opta por una ergonómica, con asiento y respaldo regulables. Con brazos o con ruedas, dependerá de tus preferencias y necesidades.
- Muy fácil. Transforma tu librería en un estudio. ¿Cómo? Solo necesitas una balda de unos 50 cm de fondo a 70 cm del suelo.
Un rincón de lectura para dos
Si en casa os apasiona leer, merece la pena destinar un espacio propio a esta actividad. Sobre todo porque no es lo mismo leer en una butaca pensada para ello que, por ejemplo, en una silla, donde sí o sí adoptarás posturas forzadas que acabarán dañando tu espalda.
Apuesta por la ergonomía. Es básico que la butaca o sillón sea cómoda. Elígela con el respaldo alto y acolchado, que te recoja bien las cervicales y las lumbares para evitar malas postura. Y si puedes, complétala con un reposapiés, te ayudará a adoptar una postura más "natural" para leer.
La lámpara, tu mejor aliado. Tan importante como la butaca es la lámpara. Las más prácticas son las de brazo articulado, ya que puedes regular el haz de luz según tus necesidades.
Un baño sin atascos en la "hora punta"
En un baño para dos la zona de tocador es una de las más solicitadas por la mañana. Por ello, lo más práctico es optar por dos lavamanos –entre los ejes de cada lavamano debe haber un espacio libre de unos 80 cm–, un espejo ancho y mucho almacenaje.
Más intimidad. En baños compartidos también es importante independizar zonas para ganar intimidad. Si no dispones de suficiente espacio para una cabina de sanitarios, puedes ocultar el inodoro tras un murete a media altura.
Un vestidor con sitio para él y para ella
En un vestidor compartido lo ideal es que cada uno cuente con un cuerpo de armario propio. Si quieres enfrentar las dos zonas, debes saber que necesitas un espacio de unos 250 cm de ancho. Ten en cuenta que cada armario tiene un fondo de 60 cm y para que puedas abrir las puertas y moverte de manera holgada necesitas un espacio central libre de unos 100 cm.
Exprime cada centímetro
- Hasta el techo. Lleva el armario hasta el techo: sumas espacio de almacén en vertical y te ahorras un rincón en desuso que solo acumularía polvo. Reserva la zona menos accesible –a partir de 210 cm– para maletas y ropa de otra temporada o poco uso.
- Puertas correderas. Si tienes pocos metros, no lo dudes. Al no necesitar espacio delante para abrirlas, ganas metros para poder enfrentar dos armarios.
- Interiores con idea. Aprovecha las puertas con ganchos para corbatas o fulares. Y usa perchas dobles para optimizar la zona de barras.