Descalzarse al llegar a casa no solo es un placer: también es sano, porque liberamos toda la electricidad estática que hemos ido acumulando durante el día, sobre todo, si llevamos zapatos con suela de goma. En mi casa siempre dejamos los zapatos a la entrada, una costumbre muy higiénica y habitual en otros países.
Para andar descalzos o para sentarse en el suelo con los niños, seguramente no hay suelo más confortable que el de madera.
Tipos de suelo
Básicamente hay dos tipos de suelos de madera (porque el tercero, el encolado, ya casi no se usa):
- Parquet flotante. Se llama así porque no está ni pegado ni clavado al suelo. La cara que no se ve, la que no se pisa y queda por debajo, se apoya sobre una membrana que puede ser de neopreno, gomapespuma o similar. Así, queda "flotando" al mismo tiempo que actúa de aislante. Tiene la ventaja de la rapidez de instalación ya que no precisa de grandes obras y puede ponerse sobre el pavimento anterior, siempre que esté plano. Su precio también es ventajoso respecto a la tarima.
- Tarima. Si puedes permitírtelo, sin duda es la mejor opción. Es madera maciza natural. Más bonita, elegante, duradera. Y más saludable porque es madera de verdad, sin las colas con las que están hechos los aglomerados.
Tipos de madera
- Las maderas rubias son elegantes y nunca pasan de moda. Lo más sostenible siempre es usar materiales de procedencia cercana, en este caso, maderas europeas, por ejemplo: castaño, cerezo, haya, roble o pino.
- Las maderas africanas, americanas o asiáticas -caoba, teca, mindi, palisandro- ahora se llevan un poco menos, y la mayoría de las veces no tienen certificaciones de talas controladas y sostenibles.