Concha quería que la primera impresión de su casa fuera más acogedora, más cálida. Lo logramos con un zócalo alto, unas cortinas de lino y algunos pequeños detalles muy bien elegidos. “Es la primera impresión que te llevas y, para mí, es fundamental, explica. Lo primero que hicimos fue quitar el rodapié y lo sustituimos por un zócalo realizado por Carpintería Hermanos Tapia.
Pintamos una banda en color lino, con pintura de Bruguer, y la rematamos con un listón, que lacamos en el mismo beige que el zócalo. “¡Está precioso! Mucho más vestido y más cálido”.
También le dimos protagonismo a la ventana con unas caídas de lino de Pepe Peñalver que combinamos con las cortinillas del armario. “Es increíble cómo las pequeñas cosas se notan tanto”, nos comenta asombrada Concha. Y, para confirmarlo, hicimos otros “pequeños grandes cambios”, como sustituir las pantallas de los apliques por otras de tela de saco –de Pantallas Potosí-, que resultan más cálidas, con unas lágrimas de cristal que le dan un punto romántico. También cambiamos los tiradores del armario por unos en forma de rama, muy originales. Unas láminas de Fann en el pasillo y un farolillo de Sia en el velador dan el toque final.
Y es que este recibidor parece otro con el zócalo que hizo Carpinterías Hermanos Tapia, la pintura de Bruguer, las cortinas de Pepe Peñalver y la barra que regala El Mueble, las pantallas de Pantallas Potosí, los tiradores de Ferretería Ortiz, las láminas de Fann y el farol de Sia.
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