Ya nos queremos quitar el invierno de encima ¿verdad?. Ya nos pesan los rojos y los marrones, ya nos pican las chenillas, ya nos sobran las alfombras... Tenemos mono de blanco, de verde, de mar... Nuestra casa pide aire fresco.
Blanco sobre blanco, sí
Mejor que sobre que no que falte, dicen. Y, ciertamente, nunca sobra blanco. Nunca está de más. Eso sí, necesita "enriquecerse" con el uso de texturas (en las telas, en las maderas) y con la sutileza de los pequeños cambios de tono.
Vivir hacia fuera
Hay muy buenas razones para fulminar las fronteras interior-exterior. Puedes intercambiar estilos y materiales: muebles de fibra dentro y de diseño fuera. O puedes vivir en un estilo continuo: las mismas telas, las mismas lámparas, el mismo tipo de muebles...

¡Refréscate!
5 ideas para vestir tu casa de verano
Y si no tienes ni terraza ni balcón, mete el exterior dentro de casa sin miramientos. Y no subestimes el poder de las plantas, refrescan tu espacio visualmente y físicamente.
¡Que corra el aire!
Lo simple refresca. Y la sensación de espacio también. Así que simplifiquemos, eliminemos, quitemos... Y si no podemos tirar, ditribuyamos para crear zonas libres, para que la vista no tenga interrupciones para disfrutar de las ventanas. O pintemos, para que nuestros muebles se fundan con las paredes.

BIEN FÁCIL
¡Redecora! 12 ideas muy frescas y sencillas
¿Mar o montaña? Para qué escoger
El verde y el azul son los acompañantes más eficaces, los frescos del barrio. Unos pequeños toques de color en los complementos son suficientes para transportar nuestro cerebro a las sensaciones más relajantes.