Llega el buen tiempo y esa terraza poco menos que olvidada durante el invierno vuelve a convertirse en una promesa de relajados ratos al sol y frescas tertulias al caer el día. Pero, ¡horror!: esos meses de abandono le han pasado factura y no resulta ni la mitad de apetecible de lo que era en nuestra imaginación. No hay problema: nada que no pueda solucionarse con un buen lavado de cara y un 'cambio de armario'.
Accesorios básicos
Lo sabes: los complementos marcan la diferencia. Un foulard bien escogido y combinado con gracia puede transformar unos tejanos y una camiseta en un estilismo a la última. Pues en tu terraza, ese efecto es aún más fácil de conseguir: basta con una cuidada selección de cojines para darle el estilo que quieras: marinero, colorista, étnico, minimalista...
Lo mejor es partir de una base neutra, en tonos claros y luminosos, que te permitirán seguir las últimas tendencias con una inversión mínima.
Por si refresca
Si tienes la suerte de vivir en una zona en la que empieza a refrescar a medida que se pone el sol, no olvides hacerte con una selección de plaids y mantas que te permita alargar las veladas. Además, son la forma más sencilla de renovar la imagen de un sofá o butaca de exterior sin necesidad de hacer nuevas fundas para las colchonetas: basta con cubrirlo por completo para estrenar mueble.
Los de algodón y lino son muy agradables al tacto, así como los de tejidos artesanales, de ganchillo y punto, que siguen marcando tendencia.
No sirve cualquiera
Las lonetas de algodón son muy empleadas en tapicerías y cojines de uso en exterior, porque son resistentes, lavables y las encuentras en una gran variedad de colores y estampados, pero hay que tener en cuenta que una exposición continuada a los rayos del sol acabará por darles un aspecto desvaído.
Aunque esto no es un problema si te van las terrazas en blanco o crema, si quieres que la tuya vibre con colores intensos es mejor invertir en telas específicas para exterior, más resistentes tanto a la decoloración como al agua y el moho causado por la humedad, como el Dralon o cualquier otra fibra acrílica, de tacto suave y agradable y totalmente lavables.
A tus pies
Si eres de los que pasa casi más tiempo fuera que dentro durante el verano, ¿por qué no equipas la terraza con las mismas comodidades que el salón de casa? Empieza por una alfombra que enmarque la zona de asientos: es tendencia y hará mucho más agradable caminar descalzo, incluso en suelos que pueden recalentarse en las horas de más calor, como los de cerámica o piedra.
Las alfombras vinílicas son ideales para su uso al aire libre, ya que son resistentes al desgaste y las manchas, lavables incluso con una manguera y están disponibles en una gama de diseños cada vez más amplia que permite adaptarlas a todo tipo de ambientaciones y hacer que la terraza sea una continuación de los espacios interiores. Una base antideslizante le aportará un extra de seguridad y alargará su vida útil.
¿Cortinas? ¡Claro que sí!
Filtran la luz, aportan privacidad y crean atmósfera. Si las cortinas son capaces de todo esto, ¿por qué reservarlas para los espacios interiores? En una terraza urbana te protegerán de miradas indiscretas, aportarán sombra y frescor durante las horas de más sol y te ayudarán a trasladarte –aunque solo sea con la imaginación– a ese destino exótico con el que sueñas hasta las vacaciones.
Elige unas caídas vaporosas que te dejen ver sin ser visto en tejido sintético y resistente y, si quieres un extra de protección solar, combínalas con unos estores de screen –un tejido compuesto por fibra de vidrio y filamentos de poliéster o PVC– que ayudarán a rebajar la temperatura en el espacio.
Y, si eres de los que les gusta disfrutar de la terraza por la noche, no olvides colocar unas mosquiteras: además de ahorrarte picaduras le darán un punto romántico al conjunto.
Una mesa para cualquier ocasión
Esta primavera, ¡sal a comer y cenar fuera a diario! Y hazlo con estilo, con un mantel con un diseño de moda pero con una tela con protección anti-manchas. Hay muchos diseños entre los que elegir aunque los diseños étnicos, los estampados tropicales y los más pop –con piñas, flamencos y tonos neón– están de plena actualidad.
Una buena idea es combinar un mantel liso, en el mismo acabado del resto de telas de la terraza, con individuales o caminos de mesa más coloristas y desenfadados, que puedes ir variando.
Buena sombra
Para poder aprovechar la terraza durante todo el día, es necesario contar con algún elemento que le proporcione sombra durante las horas en las que calienta más el sol. Una manera sencilla y efectiva de dar sombra a una zona de asientos o de comedor al aire libre, cuando no se dispone de un toldo, es colocando un buen trozo de tela a modo de vela sobre ellas.
Basta con fijar las esquinas mediante unos hilos tensores a las paredes o cualquier otro elemento estructural y, cuando ya no se necesite, se puede plegar y guardar. Podrás cambiar el color o el diseño más fácilmente que en el caso de los toldos convencionales.
Cuidado con el sol
Sea cual sea el sistema que elijas (hay toldos desplegables, de brazo articulado, enrollables, fijos, velas, etc.), piensa que las lonas acrílicas son los tejidos más adecuados, ya que son capaces de bloquear entre el 90 y el 100% de los rayos UVA (o, lo que es lo mismo, protegen como una crema solar con un factor 50) y que cuanto más oscuras sean, mejor es el resultado que ofrecen.