Las buhardillas tienen mucho encanto. La inclinación del techo crea ambientes más íntimos y recogidos y los techos de madera proporcionan calidez. Pero también tienen algunas dificultades decorativas. Te damos algunas claves que te ayudarán a crear tu propia buhardilla:
¿Qué función tendrá?
Antes de pensar en las instalaciones hay que decidir el uso que se va a dar al espacio. Si la buhardilla se convierte en salón o estudio, bastará con un sistema de iluminación. Si la convertimos en suite, se deberán añadir conducciones de agua y evacuación.
Planifícala correctamente
Casi toda buhardilla, para adecuarla a tu gusto, necesitará obras, grandes o pequeñas. Es importante el asesoramiento de un técnico para hacer un proyecto y, si es preciso, solicitar las licencias o permisos necesarios.
Las medidas óptimas
Es un error pensar solo en términos de metros cuadrados. La altura y la inclinación son determinantes. Lo ideal es disponer de una superficie mínima de unos 15 m2. En cuanto a la altura, es aconsejable que la parte más alta no mida menos de dos metros. Todos los espacios con las zonas más bajas, se pueden aprovechar para colocar mobiliario a medida o piezas modulares.

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La escalera de acceso
Si se necesita un acceso a la buhardilla que optimice el espacio, se puede instalar una escalera escamoteable que se desplegará cuando sea necesario, o una de barco, de tan solo 65 cm de ancho. Si se opta por un modelo fijo, las de caracol ahorran metros porque miden 1,10 cm de diámetro y carecen de hueco central.
Luz y aislamiento
La luz natural es fundamental para conseguir claridad y ventilación en una buhardilla. Las ventanas deben dejar pasar la luz, pero también han de disponer de un aislamiento térmico perfecto porque es una zona con temperaturas extremas.
No pierdas detalle de esta galería donde las buhardillas han sabido desplegar todo su encanto y, la decoración, ensalzarlo todavía más.