REGRESO AL FUTURO
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No lo llames viejo, llámalo tesoro
Lo sentimos Marie Kondo: los muebles antiguos, las vajillas vintage y los espejos de otras épocas han llegado para quedarse. ¿O quizás nunca se fueron?
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A todos nos gusta estrenar muebles, comprar lámparas e idear la decoración de nuestro hogar acorde a nuestro tiempo. Sin embargo, existen pequeños detalles que hacen que una casa sea única y especial: las piezas recuperadas. Ya sea de un mercadillo, del ajuar de boda de tus padres o de la casa del pueblo de los abuelos, redescubre esos tesoros antiguos o vintage que por desgracia cayeron en el olvido y devuélvelos a la vida. ¡Lo auténtico está de moda! Incluso si tan sólo es viejo.
Las tres diferencias
- Antiguo. Tener más de 100 años y una fabricación artesanal de calidad son los requisitos indispensables para que una pieza sea considerada antigua. Otro factor determinante es el precio alto.
- Vintage. Este término inglés hace referencia a muebles que, además de tener al menos 20 años de antigüedad, han sido creados en la época que corresponde con su estilo y su diseño.
- Viejo. No importa los años que tenga, una pieza vieja es aquella que no está restaurada y que no necesariamente es de calidad. Su valor suele ser más sentimental que real.