Hay tantas variedades de rosas como infinitos son sus colores. Estos arreglos que te mostramos en la galería de fotografías demuestran que, solas o en compañía, siempre son garantía de éxito.
Mar Ramón, de Abaco, responsable de la elaboración de estos ramos, nos ha ayudado a descubrir cómo es cada tipo de rosa.
Rosas en rosa
O lo que es lo mismo, rosas rosas. Las variedades de rosas en esta gama son muy atractivas, ya que ofrecen diferentes tonalidades al abrirse, mostrando un centro más intenso, mientras los pétalos externos lucen más claros. Una amplia gama de rosas rosas y también malvas la puedes encontrar en la rosa Cool Water, la rosa Sanaa o las famosas rosas de pitiminí.
Rosas de pitiminí: conócelas
- Características. Se trata de rosas pequeñas cuyo capullo se abre como máximo 2-3 cm. Las hay de una gran variedad de colores y tamaños.
- Cultivo. En invierno, mejor en el interior y, cuando acaba la floración, trasládala al exterior hasta el fin del otoño. Pide humedad y mucho riego.
- En ramo. La rosa de pitiminí cortada necesita los mismos cuidados que la rosa clásica, con recortes de tallo y renovación de agua.
Rosas blancas
Destacan por su sobriedad y elegancia, a la vez que transmiten una cautivadora pureza. Es ideal combinarlas con plantas verdes, ya que destacan mucho más. Una buena opción es el Hypericum. Se encuentra todo el año y se cultiva en el exterior. Lo puedes tener en maceta y los hay de varios colores, pero la variedad verde aporta mucha frescura a los ramos. El Salal también es muy decorativo. El tamaño de sus hojas depende de la variedad y al secarse se vuelven gris plata. Dura mucho y no ensucia el agua.
Rosas rojas
Las rosas rojas son el símbolo universal del amor y su presencia está cargada de carácter y fuerza. Las puedes hacer crecer fácilmente en tu jardín.
Rosas de jardín: ¿qué hay que tener en cuenta?
- Rosal. Es una planta arbustiva de tallo leñoso y flor grande. Ésta se abre completamente y desprende un intenso aroma.
- Cuidados básicos. Necesita sol y un poco de sombra, y protegerse del viento: riégalo 2-3 veces por semana, sin encharcamientos.
- Abono y poda. Lo ideal es abonarlo en primavera y podarlo en enero-febrero. Es importante sulfatarlo para evitar la roya y el pulgón.