Estrenar es algo que a todos nos apasiona. Pero, ¿qué hay de reestrenar? Sí, sí... lo que lees. Estamos seguros de que en tu casa tienes piezas que, recicladas, reinventadas o con un simple lavado de cara son capaces de hacer que sientas que estás estrenando decoración. Y, lo mejor: ¡sin gastar o con muy poco presupuesto! Aquí te damos algunos buenísimos ejemplos.
La alfombra de toda la vida
Sea un kílim o una alfombra clásica. Basta con “lavarle la cara” en la tintorería para recuperar sus colores originales y buscarle un buen emplazamiento. Si su tamaño no encaja con el espacio, superponla a una de fibras: sus motivos destacarán más y ganarás calidez.
Boisseries actualizadas
“Desde los clásicos palacios versallescos hasta hoy, en todos los estilos existen librerías tipo boisserie”, afirma el interiorista Alfons Tost. La palabra viene del francés “bois” y significa madera.
¿Qué puedes hacer para actualizarla? ¡Píntala! Una capa de pintura es la manera más sencilla y rápida para renovarla y, de paso, rebajar su peso. Un consejo: elige un tono claro.
Cuida la madera. Las piezas antes se hacían con madera maciza pero ahora son chapadas, por lo que vale la pena cuidar la madera y revisar los herrajes. Son muebles eternos.
Reutiliza las piezas de lino
Convierte unas sábanas o un mantel de lino de herencia en unos cojines muy especiales. El lino está más de moda que nunca –explican los especialistas en linos antiguos de La Europea–, en ropa de casa y para tapizar.
Se llevan. Los linos rústicos con rayas en rojo o azul. Antiguamente el número de rayas simbolizaba la riqueza de la familia: a más rayas, más riqueza.
La porcelana de la abuela
“Huye de los juegos completos y da a las piezas usos distintos –apunta Toni Espuch de Azul-Tierra–. Utiliza una jarra de leche para el agua o un azucarero como jarrón”.
¡Y atrévete! Puedes convertir una tacita desparejada en una decorativa vela.
Acabados "a la antigua"
La huella del paso del tiempo es la mejor carta de presentación de un mueble con historia. “La tendencia lleva hacia el rústico porque la madera y el hierro piden acabados naturales”, comenta Anna Maria Mato, arquitecta y restauradora.
Lijar, restaurar, decapar... Los acabados “a l’anciènne” favorecen a piezas de distintos estilos y procedencias, y pueden ser un buen modo de ocultar algún desperfecto o pequeño golpe.
Los pomos. Puedes devolver su brillo original a los cromados con un poco de ceniza. Para los de porcelana, con un algodón impregnado en alcohol basta.
Estampados tribales para tus cojines reversibles
Tierras y negros, azules y rojos... los estampados tribales, tipo ikat, vuelven con fuerza como el mejor modo de poner una nota de color al salón con poco cambio.
De doble cara. Como son unos estampados que “marcan” mucho, resérvalos para una de las caras del cojín y combínalos por la otra con un lino o algodón rústicos o un falso liso en uno de los colores de su estampado. Ganarás en dinamismo.
A pequeñas dosis. Si te gustan, pero en unas pequeñas pinceladas, puedes reservarlos para el cojín más pequeño: suele ser el tipo rulo.
Escoge el color perfecto. Un truco para que se integren mejor en la decoración es coordinar sus tonos con los de algún cuadro que tenga protagonismo en la estancia.
Un marco dorado
En un cuadro, destaca la belleza de la pintura, y en un espejo se alía con la claridad y crea un irresistible punto de atracción. Si tienes varios pequeños puedes hacer una composición, mientras que uno grande “merece” un lugar destacado como la embocadura de la chimenea o la entrada de la casa.
Vuelve el papel pintado
“Regalan color y diseño a las paredes y lo cierto es que ahora están más de moda que nunca”, comentan desde Tres Tintas Barcelona. Además, son un buen aislante para la casa.
Se llevan. Desde pequeños motivos florales, a papeles de autor o diseños vintage que se reinterpretan. Todo vale.
Úsalos sin miedo. Si te gusta un diseño de grandes motivos, colócalo en una estancia amplia y con mucha luz natural.
O en pequeñas dosis. Si quieres dar una nota de contraste, resérvalo para una sola pared.
Tapicerías con tachuelas
Colocar tachuelas a una silla o un sofá antiguo es la apuesta de Beatriz Gancedo, de tapicerías Gancedo, para alargar la vida de tus asientos.
Elige tachuelas de gran tamaño siempre combinadas con lisos. Sobre piel o terciopelo, quedarán perfectas.
Con fibras naturales
Los complementos de fibras ponen un toque cálido y natural a cualquier espacio.
Reinventa. Usa un cesto de mimbre como revistero o para guardar los cojines en el dormitorio. Con un macetero del revés, puedes hacer una lámpara.
Ponlo a punto. Elimina el polvo con el aspirador y límpialos con un poco de sal gorda. Si están deteriorados, píntalos de blanco.
Decora la mesa. Refresca tus comidas con detalles de fibras que pueden convertirse en una bandejita para el pan, unos individuales o un cubrejarrón.