Rocío soñaba con un salón como los que salen en nuestra revista. “Yo me veo incapaz de hacerlo”, nos comentó. Así que nos pusimos manos a la obra... ¡y está encantada con el resultado! “Todavía no me lo acabo de creer, ha sido como un sueño”, nos dice ilusionada Rocío, que no tiene reparos en asegurar que está feliz con el cambio: “Me emociono al ver lo bonito que ha quedado el salón comedor”. Esta transformación empezó con las telas, que son de Gancedo. Así, las antiguas cortinas han sido sustituidas por unas caídas de lino crudo con cenefas y ribetes verdosos, la misma combinación y tejidos que se emplearon para la confección de los nuevos cojines. También verde agua es el remate de la alfombra blanca de lana y seda de KP. La gran mesa de centro de madera maciza es la responsable de la atmósfera tan cálida que se respira nada más entrar en el salón. Una prueba más de que los tonos delicados y sutiles, sabiamente combinados con los de las tonalidades intensas de la madera, crean ambientes de lo más acogedores y luminosos. Precisamente para potenciar la claridad se reemplazó el cuadro sobre la embocadura de la chimenea por un espejo con marco dorado. Con ello, además, se ha logrado ampliar el espacio y de paso introducir una nota un punto sofisticada. Pero el cambio no solo se ha llevado a cabo en el salón, también el comedor ha mudado de piel con las buenas ideas de Flavia, nuestra estilista. “Es que el comedor parece otro”, nos dice Rocío. En realidad, los cambios no fueron ni muchos ni complicados, pero sí definitivos y con un efecto mágico. Para empezar, la mesa rectangular se ha vestido con un generoso mantel, confeccionado por Gancedo en los mismos tonos de las cortinas. Sólo con este recurso se ha conseguido suavizar sus esquinas. Además, las sillas se han reemplazado por otras de forma y volumen similar pero patinadas en blanco para lograr más ligereza. La continuidad de tonos blancos, crudos y verdosos entre salón y comedor amplía el espacio y lo envuelve todo en esta atmósfera mágica de los sueños hechos realidad.
“¡Encantada!”
Así es como se siente Rocío al contemplar el salón comedor de su casa tras el cambio. La alfombra, de KP y los textiles, de Gancedo, han ayudado a hacer posible esta transformación.
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