Por mucho tiempo y dinero que hayas invertido en la decoración de tu casa y creas que la has dejado perfecta y a tu gusto, siempre llega un punto en el que empieza a cansarte ver las cosas en el mismo lugar: la monotonía se apodera de tus paredes, tus muebles ya no te hablan y los objetos que te rodean pierden importancia. Es absolutamente normal querer renovarse cada cierto tiempo, si nos pasa con nuestro armario, por qué no con el resto de la casa. Lo cierto es que hay buenas ideas de bajo presupuesto que pueden lograr grandes cambios.

Lo más importante a la hora de ponerte manos a la obra, es tener claro qué quieres lograr, cuáles son los puntos negros y qué te sigue haciendo sentir bien. Tómate unos momentos de reflexión e intenta pasar tiempo en cada uno de los espacios de tu hogar, mira a tu alrededor y cuestiona cada mueble y objeto que lo decoran: ¿realmente me gusta?, ¿me resulta útil? Si la respuesta es no, ya vas teniendo una pista para saber hacia dónde dirigir tus esfuerzos.
Antes de empezar
1. Márcate un presupuesto
Sí, sabemos que quieres renovar tu entorno pero que no es plan de tirar la casa por la ventana, y por eso te sugerimos que dejes bien claro desde el principio hasta dónde estás dispuesto a llegar. Algunas propuestas requerirán más inversión que otras y no querrás llevarte ninguna sorpresa, así que ten claros tus objetivos y haz un presupuesto lo más ceñido posible a la realidad.
2. Mantén la visión de conjunto
No pierdas de vista el concepto básico que quieres transmitir con la decoración de tu casa: la paleta de colores, el tipo de muebles que te gustan, la funcionalidad que necesita tu estilo de vida… Es fácil que al hacer pequeños cambios, nos entusiasmemos con las zonas a mejorar y después nos parezca que desentona con el resto.
3. Déjate aconsejar
A veces la inspiración nos falla o no somos capaces de unificar nuestro presupuesto con nuestras expectativas, o simplemente no tenemos ni idea de cómo conseguir la decoración ideal. Relájate, todo tiene solución y no siempre debe pasar por contratar a un diseñador de interiores. Busca ideas en revistas y páginas web, sigue las cuentas de Instagram de los gurús del interiorismo y rodéate de amigos que estén dispuestos a acompañarte, ayudarte y asesorarte; además de que siempre viene bien una mano, el proceso será mucho más divertido.