Lógralo con una alfombra cálida junto
a la cama, unas cortinas hasta el suelo y ropa de cama de distintos colores y texturas. ¡Entra, mira como lo hemos conseguido y crea el tuyo!
Si quieres abrigar tu dormitorio para los días de frío, juega con distintas texturas mullidas pero poco pesadas –como terciopelo, mohair, acolchados...– y elige una gama de colores cálidos que le den un aire acogedor y luminoso. Este, decorado por Judith Farrán de Home Deco, es un buen ejemplo. La ropa de cama combina beige, rosa y verde pastel sobre una base blanca para dar vida a la cama. Y las texturas también ayudan a ganar calidez: en el cabecero se han intercalado cojines y cuadrantes de terciopelo, lino lavado y punto. A la hora de elegir los cojines, es importante que tengan un tamaño proporcional a la cama y que sean siempre un número impar (3, 5 o 7, como aquí), porque queda más desenfadado.
Ten cerca de la cama un auxiliar donde dejarlos por la noche, como las banquetas (de La Maison) o la butaca (de Cottage Little House). Para los pies de la cama elige plaids y mantas, de lino y lana, en los mismos tonos de los cojines; aquí son beiges, rosas y verdes. Colócalos cubriendo el tercio inferior de la cama y elige piezas de distinto tamaño para que puedas ponerlas, de forma escalonada, de más grande a más pequeña. Para que el resultado no quede demasiado "estudiado", coloca las mantas de manera natural, como si las acabaras de apoyar.
Claves que suman
Además de la ropa de cama te ayudan:
Unas cortinas hasta el suelo y que arrastren un poco, ya que dan más sensación de abrigo.
Una alfombra junto a la cama es muy cálida y te permite descalzarte.
Muebles de madera, espejos que multiplican la luz, un ramo de flores... Todo suma para ganar confort y calidez.