Azul verdoso, ésa era justo la tonalidad para acercar el comedor a la playa. Y también un blanco tirando a dorado y un beige suave para simular la arena. Queríamos atrapar los colores del Mediterráneo y llevarlos al comedor de Alicia. La primera medida fue elegir unas telas de Gancedo, y es que los textiles hacen milagros. “Me encantarían unas cortinas de tonos crudos y muy ligeras”, nos comentó Alicia. Y así lo hicimos. Tras las cortinas, se confeccionó un amplio mantel. Una vez realizada esa gran transformación, les tocó a las sillas que se sustituyeron por otras de formas suaves y redondeadas, con un acabado en blanco envejecido con reflejos azulados. La alfombra de KP completó la operación y el comedor, situado estratégicamente junto a los grandes ventanales, se llenó de luz y de pinceladas marinas. “¿Y ahora qué hacemos con la alacena tan oscura?”, dijo de pronto Alicia. Flavia tenía la respuesta: colocó un hermoso papel de Laura Ashley de un suave azul en la trasera de la alacena, situada detrás de la mesa, que casa a la perfección con este nuevo comedor. Y como toque final, cambió las pantallitas de la lámpara de techo por otras blancas más luminosas. Al final, habíamos atrapado el mar.
“Está precioso”
Alicia no se cansa de repetirlo mientras mira y remira su comedor. Los textiles, que le hemos regalado, han sido la clave. Desde la alfombra de KP hasta las cortinas y la mantelería de Gancedo. ¿Y como broche final? El papel pintado de Laura Ashley en la alacena.
¿Qué te ha parecido el cambio en el comedor de Alicia? ¡Deja tu opinión en los comentarios!