Mira con otros ojos el espacio para sacar partido a todos los rincones.
Aquí, por ejemplo, prescindir de unas baldas en una de las librerías ha sido el gran acierto de la nueva distribución. Este pequeño cambio ha permitido arrimar a la pared –aprovechando el retranqueo de la chimenea– el escritorio que antes se apoyaba en la trasera del sofá. Así, el espacio que antes ocupaba este escritorio ahora se ha aprovechado para ampliar la zona de estar.
También se han recolocado los asientos. El sofá está ahora bajo la ventana y una de las butacas cierra la disposición en “U” de este salón. Con ello conseguimos una distribución más abierta y flexible. El estar es mucho más accesible y la parte central resulta más cómoda y amplia, porque las piezas quedan más separadas entre sí. Lo ideal es que entre la mesa de centro y los asientos podamos dejar unos 40 cm como mínimo.
¿Cumples con esta norma en tu salón? Cuéntanoslo en los Comentarios de este artículo.
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