Es la estrella del salón y uno de las piezas más utilizadas de la casa. Pero ese mueble que asociamos con un momento de relajación, puede ser origen de tensiones musculares y dolores de espalda, causados por malas posturas.
La mejor postura para sentarse en el sofá
¿Hay alguna más cómoda y saludable? Deberíamos “recordar” esa capacidad innata que tiene el cuerpo para adoptar una postura natural y relajada. En cambio, tenemos malos hábitos posturales y tensiones corporales que nos impiden sentarnos bien. Por ello, debemos cuidar la espalda. Sobre todo, hay que tener en cuenta:
Tener la columna alineada
El objetivo, tanto si estás sentada como tumbada en el sofá, es tener la columna alineada en posición neutra. Una columna neutra es la que respeta las curvaturas naturales de la espalda (en la zona cervical y lumbar ligeramente hacia dentro y en la zona dorsal hacia fuera). Cuando la columna está bien alineada se reparten mejor las cargas del cuerpo y hay menos tensiones.
Proteger la zona lumbar: Las zonas que soportan más tensión al sentarse en un sofá son la región lumbar y la cervical. Para proteger la primera, lo ideal es sentarse bien sobre los isquiones (los dos huesos de la pelvis), asegurarse de que la parte baja de la espalda toca el respaldo y apoyar los pies en el suelo (los pies no deben colgar ni las rodillas presionar el borde del asiento). Si queda mucho espacio en el hueco lumbar, colocar un cojín sobre el que relajar la zona.
Vigilar la zona del cuello: La mayoría de los sofás tienen un respaldo demasiado bajo, que no permite apoyar la nuca, con lo que no se descansa y se acaban tensionando las cervicales. Si el sofá tiene un respaldo muy alto puede ocurrir lo contrario: la cabeza se apoya sobre el respaldo y el cuello se comprime demasiado y se empuja hacia adelante. Para evitarlo, al sentarse hay que apoyar la cabeza en el respaldo, sobre un cojín, y sentir cómo se alinea tu columna desde la base hasta la cabeza (como si un hilo imaginario tirara de tu cabeza y alargara la columna).
¿Si me tumbo en el sofá descanso más?
Los sofás no están pensados ni diseñados para tumbarse. La base no tiene la firmeza adecuada, los cojines generan huecos con diferentes densidades... Pero lo cierto es que todos acostumbramos a tumbarnos en el sofá. Algunos consejos para estirarnos cómodamente:
De lado o boca arriba: La fórmula más confortable para tumbarse de lado es hacerlo tal y como lo haríamos en la cama, colocando un cojín entre ambas rodillas y otro bajo la cabeza. Por otro lado, al tumbarnos boca arriba (para leer, mirar la tele...) se crean más desequilibrios en la zona lumbar y cervical. Utiliza cojines y eleva las piernas formando un “cuatro”, por ejemplo, que es una postura muy cómoda.
¿Hay algún sofá que se adapte mejor al cuerpo?
Cuando compramos un sofá nos fijamos en la forma, el color y el diseño. Le damos muchos usos (ver la televisión, tumbarnos a descansar, sentarnos a leer o charlar en familia) y en cada uno de ellos debemos sentirnos bien. Es importante estudiar si el sofá resultará cómodo y elegir el que mejor se adapte a cada cual. Porque cuanto más natural sea la relación entre el cuerpo y el sofá, sin necesidad de cojines extras, más cómoda y saludable será la postura.
Controla tu postura en el sofá
Conciencia corporal
Al sentarte en el sofá comprueba si notas tensión en alguna parte de tu cuerpo. Realiza pequeños movimientos, desde la pelvis, la zona lumbar, dorsal, cervical, hombros, brazos y cabeza.
Muévete siempre
Permanecer mucho tiempo en la misma posición aumenta las tensiones posturales (se “cargan” los tejidos y las articulaciones). Cada 10 minutos realiza mini movimientos conscientes y fluidos o incluso levántate y vuélvete a sentar.
Equilibrio y simetría
Evita las posturas que no son simétricas y perjudican más a una zona del cuerpo: sentarse sobre una pierna, apoyarte en un brazo...
Los errores más frecuentes
Cabeza
Evita permanecer con la cabeza inclinada o flexionada a un lado. Como solución, mantén la cabeza alineada con
la columna y reclinada sobre un cojín blando.
Espalda
No te recuestes en la zona dorsal porque comprime el diafragma. Como solución, siéntate sobre los isquiones, tocando el respaldo y con un cojín en la lumbar.
Rodillas
Pierna flexionada oprime la articulación de la rodilla y desequilibra cadera y pelvis. Como solución, coloca los pies alineados a una altura que sea cómoda.