Todo lo que sube, baja. Es una ley física que también se puede aplicar a la decoración. Pero si hay una palabra para resumir las tendencias que vienen para la casa esa es: comodidad. Se trata de crear un refugio que nos cobije frente a un exterior inestable y estresante. Por eso, las formas se vuelven curvas y más envolventes y los materiales se suavizan. En definitiva, conseguir una casa que te haga feliz.
La decoración de suelos y paredes se enriquece cada vez más con colores y texturas, con gustosos y prácticos arrimaderos, por ejemplo. Pero si hay un elemento estructural que reclama mayor protagonismo ese es el techo. Con pintura, papel pintado o molduras, está claro que hemos de mirar hacia arriba si queremos estar a la moda.
Más tendencias: las lámparas de techo se vuelven esculturales, las mesitas de centro se agrupan en varios modelos de diferentes alturas, mármol, plantas por doquier, alfombras superpuestas, materiales nobles y todo lo que huela a sostenibilidad es hoy lo más.
En casa hemos eliminado paredes entre el salón y la cocina y lo mismo está pasando entre el baño y el dormitorio. El mobiliario entonces debe ser flexible y multifuncional y en él la tecnología juega cada vez un papel más importante.
Pero tranquilidad, que si ahora no te va bien renovar esa lámpara de acabado cobre que te compraste hace poco o el papel pintado a lo scandi, siempre te quedará el consuelo de que todo vuelve, tarde o temprano...